Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Filipenses 4:12
Si hay una entidad federativa que “devora” gobernadores es Guerrero, de mediados del siglo pasado a la fecha, ocho gobernadores que fueron elegidos por medio del voto no han concluido su mandato.
Entre ellos podemos citar a Alejandro Gómez Maganda, Raúl Caballero Aburto, Rubén Figueroa Alcocer y mi amigo Ángel Aguirre Rivero, entre otros.
No obstante, Ángel Aguirre pudo cumplir uno de los objetivos que a la fecha mi paisano, y también amigo, Dante Delgado no ha logrado: ser gobernador interino (1996-1999) y constitucional (2011-2014), aunque hay que aclarar que primero llegó por su militancia priista y la segunda ocasión fue abanderado por el PRD.
La candidatura del Sol Azteca se la ganó a Ruth Zavaleta, que era apoyada por un sector de “Los Chuchos”, sin embargo, con la operación política del entonces jefe de Gobierno de la CDMX, Marcelo Ebrard, Aguirre se impuso, el conclave fue a principios de 2011 en el restaurante “Churchill” y tuve la oportunidad de ser testigo.
Ángel Heladio nació en Ometepec (quiero aclarar que conozco bien la entidad, porque mi amada esposa es oriunda de la Tierra Caliente guerrerense), lo conocí en Chilpancingo en un Informe de Gobierno de Alejandro Cervantes Delgado, de quien era secretario particular al inicio de dicha administración (1981-1987), pero acabó siendo secretario de Gobierno. Cervantes Delgado también fue mentor de José Francisco Ruiz Massieu que fue su sucesor, además, antes de ser asesinado en 1994, se perfilaba como el “hombre fuerte” del gobierno de Ernesto Zedillo.
El personaje de esta historia es un político “todoterreno”, ha tenido cargos en Guerrero hasta llegar a la gubernatura, ha sido funcionario federal y dos veces diputado federal, además de senador de la República.
Fue en la LV Legislatura donde consolidé mi amistad con Aguirre, incluso, le servía de “sparring” porque me ponía a escuchar parte de sus intervenciones en Tribuna para que le diera mi opinión. Nuestra relación me permitió ser su representante de prensa en la capital del país, cuando a causa de la matanza de Aguas Blancas, entró como sustituto de Rubén Figueroa Alcocer.
En otra ocasión, la cercanía con Ángel y Rubén, me dio la oportunidad de ayudarlos cuando acudieron a la sede del Senado a cabildear, en el contexto de la tremenda masacre, y un adversario político denunció que en la camioneta que llegó había armas largas.
El asunto era “reventar”, por medio del escándalo mediático, a Aguirre Rivero, que ya se perfilaba como posible interino. Operamos con los reporteros y columnistas de la fuente, para dejar claro que las armas señaladas estaban bajo custodia de los escoltas y que contaban con el debido permiso de portación.
El más reciente momento en que colaboré con el multicitado fue en el año 2000, cuando fue designado por Francisco Labastida como delegado regional de su campaña presidencial para varios estados del sureste, entre ellos Veracruz. Desafortunadamente las cosas no marcharon bien para el partido, el resultado es de todo conocido.
No tengo la menor duda de que Ángel Heladio en todo un profesional y lleva el quehacer político en los genes, sin embargo, las circunstancias propiciadas por la desaparición de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Iguala, el 26 de septiembre de 2014, truncaron su segundo mandato.
Claro, es preciso decir que circunstancias análogas lo ungieron por primera vez como gobernador interino.
Cosas de la política.

*Vivencias de Rafael “El Negro” Cruz, editadas por Javier Roldán