Xalapa, Veracruz, junio 9.- Nunca es suficiente. Nunca fue suficiente. Los xalapeños e invitados extranjeros procedentes de otras latitudes como Coatepec, coreamos, tarareamos y brincamos una a una las canciones de la agrupación mexicana “Los Ángeles Azules”, en su presentación de este sábado 8 de junio, en el Nido del Halcón de la Universidad Veracruzana, en Xalapa.
Digo “brincamos”, porque el gimnasio de Los Halcones estaba abarrotado. Cada asistente solo contaba con el espacio entre sus pies y su asiento. Aunque nadie lo ocupó. Solo al principio. Porque una vez que los acordes cumbiosos comenzaron, todos los fans angelinos nos pusimos de pie para intentar, al menos, dar brincos.

Y aunque el grupo ha visitado varias veces la capital jarocha, siempre es diferente, siempre sabe diferente. Al menos, en mi caso, es la primera vez que puedo verlos en vivo y de cerquita.
Los Ángeles Azules nacen como una propuesta de orquesta de la familia Mejía Avante, para tocar en las fiestas de barrio, en Iztapalapa, Ciudad de México, allá por fines de los años setenta (1976-1980). Y no podría ser diferente, ya que la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla, en general, han sido bastiones de esa energía popular basada en la cumbia, la chunchaca, las fiestas sonideras, ya sea en bautizos, primeras comuniones, quinceaños, bodas, fiestas patronales, Navidad, Año Nuevo. Etcétera. Porque si de algo nos jactamos los mexicanos, es que cuando se festeja, se debe festejar en grande. Y esa mexicanidad festiva, a la que le han dedicado extensas páginas muchos escritores, entre ellos Octavio Paz y Carlos Monsiváis, conlleva, además de comer y beber, la música y el baile.
Por ello, después de casi cincuenta años de trayectoria, los Ángeles Azules son actualmente ese referente serio y valioso, acaso único, de la cumbia hecha en México, a la que se han sumado cantantes de la talla de Miguel Bosé, Ana Torroja, Ximena Sariñana, Jay de la Cueva, Kinky, Carla Morrison, Lila Downs, Natalia Lafourcade, Ha-Ash, Gloria Trevi, Yuri, Julieta Venegas, Nicki Nicole, Carlos Vives, Belinda, entre muchísimos otros.
Por eso, este sábado la magia azulina fue tal, que en algún momento todos los asistentes tuvimos la “juventud” de los “diecisiete años”, disfrutamos de “las maravillas de la vida”, porque a fin de cuentas a todos nos movió la voluntad de estar “juntos por la cumbia”.
Aunque, como dije al principio, “nunca es suficiente” de Los Ángeles Azules.

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