21 de Noviembre de 2024
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DESDE CATALUÑA - Amadeo Palliser Cifuentes
Calidad de vida
2024-10-24 - 10:16

 


 


Amadeo Palliser Cifuentes / Barceona 


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Es difícil criticar la calidad de vida desde el mundo occidental, privilegiado gracias a los abusos de siglos precedentes, fomentados por las colonizaciones extractivas; pero todo es relativo, claro, y por eso es criticable que Catalunya esté a la cola en España, que se sitúe por debajo de la media española, y eso es fruto de que la colonización extractiva española se sigue aplicando en nuestro País, como intento explicar en este escrito.


Ayer, el INE (instituto nacional de estadística español) hizo público que según el indicador multidimensional de calidad de vida (IMCV), situando a Catalunya con 101,14 puntos en el año 2023, por debajo de la media española (101,54); y, como en el año 2022, la comunidad de Navarra (105,29), La Rioja (104,14), Aragón (103,89) y el País Vasco (103,89), siguen liderando el ranking, que lo completan Cantabria (103,57), Asturias (102,76), Baleares (102,61), País Valenciano (102,56), Madrid (102,38), Castilla y León (101,78) y Castilla la Mancha (101,64)


Catalunya sigue en la cola, con niveles anteriores a la pandemia; y no destaca en ninguno de los indicadores, y las peores puntuaciones se reflejan en el ocio y relaciones sociales (94,36), gobernanza y derechos básicos (97,53), entorno y medio ambiente (101,22), y, especialmente, en seguridad física y personal (95,65)


Y esto es un claro reflejo, y consecuencia, de la infrafinanciación de la comunidad catalana, que sufrimos un déficit histórico de nuestra balanza fiscal, ya que, anualmente perdemos 20.000 millones de euros, que se van al estado, sin retorno. Y, claro, las inversiones del estado, presupuestadas o no, siempre son deficitarias en Catalunya, en detrimento de otras comunidades autónomas, en especial la de Madrid, que, por su efecto de capitalidad, actúa como verdadero punto negro español, que absorbe gran cantidad de los recursos.


Históricamente, la construcción de una España extractiva y radial, ha comportado el fenómeno de la España vaciada, confirmando el efecto basado en el llamado ‘Madrid es una isla’, pues, como dijo la infausta Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid (PP): ‘Madrid es España y España es Madrid’.


Por eso, muchos ya estamos cansados de promesas de ‘lluvias de millones’, que nunca llegan, y siempre seguimos en una gran sequía, también de financiación.


Por lo tanto, no podemos creer más en los políticos, en ninguno, pues todos son grandes mentirosos, como dijo (*) Niccolo di Bernardo dei Machiavelli (Nicolás de Maquiavelo, 1469 – 1527): ‘gobernar es hacer creer’. Es decir, prioriza el engaño sobre el cambio real.


(*) en realidad hay tantas frases atribuidas a Maquiavelo, como a Winston Churchill (1874 – 1965), que es difícil saber su autenticidad.


Pero muchos ya no creemos, no podemos creer, nos hemos convertido o nos han convertido en descreídos.


Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 – 1900) ya reflejó la dureza de la situación en la que nos encontramos:


‘Allí donde la soledad acaba, comienza el mercado; y donde el mercado comienza, también comienzan el ruido de los comerciantes y el zumbido de las moscas venenosas (…) en torno a los comediantes giran el pueblo y la fama: así marcha el mundo’.


Pero Nietzsche se olvidó de los políticos, que salvo honrosas excepciones que priorizan el servicio, la mayoría son verdaderos profesionales, vividores del sistema, expertos en mentir y engañar, para seguir disfrutando de sus privilegios, prebendas y, claro, ir fomentado y engrasando las redes y entramados de influencias, para, en su momento, poder mamar de ellas.


Un claro ejemplo lo hemos tenido con la copa América de vela, finalizada hace unos días en Barcelona. Y, hasta ese momento, el alcalde Collboni (PSC/PSOE) y todos los responsables, no hacían más que alabar el gran éxito, si bien ocultando el balance económico, y postulándose para ser la sede perpetua de esa competición, por sus innumerables beneficios para la ciudad.


Pero, una vez finalizada la competición, el equipo neozelandés, el vencedor, que, según los estatutos, tiene el derecho de elegir la próxima sede, manifestó que ‘Barcelona se les había quedado pequeña’ y que preferían buscar otra sede más rentable para la organización de la competición.


