José Luis Amaya Huerta

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La precandidata de la coalición Morena-PT-PVEM-Fuerza por México a la gubernatura del estado, Rocío Nahle García, tiene ante sí varios retos que superar, si aspira a resultar victoriosa en las elecciones del próximo 2 de junio.
Para nadie es un secreto que la ex secretaria de Energía, ex senadora y ex diputada federal, tiene a su favor el respaldo de un partido que cuenta con la mayor intención de voto entre la población, gracias a los programas sociales del gobierno federal. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en el frente morenista.
Un primer reto que la ex funcionaria federal tendrá que superar es demostrar su conocimiento del estado que aspira a gobernar, luego de los errores discursivos registrados hace unos días, cuando confundió el número de municipios de la entidad y citó erróneamente a José Azueta como un actor político en lugar del nombre de una municipalidad.
Un segundo punto que necesita atender es la percepción de división que persiste entre los grupos internos de Morena que se mueven en torno a ella, pues es sabido que el ex delegado del Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, precandidato de la primera fórmula al Senado, no es bien visto por otros grupos locales cercanos a quien gobierna la entidad, donde se encuentran personajes como el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, el ex secretario de Educación Zenyazen Escobar, y el ex secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.
Hasta el ex gobernador priista Javier Duarte, quien de motu proprio se ha dedicado a opinar sobre el proceso electoral, se refirió al tema hace una semana al afirmar que los grupos internos primero deben ponerse de acuerdo entre ellos, antes de buscar repartirse el pastel.
Un tercer reto que la precandidata morenista deberá superar será dejar atrás de una vez por todas el tema de su origen, pues si bien nació en Zacatecas, lo cierto es que ha hecho carrera política en Veracruz; sin embargo, la opinión de muchos veracruzanos parece apuntar a que no es lo mismo haber sido candidata – y ganar - a la diputación federal por Coatzacoalcos o al Senado, que aspirar a gobernar el estado.
Un cuarto reto para Nahle será superar la percepción negativa que existe en varios sectores sociales de la entidad acerca del trabajo de la actual administración estatal, pues es un hecho que al finalizar el sexenio hay un desgaste natural luego de cinco años de gobierno y muchos consideran que no han encontrado la respuesta que esperaban por parte de los funcionarios locales.
En este punto a la precandidata morenista le tocará remar cuesta arriba pues si bien se verá beneficiada de los aciertos y de la estructura política que ha construido Morena en los últimos cinco años, también le tocará cargar con el costo que implica gobernar.
Un quinto reto para la aspirante a la gubernatura del estado será vincular su campaña con la narrativa de la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum, lo que podría beneficiarla ante la fuerza del partido, en caso de que esta última logre afianzar su ventaja entre el electorado, lo que permitiría a Nahle ser impulsada en Veracruz, como ocurrió en 2018 con el efecto López Obrador.
Por último, un punto a favor de la precandidata de Morena-PT-PVEM-Fuerza por México es el hecho de que juega de local, pues tanto los gobiernos federal como estatal son de la misma fuerza política que la abandera.
Y habría que subrayarlo, ese no es un asunto menor.

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