Hasta cuándo llegará la voz de mando que instruya poner orden y respeto a los derechos humanos de la población NO manifestante, de la que está en escuelas, en sus trabajos, en las calles por trámites... Los que van de compras, al cine, al teatro, al estadio... Todos ellos, o todos nosotros, también somos personas humanas y tenemos derecho, aunque parezca redundante, a que se nos respeten nuestros derechos humanos.
Este comentario obedece a la nota que leímos ayer, por medio de la cual se informa que más de un centenar de periodistas fueron retenidos por integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) en el municipio de Tlapa, en ese estado de Guerrero.
Se supo que únicamente habían liberado a cuatro de los periodistas que estaban en el evento de entrega de premios del Club de Periodistas del Estado de Guerrero.
“Estamos retenidos, no nos dejan salir ni nos permiten continuar con el evento, además están muy agresivos”, denunció un periodista de la región de Costa Grande, desde el lugar de los hechos, según reportó el portal GuanajuatoInforma.
Se sabe que fue al filo de las 16:50 horas, cuando irrumpió con violencia más de un centenar de cetegistas e integrantes del MPG, lanzando gritos de “prensa vendida”, en el salón de fiestas Quinta San José.
Como siempre, embozados con paliacates y armados con toletes de los que usan las corporaciones policiales, los manifestantes impidieron la salida de los periodistas que estaban en el salón en la ceremonia.
El evento se tuvo que suspender porque los cetegistas y los del Movimiento Popular Guerrerense no permitían que nadie saliera y exigieron a los comunicadores que entregaran sus aparatos celulares.
Esto ya no es posible, como integrantes del medio periodístico, este portal informativo EnEstaHora.com.mx, repudia este tipo de acontecimientos y alza la más enérgica protesta ante las autoridades de los gobiernos que han favorecido, con su actitud pasiva, que los "anarcos" se apoderen de nuestra vida cotidiana, en tanto la inmensa mayoría de los mexicanos que le apostamos al trabajo, al estudio, al fortalecimiento de la familia y de los valores, somos rehenes de unos cuantos, porque existe temor de que si actúan como gobierno e imponen el orden, pueden ser acusados de represores.
Ante ese supuesto yo me pregunto si los gobiernos, en defensa y protección de los millones de pacíficos, no pueden considerar que ésos que provocan el desorden, lo hacen mediante la comisión de varios delitos, por lo que son ellos, los verdaderos represores del pueblo.
En el caso de los compañeros periodistas, se están violentando dos derechos fundamentales: el de reunión y el de la libertad de expresión, por lo que uno se pregunta: ¿En dónde está el estado mexicano, que es el ente obligado a proteger esos derechos?
Hoy, en México entero, de norte a sur, de este a oeste, en cualquier punto de nuestra patria, se escucha la voz ciudadana que demanda poner un alto a esa ola de violencia que está dañando a todos, principalmente al país como tal, que ante el extranjero cada día es nota por dos razones nada honorables:
Primera: Por los bloqueos, incendios de medios de transporte y oficinas públicas.
Segunda: La presencia del crimen organizado en algunas regiones bien focalizadas del país.
Ante ello, el gobierno federal, debe actuar ¡YA!, no esperar a que la sociedad civil de clase media y media alta, salga a las calles a reclamar sus derechos y, en una de ésas, hasta se enfrente con sus represores "anarcos" y, entonces sí, haya mucha violencia y quizás, hasta sangre que lamentar.
Simplemente ya no es hora de pedir paciencia y convocar a una mesa de diálogo a quienes nunca van a tener paciencia y menos se van a sentar a dialogar.
Es hora del orden... No hay más.
@EnEstaHora
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