Y claro, inmediatamente salieron todos los responsables del ayuntamiento (menos el alcalde, claro) señalando que con esta competición ya habían cumplido los objetivos, y que no tenían previsto apostar por seguir con ella en el 2026; pues consideran que la inversión pública dedicada al efecto, no tiene sentido en el futuro.


Y el colmo del cinismo, fue ‘argumentar’ que la candidatura de Barcelona, la hicieron en el año 2020, en plena pandemia, con una comunidad afectada y deprimida, y dividida por el procés independentista. Y consideraron que esos problemas requerían un proyecto ilusorio que uniese a la sociedad. Que desvergüenza.


Y cuanta razón tenía la turista neozelandesa, que, como ya comenté, se les coló en un telediario.


Es evidente que ‘las victorias tienen muchos padres, pero las derrotas son huérfanas’, frase atribuida al yerno de Mussolini, el conde Gian Galeazzo Ciano (1903 – 1944, fusilamiento ordenado por el propio Mussolini).


Por eso me parece que sólo tenemos una salida, que caiga un nuevo meteorito y que los dinosaurios empiecen un nuevo ciclo, pero más acertado y con mayores garantías de éticas y moralidad.


Los menos pesimistas consideran que ‘el fracaso es la niebla desde la cual todos vislumbramos el triunfo’ (como dijo el supervillano Aldrich Killian del cómic Iron Man, creado por Warren Ellis y Adi Granov)


Pero me parece que la niebla, precisamente, no hace más que confundirnos, pues, ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, y éstos siempre son los políticos y sus sustentadores: los grandes empresarios y, especialmente, los del sector inmobiliario.


Por eso, ahora, Pedro Sánchez y su monaguillo Salvador Illa, presentan grandes proyectos de construcción de viviendas sociales, con grandes promesas, que todos sabemos que, al final, quedarán en naderías, respecto a las verdaderas necesidades.


Es cierto que la vivienda es uno de los grandes problemas sociales, y no solo para la juventud, que debe retrasar su emancipación, o desplazarse a vivir lejos de Barcelona y de los núcleos de las principales ciudades; si no, también, para muchos conciudadanos mayores, con pensiones o sueldos mínimos.


Y la ampliación de la oferta de vivienda es importante, pero es uno de los factores, ya que el principal es la masificación turística y el progresivo aumento de los llamados ‘expat’ (expatriados que viven temporalmente en un país, por estudios o trabajo), con la consecuencia de viviendas dedicadas a ese sector, alquiladas por días o semanas y, evidentemente, a precios mucho más elevados. Y esto, claro, es más ‘difícil’ de querer solucionarlo, más bien al contrario, los todopoderosos fondos inversores siguen apostando por la ampliación del aeropuerto de El Prat de Barcelona.


Es cierto que la vivienda es un derecho fundamental, como lo son el respeto de la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, etc.; pero estos derechos está claro que no son rentables, ya que no hay posibilidad de que grandes consorcios se aprovechen con su ampliación.


Asimismo, sabemos que los intereses del estado español, con su rey Felipe a la cabeza (o al cabezón), tienen alergia a la democracia, a la libertad, por lo que siguen reacios a avances en ese sentido, por mínimos que sean. Más bien al contrario, si han de apostar, lo hacen por incumplir leyes como la de la amnistía.


Todo es un gran engaño, como lo fue el ‘Memorándum de Budapest’, firmado el 5 de diciembre de 1994, ofreciendo garantías de seguridad por parte de los signatarios respecto a la adhesión de Ucrania al Tratado de No Proliferación Nuclear. Ese memorándum, firmado inicialmente por la Federación de Rusia (Boris Yeltsin), los EUA (Bill Clinton) y el Reino Unido (John Major), obtuvo futuras adhesiones: China, Francia, etc.


De acuerdo con ese memorándum, Ucrania cedió a Rusia 5000 bombas nucleares y 220 vehículos lanzadores de largo alcance, 176 misiles balísticos intercontinentales y 44 aviones bombarderos de gran alcance con capacidad nuclear. Como resultado, Ucrania cedió el tercer arsenal de armas nucleares del mundo entre 1994 y 1996. A cambio, ese memorándum ofrecía garantías de seguridad ante las amenazas o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de Ucrania.


Pero ya sabemos cómo han ido las cosas, desde la conquista de Crimea y la guerra de este último año. La desnuclearización de Ucrania, ha sido aprovechada por Putin, y esto nos demuestra la real validez de los acuerdos políticos y, especialmente, de la validez y honradez de los políticos en cuestión.


