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Las nuevas prácticas para robarse el dinero
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2016-10-27 - 14:18
No pienses que voy a explicar nada más lo que hacía el actual gobierno del estado para disponer de los recursos de los veracruzanos. También te comentaré lo que puede estar haciendo tu ayuntamiento. Tengo informes pero lamentablemente no tengo las pruebas en mi mano, de algunos ayuntamientos, delegaciones federales, secretarías de estado, etc. Que realizan esta práctica… Hasta dónde he podido averiguar, por increíble que parezca no fue invento de los priistas… Les falta imaginación y conocimiento administrativo… Esta práctica surgió después del año 2,000 en un par de gobiernos estatales gobernados por el partido azul. Sólo que ahora todos los partidos aprendieron la lección.

En principio, llega el alcalde a su silla y se da cuenta de que maneja un presupuesto muy grande (grande para sus propios recursos). Por decir alcalde, digo delegado, secretario o el título que usted quiera darle al poderoso en turno de la dependencia. Lo primero que hace es contratar un tesorero que considere tenga experiencia, con el fin de tapar todo lo que se pueda determinar que es delito. Mientras más experiencia mayor será la gratificación adicional y libre de impuestos que reciba el tesorero.

El tesorero es quien tiene la obligación de diseñar la estrategia para que el alcalde se haga de recursos adicionales. A veces cuando hay otro funcionario de buen nivel, que en los municipios es el síndico y el regidor de la comisión de hacienda, a ellos también se les hace partícipes del desfalco, para que estén contentos, aunque siempre es el alcalde el que se lleva la mayor tajada, que para eso ganó la elección y es dueño de su puesto durante cuatro años.

Para lo más burdo compran facturas de empresas creadas expresamente para únicamente entregar facturas y devolver el dinero en efectivo, sin que exista la mínima entrega de recursos. Pero eso se hace con el dinero sobrante, como se hizo en Veracruz con las empresas fantasma. Sólo que allí no fue dinero sobrante, pues no se entregaron los bienes y servicios a los veracruzanos, lo cual implica ya en sí un daño a un grupo de personas, generalmente las más necesitadas. Lo cual es mucho más riesgoso, pues esas personas se quejan y lo resienten.

Cuando el alcalde no quiere correr muchos riesgos, decide que puede tener una comercializadora, que le venda al ayuntamiento desde papel de baño, hasta materiales de construcción. Lo cual le genera que todas las compras del ayuntamiento le generan una utilidad. Pero eso también es riesgoso, no se puede tener un solo proveedor. Hasta aquí las prácticas nuevas, de aquí en adelante siguen las de toda la vida.

Allí pasan a las compras amañadas, es decir, me pongo de acuerdo con un proveedor de Yucatán por ejemplo, que nadie conoce en Córdoba (por poner un ejemplo nada más y sin que conste nada de dicho ayuntamiento), y a ese proveedor foráneo le compro una obra grande de muchos millones de pesos, a otro foráneo le compro luminarias que afirma tienen garantía de diez años, total cuando fallen, las cambio por otras, pero las pago a precio de oro y la población no se da cuenta.

Esas compras amañadas dan lugar a los moches. Una parte de la utilidad adicional es decir el sobre precio del bien o servicio que se le vende al ayuntamiento va a parar al bolsillo de alcalde o titular de la dependencia. Históricamente estos moches eran de un 10% del valor de la obra… pero desde el año 2,000 se dispararon. Se cuenta de alcaldes que cobraban el 25% de la obra pública por asignarla. Y si a eso se le añade la utilidad del constructor y el pago de impuestos, resulta que la obra termina haciéndose por menos del 30% del valor que se paga por ella, por eso en todo el país la obra pública es de tan mala calidad. Y eso a pesar de que los tabuladores para valorarla están inflados, al grado de que resultan en 1.5 veces el valor de mercado de cualquier obra.

