21 de Noviembre de 2024
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TIEMPO Y ESPACIO - Maricarmen Delfín Delgado
NI TE PREOCUPES
2022-11-09 - 20:24

Maricarmen Delfín Delgado


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Por fin llegó el día tan esperado, cuando recibí la invitación para esta grandiosa fiesta pensé que no habría problema para organizarme ya que aún faltaban varias horas para que se realizara, pero como soy precavida, decidí revisar mi ropero en busca del atuendo que llevaría para lucir de acuerdo con la fecha, me gustaría llevar mi chal con coloridas flores sobre un ropaje negro, al abrirlo me dije: no tengo nada que ponerme, ni modo, ya veré como consigo algo para mañana.


Me sorprendí al saber  que los conocidos de mi colonia también estaban invitados, que todos estarían en la celebración para convivir con los asistentes, me emocioné aún más y como buena vecina, fui de casa en casa preguntando qué llevarían para compartir porque, como en toda fiesta mexicana, lo más importante es la comida como parte de nuestra identidad y añeja tradición, yo llevaré chocolate pero no podré llevar el pan, alguien me dijo: ni te preocupes, allá habrá mucho, en los altares no puede faltar, nosotros también llevaremos algo sabroso que estimule el recuerdo y los sentidos.


Hay mucha gente saliendo del vecindario, todos se apresuran para tomar su camino, se mezclan unos con otros pero con cierto orden, primero, las mascotas saltan de aquí para allá seguidos por los niños, ellos también corren y avanzan adelante de los adultos, los mayores sonríen caminando con parsimonia como si el tiempo no les importara, su andar es tan lento que parecieran flotar. Aunque todos llevamos prisa por llegar a nuestro respectivo festejo, se respira la calma y la alegría, se nota que es un día de fiesta, un día especial, después del encierro que en que hemos estado.


Por fin llego, en la puerta me encuentro a mis vecinos que se organizan para entrar, espero un momento, uno de ellos me dice: parece que nosotros nos tenemos que acomodar donde está el camino amarillo, a un costado del altar donde el cempasúchil y las velas nos iluminarán mientras estemos con ellos, después  probaremos todo lo que está colocado en la mesa que adornaron con tanto esmero para la celebración.


Veo a mis amigos, mi corazón parece salirse por la  emoción, sonríen y bromean, recuerdan anécdotas, los momentos en que hemos estado juntos, los días difíciles compartidos que se afrontaron con entereza y solidaridad, surgen reflexiones también nostalgia, finalmente retoman el ánimo para seguir charlando con nosotros.


Después de un rato algunos se despiden, comentan que también tienen que ir a celebrar con su familia pues saben que en estos días los esperan con mucho amor para consentirlos con las viandas que a ellos les gustan, deben apresurarse para aprovechar el tiempo que estarán juntos ya que tendrán que regresar al barrio donde ahora vivimos.


Por fin terminan se desocupan, me levanto para ir a saludarlos pero están distraídos charlando, no insisto, ya habrá otra ocasión para  ponernos al corriente, aprovecho para regresar a casa con mi comadre que vive al lado, me dice que estuvo muy hermosa la fiesta, le comento que no pude vestirme como quería ya que mi ropero estaba vacío, así sucede, me responde, cuando una se va la familia todo regala, mira, ni te preocupes, con las flores del altar podrás adornarte, aprovechemos esta ráfaga de viento para volver a nuestro lugar pues hoy fue un día muy ajetreado, mañana descansaremos para volver con los nuestros cuando el aire de otoño remueva los recuerdos.


 


 

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