Siempre pasa lo mismo, la geopolítica es muy cambiante, a remolque de los intereses de los verdaderos poderes.


Y los teóricos contrapoderes, también siguen ese balanceo, como estamos viendo con la reunión del grupo de BRIC (Brasil, Rusia, India y China) creado en 2006, al que se añadió seguidamente Sudáfrica, pasando a ser BRICS; y, con posterioridad, se añadieron Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía e Irán; y esa ‘organización’, inicialmente tenía por objetivo el cambio de la economía global en un mundo con importantes países en proceso de desarrollo.


Pues bien, ese grupo heterogéneo, junto con otra gran cantidad de países de esa misma línea (hasta un total de 24 países, con la inclusión puntual del secretario general de la ONU, Antonio Guterres) estos días se está reuniendo en Rusia, blanqueando a Putin, por más que prefieran distanciarse de la guerra en Ucrania. Pero me parece evidente que el máximo ‘provecho’ de esta cumbre, lo obtendrá Putin, como he comentado, rompiendo, de ese modo su imagen de bloqueo internacional.


Y entiendo que Putin juegue a esto, pero que países tan heterogéneos caigan también en esa trampa, me demuestra que, o bien hay aspectos ocultos que se me escapan, o no son tan ocultos, y así nos va.


Y ese fallo es generalizado, pues, si realmente, esos países mal llamados en vías de desarrollo (y nosotros, los independentistas catalanes), tenemos claro lo que queremos ser, no debemos deslumbrarnos por las falsas imágenes especulares, no debemos caer en la trampa de querer imitar a los modelos que detestamos y de los que queremos distanciarnos.


Tenemos que hacer como Blancanieves, y romper el espejo, todos los espejos; y alejarnos de los que prefieren seguir atrapados en esos espejos que, como en el mencionado cuento, pertenecen a la reina malvada, y nada bueno puede salir ni reflejar.


Y los independentistas catalanes (como todos los catalanistas) tenemos claro que seguir en el castellano y castellanizado reino español, representa seguir teniendo una infrafinanciación histórica, que incide incluso en nuestra menor calidad de vida (educación, sanidad, seguridad, etc.), pues es evidente que las promesas no son comestibles ni dan cobertura ante la lluvia, ni mejoran la educación.


El periodista Jorge Bustos dijo que ‘la política es un cuento hecho para un público infantilizado’; y con mensajes así, nos quieren adormecer, con su pan y circo, mientras ellos, los ‘profesionales’ siguen aprovechándose. En la Grecia clásica, los idiotas eran los ciudadanos privados de sus derechos, mantenidos sin instrucción alguna.


Y así nos quieren, todos idiotizados, deslumbrados por los espejos mágicos, como hicieron los colonizadores con los nativos, al llegar a América.


 Y si algunas tribus pensaban que verse reflejados en un espejo, o en una fotografía, les ‘quitaba’ el alma, nosotros, en esa misma línea, deberíamos darnos cuenta que seguir votando a los políticos actuales, incluso a los independentistas sin un rumbo claro, no deja de ser un sinsentido, pues es más de lo mismo.


Como es un sinsentido creerse a alguien como al represor Salvador Illa, que promete el paraíso en la tierra, diciendo que gobernará para todos, pero, claro, obviando el verdadero tema nuclear, el nacionalista e independentista; y así, con amputaciones de derechos fundamentales, nunca habrá un paraíso posible.


El ‘paraíso’ que nos prometen y quieren imponer, es uno poblado por idiotas, aquellos interesados exclusivamente por su vida privada, y sin iniciativas sociales, siguiendo la descripción efectuada por Aristóteles.  


 Bertrolt Brecht (Eugen Berthold Friedrich Brecht, 1898 – 1956) escribió el siguiente poema:


 


El peor analfabeto


es el analfabeto político.


Él no oye, no habla


ni participa en los acontecimientos políticos.


 


No sabe que el costo de la vida,


el precio de los frijoles, del pescado,


de la harina, del alquiler, del calzado


y de las medicinas


dependen de las decisiones políticas’


 


Hannah (Johanna) Arendt (1906 – 1975) dijo: ‘Una vida pública es una vida política’, y esto es básico, si queremos ser ciudadanos y no súbditos.


 


amadeopalliser@gmail.com


 


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