El siguiente nivel, es conceder la compra de ciertos productos a una empresa en particular, y luego obligar a los proveedores del ayuntamiento, esos que serán muy diversos, a que compren en esa empresa. Para ejemplificar, imaginemos un ayuntamiento con un parque vehicular de más de 250 vehículos automotores. Esos vehículos van a necesitar mantenimiento, así que se contrata a diversos talleres mecánicos para que sean atendidos… A ojos de los ciudadanos se está dando trabajo a muchos talleres del municipio y no hay nada malo en ello. Es más a los propietarios de los talleres nadie les pide moche. Allí el truco está en obligar a los talleres a detallar todas las refacciones que van a necesitar, y sutilmente explicarles que sólo les darán el trabajo si compran en determinada refaccionaria. Los dueños de los talleres notan que en esa refaccionaria todo es más caro, 25% o más. Pero como ese costo lo reflejan en sus facturas y ellos conservan su margen de utilidad nadie dice nada, y todos quedan muy contentos. Este tipo de cochupo es más difícil de demostrar para cualquier auditor, pues tendría que acceder a los registros de los proveedores de las empresas que prestan servicios a los ayuntamientos o dependencias.

Otra opción es la de crear sus propias empresas, a través de prestanombres, que vendan por ejemplo, materiales de construcción al ayuntamiento, y siempre se comente el error de no licitar y otorgarles compras por montos mayores a los autorizados… Si de por sí el jefe de compras es un empleado que necesita su chamba y sabe que debe de aceptar las tranzas de sus superiores y operarlas, pueden perfectamente realizar las licitaciones con sus proveedores registrados que le son afines al ayuntamiento y de allí sacar ganador al que gusten, pero ni las formas cuidan. No meten al padrón a sus propias empresas. Les da flojera… O cuando lo notan, las registran con posterioridad y siempre queda huella.

Otro método muy socorrido, es el de escoger a profesionales recién egresados para trabajar en el área de obras públicas y otros más como contratistas. A los contratistas se les obliga a sub contratar a constructoras de amigos o familiares, pero quien factura es una constructora nueva, a la que se le da la oportunidad de trabajar… Algo que nadie consideraría que es incorrecto. Salvo que cuando mucho les dan el 5% de comisión a esas constructoras de papel y el resto del negocio se lo lleva la sub contratada, que siempre es propiedad de alguien que le deja recursos a los dueños del botín.

Si después de leer esto queda duda sobre el reparto del botín y la razón por la cual las alcaldías son tan peleadas o los puestos de gobierno, baste recordar que mucho de los mercenarios que pelean a brazo tendido en las campañas y las elecciones lo hacen por su propia supervivencia, no olvidemos que tendrán trabajo por cuatro o seis años, y con eso les basta. Por eso observamos crecimiento en el número de empleados municipales y de todo tipo de dependencias aunque el trabajo no lo amerite. A ellos les tocan las migajas del presupuesto, pero con eso es suficiente para poder subsistir hasta la siguiente elección.

Y qué decir de los beneficios a los amigos cercanos, como pagos de asesoría vía sus despachos de consultoría, que se les pagan cientos de miles de pesos, por trabajos obviamente copiados de otras partes del país, pagos que no salen a la luz pública, y sin embargo imagine usted recibir $400,000.00 por una asesoría el primer semestre y otro tanto el segundo semestre, cuando no se trata de pagos trimestrales, bimestrales o mensuales… A nadie le caen mal, salvo a los ciudadanos que no reciben los beneficios que deben por sus impuestos.

Recordemos también a la fuerza aérea. Esos personajes que cobran cada quincena aunque jamás se presenten a trabajar. Ellos son también parte del reparto del botín. Y qué decir de los medio-aviadores, esos que reciben un sueldo alto, pero tienen que dejar una parte importante para la persona que los contrata. Por ejemplo un chófer que nominalmente recibe un sueldo de $20,000.00 pero que en realidad des queda con siete mil y el resto se lo entrega a su empleador.

Resulta divertido pensar que esto es información pública. Que es un comportamiento normal en los ayuntamientos, más otras prácticas que por motivos de espacio no tocamos, y sin embargo a pesar de ser corrupción no se persigue. Tan sólo se persigue la corrupción extrema de los pollitos en fuga, el resto de la corrupción, mientras sea discreta y el pueblo esté contento con los abrazos y las obritas, esa puede seguir.

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