El secretario de Seguridad Pública del Estado de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita, está más que urgido de tener más elementos a su mando, sin importar quiénes sean.
En este sentido va su intención de proporcionar armas a los agentes de tránsito, lo cual es por completo contradictorio porque éstos no han sido preparados para portar armas y porque además es completamente innecesario el uso de las mismas para su trabajo, que consiste en regular el tránsito vehicular.
Como el gran místico de la seguridad pública en Veracruz, siente que le faltan elementos para poder garantizar ésta.
Una muestra del peligro que puede representar que los agentes de tránsito porten armas está en lo ocurrido en Ciudad Juárez (hasta hace poco la ciudad más violenta del mundo, lugar que ahora tiene Acapulco), donde 2 agentes de vialidad balearon y golpearon a un agente de la policía estatal por una infracción, situación que se dio apenas el pasado 19 de noviembre.
Una de las explicaciones que se dio para justificar la agresión de los agentes de tránsito, es que actuaron de esa forma por el estrés que les significa trabajar en las calles de esa ciudad.
Pues bien, los agentes de tránsito del estado de Veracruz pueden estar sujetos al mismo tipo de estrés, porque en la entidad siguen los hechos violentos. Y para muestra, la balacera en Briones, la rafagueada a la fachada del ayuntamiento de Fortín, los 3 cuerpos se personas asesinadas y aventados en Boca del Río, entre otros.
Arturo Bermúdez tal vez pretende que los agentes de tránsito ayuden a repeler los ataques que se den por parte de grupos delincuenciales, pero si algunos de los elementos formados en la Academia de Policía tienen afectaciones en el momento de un enfrentamiento, con más razón esto podría darse en una persona que no ha sido capacitada para actuar en esos escenarios.
Otro elemento en contra de la posibilidad de que los agentes de tránsito usen armas, es el altísimo grado de desconfianza que la sociedad tiene hacia los mismos por la fama pública de corrupción, en la cual opera también los bajos sueldos que tienen.
La iniciativa privada es la que más se ha manifestado en contra de esto, como Igor Rojí López, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Orizaba, quien apuntó que “esto podría ser incluso un peligro”.
Pero lo más insólito es que el director de Tránsito, el transportista Carlos Demuner Pitol se muestre en favor de darles armas a sus muchachitos, cuando su experiencia profesional está muy lejos de la seguridad pública.
En cambio, es mucho más centrada la posición adoptada por el diputado local, Jorge Carvallo Delfín, que antes de plantear algo así mencionó que primero se debe capacitar a los agentes de tránsito y que éstos pasen las pruebas de confianza y adiestramiento para el manejo de armas, “para garantizar a los ciudadanos que serán un factor de solución al clima de inseguridad que priva en el país, y no un nuevo problema".
El planteamiento de que los agentes de tránsito deben estar incorporados a la Secretaría de Seguridad Pública, puede tener sentido, porque de alguna forma desarrollan un trabajo de este tipo.
Por ejemplo, son muchos los puntos conurbados en la entidad donde se forman grandes congestionamientos vehiculares que no son atendidos, porque los agentes de tránsito, al ser dependientes de un ayuntamiento, buscan eludir el problema entre 2 municipios.
Pero de eso, a justificar que deban traer armas, hay mucha distancia.
Primero tendría que haber todo un trabajo de construcción de confiabilidad y cercanía con la población, los terrenales pues, y luego se podría pensar en ese paso.
Pero si hasta ahora la Secretaría de Seguridad Pública no ha logrado construir lo primero, menos tendrá lo segundo.
Incluso, el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, se mostró a favor de esta desincorporación y también se dijo a favor de que los agentes de tránsito sean armados.
Aunque en su actuar puede verse la forma para deshacerse de Carlos Demuner, que hasta ahora le ha sido más un dolor de cabeza que una ayuda.
En la esfera de la Secretaría de Gobierno se queda la hoy Subdirección de Transporte Público, la cual seguirá haciéndose cargo de regular y ordenar las cuestiones de transporte urbano, así como lo referente a la protección de peatones.
Aunque también al desincorporar tránsito, ¿quién quedará con la relación directa con la empresa que expide las licencias de conducir, la misma Dirección de Tránsito, Gobernación o la Secretaría de Finanzas?
Le empresa Cosmocolor, que maneja estos documentos, es propiedad de Jorge Kahwagi, diputado por el partido Nueva Alianza, ahora ya formalmente aliado del PRI.
La relación con Kahwagi, a través de Cosmocolor, tiene implicaciones políticas y de otro tipo.

AGUA QUE FLUYE

NEGOCIACIONES 2012.- Las negociaciones de los partidos políticos para conformar las alianzas electorales del próximo año tienen más que inquietos a los priistas, sobre todo en los municipios donde al parecer la tendencia será darle la candidatura a un miembro de Nueva Alianza o del Verde Ecologista.
Hasta ahora, de los 21 distritos que tiene el estado, se menciona que los priístas podrían quedar fuera en Pánuco, Huatusco, Martínez de la Torre, Zongolica, Cosoleacaque, Acayucan y Coatzacoalcos.
Los priístas de Veracruz ya le reclamaron la opacidad a su dirigente estatal, Héctor Yunes, mientras que los integrantes del Verde Ecologista y de Nueva Alianza se lanzan con sus dirigentes buscando la posibilidad de ser nominados en una candidatura que consideran fácil de ganar.
El panorama electoral en Veracruz para los priístas y sus aliados se enrarece más por el rumor que crece y crece de que Héctor Yunes estará fuera del PRI estatal para finales de 2011, quitado de la posición para dársela a Gabriel Deantes.
Por eso es que la dirigencia del Panal y del PVEM buscan de forma insistente al gobernador Javier Duarte, para tener una interlocución que consideran más consistente.
Y esos son los jaloneos entre los místicos aliados.
Falta el pleito por los votos ya en abierto, porque nada hay seguro para ningún candidato, por muy arriba que vaya en las encuestas.