Agustín Contreras Stein

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AUNQUE no fue abiertamente una manifestación ciudadana, en contra del gobierno de la cuarta transformación, la concentración de más de medio millón de personas en el zócalo de la ciudad de México, se convirtió en una fuerza importante para defender los derechos ciudadanos, clamando por el respeto de todos los mexicanos, haciendo énfasis especial en la democracia de todo el país.

En ciudades importantes, como capitales de los Estados, también se dio una fuerte unidad ciudadana, donde se pidió a la Suprema Corte de Justicia, analice profundamente los lineamientos aprobados recientemente por el congreso de la unión, dentro de la reforma electoral denominada Plan B, enviada por el presidente de la república, donde se contemplan disposiciones oficiales que hacen peligrar la estabilidad política de la nación, así como la destrucción del organismo encargado de la organización de los eventos electorales, con la finalidad de asegurar el empoderamiento de un partido y de un hombre que no ha sabido digerir el mandato popular.

“Mi voto no se toca”, fue el clamor popular en las manifestaciones de ayer en todo el territorio nacional, con la finalidad de que los ministros de la corte, consideren, en su revisión de la constitucionalidad de estas disposiciones oficiales, los derechos de un país que se ha mostrado unido cuando se le quiere atropellar, impunemente, a sus derechos consagrados en la constitución general de la república.

Aunque la concentración por la democracia, no fue, propiamente, un acto en contra del gobierno de la cuarta transformación, sino una fuerza ciudadana que pide al máximo órgano de justicia, analice detenidamente las consecuencias que traería la imposición de una reforma electoral que a todas luces busca beneficiar al gobierno en turno, sí tuvo un especial impacto en palacio nacional y en algunos Estados de la república, gobernados por Morena.

La marcha respetuosa y honesta, de miles y miles de ciudadanos, la cual fue organizada sin recursos públicos, fue una señal inequívoca de las cosas están cambiando en el país, porque nunca, que se tanga noticia, se han dado concentraciones ciudadanas de esta naturaleza, en contra de las decisiones unilaterales de un gobierno y de un hombre que se ha creído un Dios, sin pensar que el poder es una concesión del pueblo, que, en determinado momento, se le puede retirar.

El clamor nacional de ayer, fue algo inédito en la vida política del país, el cual, seguramente, permanecerá vigente para el dos mil veinticuatro, cuando se tengan que renovar los poderes de la unión, mediante un proceso electoral, que se busca, sea respetado.

Esta movilización, que superó la presencia ciudadana del trece de noviembre pasado, es algo nunca visto en México, lo que indica el grado de inconformidad de los mexicanos, ante un gobierno que busca perpetuarse en el poder con estrategias dictatoriales. México, ha dado una muestra más al mundo, que no está dispuesto a soportar las imposiciones y menos que le roben lo más preciado que tiene como ciudadano, su derecho a elegir y su libertad absoluta para hacerlo dentro de un marco de respeto y apego a las disposiciones electorales por las cuales ha luchado permanentemente en busca de consolidar la democracia en todo el país.

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LEGISLADORES QUE TRACIONAN A LOS MEXICANOS.

NO SON TODOS, pero una gran parte de legisladores federales, prefirieron estar en contra de sus representados, por intereses políticos y personales, antes que defender a las instituciones emanadas de la constitución general del país, contraviniendo sus disposiciones que son claras y precisas y buscan, siempre, avanzar significativamente en el proceso democrático de México.

Diputados y Senadores de la república, que se identifican plenamente con este gobierno y no con el pueblo, no podrán aparecer en el escenario público nacional, por mucho tiempo, pues tanto son repudiados que no merecerán el respeto ciudadano. Fueron claras sus intenciones de seguir el juego presidencial, aprobando una reforma electoral, que, a todas luces, contraviene los principios democráticos del país y los derechos de todos los ciudadanos mexicanos.

Seguramente, por vergüenza pública, se abstendrán en pararse en un lugar público y hasta tomarse el café con un amigo, por temor a una represalia ciudadana, pues han traicionado la confianza popular y han puesto en evidencia la falta de principios, como es el respeto que deberían tener por la representatividad que les fue otorgada por el pueblo.

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JOVENES Y MUJERES, DECISIVA PARTICIPACIÓN.

NO TODOS LOS JOVENES del país, ni todas las mujeres participativas, han sido envenenados por este gobierno. Ayer, también, miles de jóvenes y miles de mujeres, dieron muestra de su inconformidad ante las inclinaciones dictatoriales de un hombre que ha sido seriamente seducido por el poder.

En la concentración por la democracia, se hicieron presentes estos importantes sectores de la sociedad, mostrando su fuerza y su decisión de no aceptar más las imposiciones oficiales. Siendo los jóvenes una importante reserva electoral, que llega, aproximadamente al treinta y tres por ciento del listado nominal, sumados a la también evidente fuerza de las mujeres que ocupan un porcentaje mayor del cincuenta por ciento en el padrón electoral, representan para las próximas jornadas electorales, el punto de referencia más especial, para decidir quién podrá gobernar a nivel federal y en los Estados de la república, en el futuro político del país.

De esta manera, en el umbral participativo de México, se advierte un nuevo panorama político nacional.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.