Con el accidente ocurrido el lunes de la semana pasada, en el que un contenedor de un tráiler con doble remolque que transportaba láminas metálicas se desprendió precisamente cuando circulaba arriba del puente Bicentenario y a punto estuvo de caer sobre un camión de pasajeros que llevaba 20 personas a bordo, nuevamente se reavivaron los temores entre la población y se encendieron las luces rojas, de alerta, entre las autoridades competentes.
Y no es para menos, pues en esa vía ya se han registrado varios percances relacionados con el transporte de carga pesada, como aquél en que un tráiler cargado con toneladas block se quedó sin frenos y causó pavor entre los automovilistas que se vieron envueltos y atrapados sin saber qué hacer, muy cerca del circuito vial Araucarias.
Por fortuna los daños sólo fueron materiales y hubo algunos lesionados, pero pudo haber sido una verdadera catástrofe.
Tiempo más atrás tuvo lugar otro incidente muy parecido al ocurrido al del lunes 22, cuando un contenedor se desprendió de otro transporte doble remolque y aplastó un auto en el que iban dos personas adultas y un niño, las cuales murieron, por la entrada a Jardines de Xalapa.
Este antecedente por supuesto que está muy presente entre la población y las autoridades, todas, con mayor razón, deberían tenerlo muy en cuenta, pues son las responsables de regular este tipo de transporte en cuanto a velocidad, dimensiones, pesos y horarios de paso.
Y es aquí, en este aspecto, donde se debe hacer notar la diligencia y rigidez en la actuación de las autoridades encargadas de la vialidad, de los elementos de tránsito, y no sólo cuando se trata de “cachar y cazar” incautos, en que patrulleros y motorizados aparecen como por arte de magia y hacen hasta caravana para perseguirlos, detenerlos y saquearlos.
Pues bien, se decía arriba que hoy nuevamente se reavivaron los temores y se encendieron las luces rojas.
El ayuntamiento, en acuerdo de cabildo, llegó a la conclusión de que se debería restringir el paso de ese tipo vehículos durante el día y permitirlo de las diez de la noche a las seis de la mañana, que es cuando hay poco movimiento de la ciudadanía y los riesgos son menos, aunque no deja de haber riesgos.
Sin embargo el director de Tránsito del estado tácitamente descartó esta propuesta aduciendo que se afectarían intereses comerciales y económicos no sólo de la iniciativa privada de Xalapa y Veracruz, sino del país entero y de más allá de las fronteras.
Ayer, tanto el regidor de la Comisión de Tránsito y Vialidad del ayuntamiento local como el director del centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en entrevistas separadas coincidieron y precisaron que no se debe anteponer el interés económico a la obligación de preservar la vida humana, pues la autoridad debe privilegiar en todo momento y bajo cualquier circunstancia la seguridad de la población.
Más claro no puede ser, aunque no siempre se hace lo que se debe.