Era tal la impunidad que se escondían detrás del cristal

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Hasta ahora, la detención del señor Javier Duarte se ha convertido en un distractor que atrae todos los reflectores mediáticos, sin embargo, buena parte de la pandilla que ha hecho naufragar a la entidad se pasea impune.

Las explicaciones de parte de la PGR y la Fiscalía estatal no convencen a nadie: qué si se está investigando, qué si es una estrategia legal, qué si se están armando los casos y un largo etcétera.

Personajes icónicos de este brutal agravio, como Karime Macías y Juan Manuel del Castillo, por citar dos casos, no han sido molestados con el pétalo de un citatorio. Otros, como el ex contralor Ricardo García Guzmán, parecen haberse reciclado con el grupo político en el poder.

La justicia a medias no contribuye a generar confianza, o se mide con la misma vara o no sirve de mucho. Lo que está en juego en Veracruz es más que la detención de un puñado de delincuentes ‘institucionales’, se juegan el prestigio las autoridades y el Nuevo Sistema de Justicia Penal.

Si la aplicación de la ley se ha negociado, más tarde o más temprano quedará evidenciado. No se equivoquen señores, no hay entuerto perfecto, véanse en el espejo de Javier Duarte.


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