21 de Noviembre de 2024
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DESDE CATALUÑA - Amadeo Palliser Cifuentes
Incompetencia e intereses criminales
2024-11-02 - 15:24

 


 


Amadeo Palliser Cifuentes / Barcelona 


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La cronología de la actual DANA, el peor temporal de este siglo en la comunidad valenciana muestra, de forma diáfana, la incompetencia de los irresponsables ‘teóricamente responsables’, por lo que será preciso exigir responsabilidades políticas y judiciales, pues las consecuencias son inasumibles (de momento, 211 muertos y 1900 desaparecidos), como intento exponer en este escrito.


Antecedentes:


A modo de comparación, en los Països Catalans tenemos el referente mental de la riada del Vallès Occidental del 25 del setiembre 1962, que causó entre 600 y 1000 muertos y elevadas pérdidas materiales estimados, en su momento, en 2700 millones de pesetas.


Las causas meteorológicas fueron que, después de un largo período de sequía, cayeron precipitaciones de 240 litros por m2, que hicieron crecer los caudales de los ríos Llobregat y el Besòs y sus afluentes, causando grandes destrozos en el Vallès Occidental y en el Oriental, en el Baix Llobregat y el Maresme.


Y un factor determinante, fue el irregular desarrollismo económico, de las décadas de 1940 y 1950, que comportó la llegada de una gran inmigración; y esa situación comportó la construcción cerca de los ríos, de precarias viviendas e industrias, formando barrios marginales, con residentes no censados, y todo ello fomentado por la corrupción, ya que mayoritariamente, los propietarios de esos terrenos eran los mismos gobernantes o personas muy próximas a ellos.


El régimen de Francisco Franco respondió con todo el aparato propagandístico, y envió al vicepresidente del gobierno, Agustín Muñoz Grandes y cinco ministros, para organizar las ayudas. El 26 de setiembre, el gobierno envió el regimiento de artillería de costa, número 7, la policía armada y unos 200 guardias civiles (…) también participó la sección femenina de la falange (…) pero la principal ayuda fue de los voluntarios (…)


En la comunidad valenciana, ‘la gran riuà’ (riada) fue el 14 de octubre de 1957, provocada por el desbordamiento del río Túria, que provocó la inundación de la ciudad de Valencia, principalmente. Las consecuencias fueron 154 muertos, la destrucción de 5800 viviendas, y un coste de 13 millones de pesetas.


La consecuencia fue desviar el río hacia el sur, y ampliar su capacidad; obras sufragadas por los valencianos, principalmente por un impuesto adicional en los sellos de correos, en esa localidad. Finalmente, las obras se inauguraron en 1972.


(fuente: información extraída de Wikipedia)


Situación actual:


Efectivamente, en estas seis décadas se han efectuado mejoras urbanísticas, canalizaciones, etc., pero, en realidad, la especulación, los intereses en la explotación urbanística, han comportado que siguiera la construcción en zonas inundables, ya sea por riadas o por la subida de las mareas.


Asimismo, han mejorado notablemente los sistemas de control y previsión meteorológicas; así como los medios mecánicos de limpieza y rescate, pero, el factor humano, movido por intereses políticos partidistas, puede obviar ese conocimiento, como ha pasado con el gobierno valenciano de Carlos Mazón (PP)


Así que, en la práctica, y vistas las consecuencias actuales, éstas son similares a las del siglo pasado.


La mencionada cronología de la gestión de la Generalitat Valenciana, fue la siguiente:


La agencia estatal de meteorología (Aemet), el lunes 28, a las 08.42 h., al constatar las lluvias, activó la alerta naranja en algunas zonas, comunicando al resto de la comunidad se mantuvo la alerta amarilla, que era la establecida con anterioridad para toda la comunidad. A las 16.30 h., la Aemet, alertó de las intensas lluvias al interior de la comunidad, avisando que en 12 h., se podía llegar a 100 l/m2; a las 20.00 h., algunos municipios suspenden las clases para el martes.


El martes 29, a las 07.42 h., la Aemet activó la alerta roja al litoral sur de Valencia y se amplia a alerta naranja al norte de la capital.


A las 09.00 h. se reunió el Consell de la Generalitat valenciana, presidido por Carles Mazón (PP)


A las 09.48 h, la Aemet amplió la alerta roja a toda la provincia valenciana, y señaló una especial preocupación por los barrancos y cauces de los ríos. A las 10.30 h., primeras carreteras cortadas por inundaciones, como la A-7, y primeros rescates en carreteras y domicilios.


A las 13.00 h., Mazón hizo una rueda de prensa diciendo que el temporal se desplazaba y se preveía que a las 18.00 h disminuyera su intensidad; y descartó cualquier daño material y alerta hidrológica.


