“La alegría de un hipócrita sólo dura un momento.” - Job.

Por increíble que parezca en Veracruz la autonomía de poderes es simplemente una falacia, una mentira simulada que pretende aparentar un supuesto ejercicio de independencia porque así lo marca la Constitución del Estado en su artículo 17, pero que en la práctica no existe.
Lo que los veracruzanos pudieron presenciar a través de la señal de Internet de la Sexagésima Tercera Legislatura hasta antes que se ordenará sacar de la web la señal, fue la evidencia, de que en materia política, ya no existe la tan mentada división de poderes.
Pero vayamos por partes, la iniciativa presentada por el Ejecutivo afirman los juristas presenta serias inconsistencias que no de forma, sino de fondo pretenden coptar la independencia de al menos dos entes autónomos como lo son el Instituto Electoral Veracruzano y el Tribunal Estatal Electoral, a los cuales pretende cooptar.
En el caso del Instituto Electoral Veracruzano, se aprobó la posibilidad para que sea el Congreso del Estado quien proponga la posibilidad de nombrar dentro del nuevo Órgano Público Electoral Local (OPLE) al secretario ejecutivo de este organismo contraviniendo la norma federal que establece que tras la Reforma Política, los OPLES sean integrados por conceso y acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Elecciones (INE), mostrando la intensión de poder mantener un control al interior de este organismo “autónomo”.
De igual modo, el Código aprobado por 34 votos a favor de los diputados del PRI, PVEM, PANAL y AVE, en lo general y en lo particular y con la abstención de Ricardo Ahued Bardahuil –legislador priista-, evidencia que en relación al respeto de la autonomía la cosa no quedaría ahí.
Este martes el Congreso dejó a su suerte y por ende a las dadivas que pudiera obtener del poder Ejecutivo a los integrantes del Tribunal Estatal Electoral al convertirlo en un ente autónomo del Poder Judicial, y otorgándole solamente la facultad de que dichos magistrados sean aprobados a propuesta del Senado de la República.
La falta de dialogo en el Congreso, el amordazar la voz de la oposición evidencia únicamente que en la entidad la tolerancia es parte del discurso, más no de la acción.
Pero vamos más lejos, la prisa por aprobar el nuevo Código Electoral exhibe el terror que le produce a la administración Duartista, ser sucedida por un candidato ciudadano.
Y es que el agua no está bollos, saben que de no operar milimétricamente la cirugía por venir, el resultado de la misma sería el nacimiento de un Frankenstein que ni en sus peores pesadillas quisieran enfrentar, y es que si este escenario se diera, en determinado momento ante la falta de respuesta a instituto político alguno, el monstruo podría llevar a la cárcel a todos aquellos que malversaron recursos de los veracruzanos.
Pero vea por que le comento esto, para aquel que aspire a la candidatura independiente, deberá contar con una cédula de respaldo del 3 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, y ésta cédula, también deberá contar, por lo menos, con el 2 por ciento de apoyo de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de cada distrito o Ayuntamiento, dependiendo de la elección que se trate.
Ese es a sotto voce parte de las inconsistencias que esboza el recién aprobado Código Electoral, ahora los partidos políticos acudirán ante la Suprema Corte de Justicia para interponer los recursos de inconstitucionalidad respectivos, que seguramente serán procedentes, mientras los habitantes de la entidad se dicen bonita autonomía a la veracruzana la que tenemos.

Al tiempo.

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