CLAROSCUROS - José Luis Ortega Vidal
Los cárteles en Veracruz; el reacomodo y la visión esencial de la SEMAR
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2016-12-20 - 15:19
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El pasado 19 de enero el Almirante C.G. Diplomado del Estado Mayor, Fernando Arturo Castañón, asumió la titularidad en la Comandancia de la Primera Región Naval de Veracruz.
Otro día 19, pero de octubre, el alto mando de la Secretaría de Marina en suelo jarocho fue nombrado titular del Mando Especial de Seguridad en Veracruz, tras la visita del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong a Coatzacoalcos y en el contexto de la gubernatura interina de Flavino Ríos Alvarado.
Javier Duarte de Ochoa era para entonces un gobernador con licencia y prófugo de la justicia, lo que ocurre hasta la fecha.
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El Almirante Fernando Arturo Castañón se mantuvo al frente de la seguridad veracruzana hasta el 30 de noviembre y a partir del primero de diciembre –por órdenes de la SEMAR- se puso a disposición del nuevo gobernante: Miguel Ángel Yunes Linares.
Paralela a la crisis financiera que provocan en Veracruz la deuda y el desvío de recursos que sumados representan alrededor de 150 mil millones de pesos; nuestra entidad se ubica entre las diez más violentas del país.
Hay rubros como el de los secuestros en que llegamos a estar en los primeros sitios y el de tráfico de drogas donde seguimos destacando.
Las ejecuciones de delincuentes pero también de población civil inocente constituyen uno de los lastres que mantienen a los veracruzanos en condiciones de zozobra cotidiana.
Cuando estaba en campaña Miguel Ángel Yunes Linares dijo que en seis meses acabaría con la inseguridad en Veracruz.
A 18 días de gobierno, el pasado domingo en Acayucan, cambió el discurso y sostuvo que no es el capitán América para solucionar esta problemática de un día para otro; que tomará tiempo –no dio plazo- y dinero avanzar en materia de seguridad en la entidad.
Esto no extraña. La clase política maneja el discurso como una herramienta modificable, adaptable a sus necesidades demagógicas de control en el ejercicio del poder.
El propio MAYL dijo en días pasados que impulsaría la desincorporación fiscal de Veracruz respecto de la federación ante la falta de equidad en el reparto de los recursos de parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Detalló que sólo para solventar los compromisos del mes decembrino su gobierno requiere de 10 mil millones de pesos y sólo cuenta con 3 mil millones.
Añadió que no pediría dinero prestado porque no es justo endeudar más a un estado con finanzas públicas quebradas y recordó que Javier Duarte de Ochoa nos endeudó con 15 mil millones a finales del 2015 y que la SHCP le da más dinero del que les corresponde a entidades como Oaxaca y Estado de México.
Ayer, el gobernador surgido por la alianza PAN/PRD anunció que siempre sí habrá préstamos: serán tres, con diferentes instituciones bancarias y sumarán 7 mil millones de pesos para sumarse a los 3 mil millones con que se cuenta y sacar diciembre del atolladero.
Se pagarán pensiones, aguinaldos, sueldos a burocracia estatal, maestros, jubilados…
La SHCP ayudará en la reingeniería de las finanzas veracruzanas, se anunció y no se ha vuelto a mencionar –hasta el momento- el tema de la desincorporación fiscal que el senador José Yunes Zorrilla, presidente de la comisión hacendaria en la cámara alta calificó de inviable y recibió un ataque verbal del gobernador.
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Por lo que hace a la seguridad el Mando Especial ha sido sustituido por el Grupo de Coordinación Veracruz que encabeza el propio gobernador Yunes Linares.
De este Grupo forman parte la SEMAR, la SEDENA, la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía.
Se reúnen cada domingo en diferentes municipios que hacen la vez de sede para convocar a ediles vecinos y se realizan diagnósticos, evaluaciones, análisis de estrategias, resultados y planes para seguir en el trabajo conjunto.
