Según datos oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en cinco años ha sido denunciada la desaparición de 2 mil 300 personas. De ellas, mil 143 son hombres y mil 166 son mujeres. Esto quiere decir que ha sido un promedio de casi 500 personas que se han esfumado como si se tratara de actos de magia.
Los datos fueron investigados por Ana Osorio, de la agencia Imagen del Golfo, y la verdad es que son muchos los desaparecidos.
No debería ocurrir esto en un sistema que se precie de ser democrático, donde se supone que el estado de derecho es plenamente vigente, donde existen mecanismos legales y procedimentales y órganos que atienden las distintas ramas de la administración pública, primordialmente aquellas relacionadas con la prevención, la procuración y la administración de justicia.
El reporte de la Procuraduría General de Justicia, proporcionado a la señorita Osorio mediante los mecanismos de transparencia, revela que desde 2008 hasta marzo de 2012, fueron recibidas denuncias que suman 2 mil 300 desapariciones, y que el año en que hubo mayor cantidad de las mismas fue el 2010, con un total de 780. Durante 2008 fueron 565 personas reportadas como desaparecidas, señala el documento; en 2009 el reporte fue de 681.
En 2011 se registraron 238 casos, aunque según el documento se trata de información preliminar, y de enero a marzo de 2012 únicamente se reportan 45 personas en esta situación. La edad en que mayor cantidad de personas desaparecidas se encuentran es entre los 15 y 29 años, abarcando el 33 por ciento de los casos totales con 776 personas, de las cuales 502 son mujeres y 274 hombres.
Observar el tipo de información hace concluir que la mayoría de los desaparecidos se encuentra entre las edades de pleno ejercicio de sus capacidades físicas y mentales, puesto que las edades de mayor incidencia son entre los 15 y los 29 años.
¿Qué ha ocurrido con todas esas personas? ¿A dónde fueron llevadas? ¿Quién es responsable? Son preguntas que no tienen respuesta, porque no se sabe que en el estado existan indagaciones sobre redes de traficantes, como sí se ha escuchado de otras entidades, el Distrito Federal y Tlaxcala, entre ellas.
Cabe hacer otra observación en el sentido de que no todas las desapariciones son denunciadas. Como se sabe, es tradición en nuestro país la desconfianza hacia las instituciones públicas, por lo que no toda la gente que sufre atropellos o pérdidas como esta acude a las agencias del Ministerio Público. Unos prefieren soslayar su intervención por desconfianza, otros por ignorancia.
Así que la cifra es solamente estimatoria, además dando por hecho que la institución requerida actuó con honestidad y proporcionó con veracidad los datos que le fueron requeridos. La proporción entre hombres y mujeres es casi igual.
En el país, las cifras que reconoce la Secretaría de Gobernación son de 26 mil personas desaparecidas
El fenómeno es de tal magnitud que las familias han tenido que asociarse para emprender la búsqueda de sus seres queridos y además para presionar a las autoridades para que trabajen en el tema. En Coahuila fue creada la organización Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec). Y recientemente se realizó el Foro Internacional sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias en México. Así están las cosas.
Pero la situación en el país es tan grave que los noticiarios siguen manejando la información sobre una docena de jóvenes que se esfumaron en plena ciudad de México sin que se tenga el menor rastro de su paradero. Es decir, la gente ya no se pierde sola, sino inclusive en grupos.

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