A las 15.30 h., la fuerza de las aguas se lleva los primeros vehículos y mobiliario urbano. Se activa el nivel 2 del plan especial de inundaciones a la comarca de la Plana d’Utiel, y se pidió la intervención de la UME (unidad militar de emergencias)


A las 19.11 h., la Aemet avisó que había inundaciones en zonas en las que no ha llovido, se suspende la línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia y el trayecto de Rodalies de Valencia-Gandía-Xàtiva.


A las 19.30 h., se activa el nivel 2 a toda la provincia.


A las 20.14 h., se produce la primera alerta de protección civil a la ciudadanía, por las lluvias, horas después del inicio de los destrozos. Un mensaje de móvil aconseja no desplazarse a la provincia de Valencia.


A las 21.03 h., segunda alerta de protección civil, esta vez a las comarcas de la Ribera Alta y Baja, la Foia de Bunyol y l’Horta Sud; se pide que se confinen en casa.


A las 21.50 h., Mazón comparece desde el centro de emergencias, pero no será hasta media noche que informó de las primeras víctimas mortales y de desaparecidos.


Miércoles 30, a las 07.00 h., protección civil pidió no desplazarse a la provincia de Valencia. Se activa un teléfono para familiares de desaparecidos. A las 09.20 h., el gobierno valenciano informó de 51 víctimas mortales, a primera hora eran 13. Durante las siguientes horas actualizó la cifra de muertos, que ya superaban los 150.


Durante el día, Pedro Sánchez, el rey y la presidenta de la CE, Úrsula von der Leyen manifestaron su preocupación.


A las 17.43 h., la Aemet informó que éste era el temporal del siglo, pues se habían registrado casi 500 l/m2 en 8 horas, en algunas localidades.


A las 20.48 h., el servicio de emergencias aseguró que ya no quedaban personas por rescatar en tejados ni en puntos elevados; que han hecho 70 rescates aéreos y 200 terrestres.


Jueves 31, a las 08.30 h., la Generalitat Valenciana anunció un paquete de medidas de 250 millones de euros; hay unas 500 personas alojadas en albergues y poblaciones todavía sin luz.


A las 10.07 h., se activó la alerta roja a la provincia de Castelló, una hora después de la apertura de las escuelas. A las 11.50 h., después de dos horas de intensas lluvias, protección civil envió la alerta de confinamiento a las personas de esa provincia.


(fuente: Albert Diumenjó, Ara, 1 de noviembre)


Es decir, el martes 29, a las 07.42 se activó la alerta roja al sur de Valencia y se amplió la naranja para el resto; a las 15.20 h, se activó el nivel 2 del plan especial de inundaciones en una comarca; a las 19.30 h, se amplió a toda la provincia de Valencia. Y no fue hasta las 20.14 h, cuando se emitió la primera alerta de protección civil. En definitiva, 12 horas perdidas, 12 horas que hubieran podido salvar muchas vidas, pero la deficiente gestión por parte del gobierno de Mazón, dilapidó ese margen, perdiéndose gran parte de posibilidades de actuar preventivamente.


En ese plazo, Carlos Mazón hizo caso omiso a la oferta de la Generalitat Catalana, ofreciendo el envío de camiones de bomberos especializados; y el ministro de interior, Grande-Marlaska, rechazó la ayuda ofrecida por Bruno Retailleau, el ministro de interior francés. Pues, como dijo años atrás el nefasto Mariano Rajoy: ‘los españoles son españoles y muy españoles’, es decir, el orgullo hidalgo castellano que les caracteriza.


José Antich, en su editorial de ayer, viernes 1, a las 21.10 h, comentó:


‘(…) la descoordinación más absoluta entre diferentes instituciones (…) el fracaso más estrepitoso del estado español en las últimas décadas (…) ya no se trata, a horas de ahora, que el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón cometiese una grave negligencia, que ha causado muchas víctimas, retardando imprudentemente el aviso a la población cuando ya era una evidencia que la DANA provocaría una enorme tragedia. Es que continúa dirigiendo el operativo, mientras el gobierno español, con recursos humanos y materiales muy superiores, parece mirárselo desde una media distancia. Mientras esto sucede, se escuda en competencias de una administración o de otra, que la gente no entiende. hay retrasos incomprensibles en el suministro de alimentos o agua; se produce una negativa a aceptar bomberos especializados en este tipo de catástrofes naturales (…) reina la desorganización total en la llegada a la zona destruida de centenares, ni no miles, de voluntarios (…)


Nadie manda. Nadie está a la altura de la tragedia. Nadie expresa la más mínima muestra de humanidad delante del dolor de centenares de miles de personas que está afectadas de una manera u otra.


