“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.”
Proverbio indio

Tras los hechos lamentables de la colonia Narvarte en la Ciudad de México y 10 días después de los mismos, este lunes el gobernador Javier Duarte reapareció públicamente en una conferencia de prensa, en donde como ya es tradicional, el ejercicio de preguntas y respuestas fue nulo.
Por desgracia, el asesoramiento que acompaña al mandatario estatal, vuelve a evidenciar que más que ayudarlo le perjudican, le dañan, lo afecta.
Ese círculo de aduladores, que más que verterle propuestas y escenarios futuros, efectos y consecuencias, le continúan provocando el “efecto espejito”, ese que en los cuentos infantiles, se describe como el del encanto, en donde tras preguntar “espejito, espejito… el cristal le da la respuesta que quiere escuchar”.
Los reporteros de la fuente tuvieron simplemente que conformarse con cubrir sus notas para señalar lo que ahí se informó, tras el discurso oficial, el despreció por quienes desarrollan su labor periodística quedó de manifiesto al preferir a medios de la capital del país a quienes como en el caso de Ciro Gómez Leyva, pudieron cuestionarle, señalando que prefiere foros como ese para dar sus puntos de vista.
Pero vayamos por partes, el primer cuestionamiento para estos sabios asesores, es ¿Quién les dijo que salir 10 días después del evento, le reivindicaría puntos a la ya de por si maltrecha imagen del gobernador?, ¿Qué caso tenía revivir un lastimoso episodio para los reporteros, fotoperiodistas, comentaristas, columnistas, conductores, editores?, ¿Quién evaluó el daño que esto le traería el citar uno a uno los casos de los periodistas ultimados en años recientes?, ¿importaba de verdad precisar que 8 de los casos fueron atraídos por la Procuraduría General de la República (PGR) y solo 3 la Fiscalía General del Estado (FGE)?, ¿tenía sentido señalar el tema de la agresión a estudiantes ocurrida en el mes de junio pasado?, cuando en primera instancia se les intentó desacreditar respecto a su estatus educativo.
La realidad es que estas y otras preguntas salen de nueva cuenta a la palestra, en un momento en el que las autoridades ya habrían sido rebasadas, a destiempo, sin mayor sentido.
Ahora de nueva cuenta, se revive un tema doloroso, un tema que duele y lastima al gremio, que por más que se comprueben las causas y móviles ajenos o no a la actividad periodística, habrán dejado de manifiesto un estigma sobre la actual administración.
En el horizonte se avecinarán, nuevas escaladas de medios nacionales y extranjeros, en los que los señalamientos de culpabilidad estarán presentes, sin que, las pruebas en contrario desmitifiquen lo que realmente ocurrió.
Queda en el inmediato colectivo conocer cuáles serán las respuestas que verterá el mandatario estatal, a la declaración que deberá presentar ante el Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) para el esclarecimiento de los hechos.
El daño está hecho, la imagen y percepción ciudadana difícilmente cambiará.
Como diría el filosofo de Juárez, ¡Pero qué necesidad!
Al tiempo.
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Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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