26 de Abril de 2024
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Elecciones EU: después del engaño, la zozobra
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2016-11-12 - 15:01
Algunos atribuyen erróneamente “maldad” al gran Nicolás Maquiavelo (1469 - 1527). Pero lo que el prolífico politólogo florentino realmente nos enseña, principalmente en su obra más conocida “El príncipe”, es a ver y a apreciar las cosas como son, y no como quisiéramos que fuesen. Dice por ejemplo: “Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar.” Nótese que Maquiavelo lo único que hace es describir un hecho; los hombres somos así y las excepciones no hacen más que confirmar la regla generalizada. ¿Que deseamos que no fuesen así los hombres?, pues sí. Nuestra esperanza como humanos y más como cristianos es poder cambiar las cosas para mejor. Pero para poder lograrlo hay que partir de tener bien claro, de tener la perspectiva de cómo son y están las circunstancias y los hechos en este momento, por mucho que no nos gusten.
Nicolás Maquiavelo era un ferviente católico romano y las recomendaciones y consejos que da al “príncipe” son lo que requería para mantener el poder y unificar a la Italia de la intersección de los siglos XV y XVI, de acuerdo a las circunstancias de la época y el lugar para alcanzar el fin benéfico a mediano y a largo plazo.
Para poder mejorar, partir de la base de ver las cosas como son, y no como quisiéramos que fuesen.
Durante todo el reciente proceso electoral en Estados Unidos (EU) que involucró directamente a nuestro país por las generalizaciones despectivas hacia los inmigrantes ilegales de origen mexicano que hizo uno de los contendientes, entre otras cosas, los periodistas, analistas, gente de la farándula y ciudadanos comunes en general, estuvieron dando opiniones acerca del asunto basados más en el hígado que en la cabeza. Aun personas con amplia preparación académica basaron su “análisis”, comentarios y pronósticos en un deseo y no en los datos y circunstancias verdaderos, fríos y calculados. Es decir, sus mentes estaban obnubiladas por lo que creían que debía ser, totalmente despegados sus pies del suelo firme, en lugar de observar y analizar el estado de cosas como estaba realmente.
Una de las cosas que más me llamó la atención durante toda la campaña es que comunicadores, gente pública y ciudadanos soslayaban o ignoraban deliberadamente algo que era perfectamente perceptible: a Donald Trump lo apoyaban un número considerable de mujeres (al final la mayoría de las mujeres de EU votaron por él), de grupos de latinos (incluidos de origen mexicano) y de comunidades de raza negra. Esto no encajaba en las mentes de aquellos porque se supone que el rubio empresario inmobiliario es racista y misógino, según la imagen que se difundió ampliamente de él en los medios de comunicación mexicanos y estadounidenses. Se suponía que Trump sólo contaba con el apoyo de varones anglosajones por lo que – reitero –, basados en las vísceras y no en el cerebro, ignoraban el apoyo a Trump de esas aparentemente contradictorias minorías, algo que era más que evidente.
Los comunicadores y gente famosa se engañaron a sí mismos y de paso destantearon al público en general en ambos países al alcanzar un falso consenso de que era imposible el triunfo de Donald Trump. Se dijo que el Partido Republicano había cavado su tumba (hoy tiene con Trump la presidencia, el Congreso y el Senado) al haber permitido que llegase como su candidato, que eso garantizaba que Hillary Clinton fuera a ser la primera mujer en la presidencia de EU, etcétera. Tanto que se burlaban (a mí me tocaron dos que tres) de todo aquel que tuvo el atrevimiento de tan solo insinuar que Trump podría ganar.
Tan “convencidos” estaban que, por ejemplo, en la tontería de su vida, Margarita Zavala se dejó ver ante las cámaras saltando y aplaudiendo en un mitin de campaña de Hillary Clinton, supeditando así su posible triunfo en 2018 en México al triunfo de la ahora candidata perdedora. Su equivocación es un escollo que ya no se va a poder quitar, al menos psicológicamente (y en una campaña electoral la psicología lo es todo) en ella misma y en la gente.
¿Y los imbéciles (permítaseme aquí el fuerte adjetivo) priistas y panistas que compararon a López Obrador con Trump?... Síganle comparándolos mijitos; ya uno ganó, no sea que el otro vaya a ganar también.
Ridículas las manifestaciones posteriores en contra de los resultados de los comicios, porque ¿contra quién se manifiestan? ¿Contra Donald Trump? No. Si acaso serán contra los 59 millones de estadounidenses que votaron por él.
Y ya empezadas a difundir las estadísticas, se informó que el 29% de los latinos votaron por Trump (¿!)… Y los comunicadores siguen soslayando o aún ignorando deliberadamente, después de la votación, cuestiones de crucial importancia. ¡El 29% es prácticamente la tercera parte de los hispanos de EU! O sea que con toda la propaganda en contra ¡Donald Trump obtuvo la tercera parte de los votos de los latinos incluidos mexicoamericanos!
Se estuvo insistiendo en que el voto latino sería decisivo en estas elecciones, pero se decía porque – según – éste garantizaba la victoria de Hillary Clinton. Pues sí, el voto latino (incluidos de origen mexicano) resultó decisivo, a favor de Trump.
Contradiciendo a los políticamente correctos, el catedrático de la UNAM y columnista de La Jornada Alfredo JalifeRahme, en entrevista en CNN en español, aseguró que el triunfo de Donald Trump nos salvó de la tercera guerra mundial, posiblemente nuclear, que de inicio hubiese sido entre Rusia y EU, lo que era inminente con la continuación de la política Obama-Clinton. Hoy, a dos días de los comicios, ya hay – gracias a Dios – un acercamiento cordial entre el presidente Vladimir Putin y el presidente electo Donald Trump.
Económicamente nos va a ir mal por las remesas, si las llegan a bloquear. Pero la dependencia del dinero que mandan a sus familiares compatriotas que viven y trabajan allá fuera de la ley, es culpa y responsabilidad del gobierno de México (este y los anteriores) por haber propiciado que se hayan tenido que ir. El Tratado de Libre Comercio (TLC) no ha servido para nada; así que si Trump lo cancela, ¡bienvenido!
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

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