En el Claroscuros de ayer escribí que la de Acayucan había sido la segunda reunión de este Grupo de Coordinación.
Me equivoqué: fue la quinta.
Hay dos temas delicados que se ventilan públicamente y de acuerdo a lo expresado por el gobernador están en la agenda oficial de las reuniones sobre seguridad.
El primero es el relativo a la presencia de los cárteles de la droga y su mapa en Veracruz.
El sábado 17 de diciembre el Almirante Fernando Arturo Castañón declaró a la prensa que la serie de ejecuciones registradas en las últimas semanas en Veracruz se deben al ajuste de cuentas entre miembros del crimen organizado.
Fue más allá al señalar que en la entidad hay presencia de cuatro cárteles y su reacomodo los ubica en este orden jerárquico: el más fuerte es el de Jalisco Nueva Generación, que alcanzó –de acuerdo a la versión del Almirante- el dominio de la mayoría de plazas con sospechosa tolerancia de Javier Duarte de Ochoa y el Secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita.
Le siguen los Zetas que apenas meses atrás eran vistos como el cártel número uno en Veracruz y cuyo acceso a la entidad se sitúa en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
En tercer lugar está el cártel del Golfo y en cuarto las células del cártel de Sinaloa, detalló el mando de la Primera Región Naval de Veracruz.
Los 20 muertos en Jesús Carranza los días 3, 4 y 5 de diciembre –por ejemplo- se ubican como parte del cártel de Sinaloa, aunque tal hecho se sale del esquema planteado por el representante de la Secretaría de Marina dado que entre Suchilapan y Casablanca no se enfrentaron delincuentes contra delincuentes, sino miembros del crimen organizado armados con una Barret calíbre .50 mm y en posesión de docenas de kilos de cocaína contra fuerzas federales y estatales en conjunto.
Ayer se anunció la captura en Tlaquepaque, Jalisco, de Johnny “N”, conocido como El Big Mama”, junto a nueve personas más.
“El Big Mama” es ubicado por la policía federal como jefe de la plaza de Coatzacoalcos, Veracruz, y fue detenido cuando -junto a nueve presuntos delincuentes más- mientras transportaban seis cadáveres de una banda rival.
Del total de 10 detenidos, cinco son veracruzanos y el resto jaliscienses…
El otro tema en materia de seguridad es el relativo a la violencia directa contra la población civil ajena al crimen organizado.
Sólo en los últimos días, en el sur de Veracruz, se realizaron secuestros en Coatzacoalcos, Minatitlán, y Jáltipan y murieron asesinadas personas –se ignora si ajenas a la delincuencia o no- en Agua Dulce, Coatzacoalcos, Hidalgotitlán, Acayucan, Cosoleacaque, Las Choapas y Minatitlán; además de presuntos delincuentes a quienes les cortaron las manos en el puerto de Veracruz
Hay más temas, de fondo, como el daño al tejido social; pero esto requiere análisis aparte y su atención no es a tiros…
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Está claro que el trabajo del Almirante Fernando Arturo Castañón ha resultado sumamente eficaz.
No puede ser un trabajo de sólo dos meses. La SEMAR ha trabajado durante años en el combate al crimen organizado con estrategias de inteligencia.
Ahorita, en Veracruz, están dando la cara e información.
El plazo para disminuir la violencia al nivel más bajo posible –nunca desaparece por completo- puede tomar el tiempo lógico que se requiera.
Decir seis meses, es un discurso de campaña; eso queda claro.
Lo esencial es que haya resultados.
Por cierto, no pasó desapercibido que en la quinta reunión del Grupo de Coordinación de Veracruz en materia de seguridad, en Acayucan, la reunión se dividió en dos partes. En la primera estuvieron presentes 14 alcaldes; en la segunda los ediles se marchan y sólo se quedaron el gobernador, los jefes militares y los miembros del gabinete estatal de seguridad.
Resulta claro que existen municipios, a lo largo y ancho de la entidad, donde las sospechas o la información con que se cuenta incluye el involucramiento de policías con delincuentes, pero también de ediles…
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