Sirven estos dos ejemplos, de este viernes: El primero, la ministra de defensa, Margarita Robles: ‘el ejército tiene una presencia disuasiva, lo que no podemos pretender es que en un país el ejército lo haga todo. Sus tareas, las que corresponden a la administración, en este caso, la administración valenciana, o tareas de seguridad’ ¿Realmente, la ministra, piensa lo que dice? ¿es suficiente el millar de efectivos desplegados de un ejército compuesto por 120.000 hombres y mujeres?


El segundo caso es el de la consejera de turismo, industria, innovación y comercio, Núria Montes de Diego, todo un ejemplo de insensibilidad hacia los familiares de las víctimas, que se amontonan delante del depósito de cadáveres improvisado por las autoridades en el recito ferial valenciano: ‘aquí no se permitirá, no se entregarán cuerpos a familias, no se permitirá el acceso de familiares a la zona donde tenemos custodiados todos los muertos, así que han de esperar de forma obligatoria la llamada del juzgado y el libramiento de la documentación pertinente, y las familias, el mejor lugar donde esperar las noticias de sus familiares es en sus domicilios’. La mala educación es innecesaria siempre, y menos, delate del dolor humano.


Mientras sucede todo esto, los cadáveres recuperados superan los 200 y se cifra oficialmente en 1900 los desaparecidos. Es urgente adoptar medidas excepcionales y romper el maldito círculo de descoordinación, prepotencia y caos’


(elnacional.cat, viernes 1 de nov)


En esa misma línea de falta de empatía, Esperança Camps Barber, tituló su artículo de ayer: ‘Sin ni una gota de humanidad: la comparecencia indignante de Mazón y Marlaska’, comentando que habían llegado 500 efectivos militares, y si era preciso, mañana (hoy) llegarían otros 500 (…)’


(Vilaweb, 1 de nov)


Por su parte, Josan Piqueres tituló su artículo del siguiente modo: ‘Menos efectivos en Valencia de los que fueron enviados el 1 de octubre (referéndum del 2017) a Catalunya’.


(Diari La Veu del País Valencià, 1 nov.)


Berto Sagrera, ha titulado su artículo de hoy, 2 de nov., del siguiente modo: ‘Crecen las voces para que el gobierno español intervenga la gestión del desastre en el País Valenciano’, y comenta que el gobierno español podría asumir la gestión de emergencia mediante dos vías: bien declarando la situación operativa de nivel 3 (emergencia de interés nacional) o bien declarando el estado de alarma.  (…) Diego López Garrido (PSOE) pidió el jueves que Pedro Sánchez declarase el estado de alarma, para tomar el control de la situación, ‘este no es un tema de una comunidad autónoma, es un tema de estado’, afirmó.


El ministro de política territorial, Ángel Víctor Torres, contestó que ‘España es un estado autonómico con competencias claras y es preciso seguir lo que dicta la constitución respecto a los estatutos de autonomía (…) en esa misma línea se manifestaron otros ministros: Teresa Ribera, Margarita Robles, etc. (…) Y Robles señaló que ‘desde el primer momento, el ejército estaba esperando que se le llamase’


(Elnacional.cat, 2 nov)


Ante todo este galimatías, cuatro días más tarde, hoy, 2 de noviembre, al mediodía, Pedro Sánchez ha hecho un comunicado televisado, y ha anunciado el envío de 5000 militares más, y de 5000 policías; y que ha empezado los trámites para utilizar los fondos europeos de solidaridad. Y ha destacado que si Mazón necesita más recursos, que los pida, que su gobierno está presto para ayudar, y que el gobierno valenciano puede hacer todo el gasto que precise. Y ha descartado que el estado tome el control de la situación: ‘no se trata, ahora, de que el estado reemplace a la administración autonómica, ahora se le ha de dar soporte’ (…) y una vez resuelta la situación de emergencia, será preciso reflexionar sobre la distribución de competencias en casos de situaciones extremas como la actual, también ha remarcado que se ha de respetar el asesoramiento científico y adaptarse al cambio climático’


(elnacional.cat)


En definitiva, y tras este largo repaso, me parece preciso destacar unas observaciones, de forma sintética:


Efectivamente, toda catástrofe natural, en gran parte, es imprevisible; pero dada la geografía de la comunidad valenciana, la lluvia en las montañas, daba un importante margen de horas, para actuar y prevenir; no como en un terremoto.


La gestión efectuada por el gobierno de Carlos Mazón (PP + Vox), ha sido nefasta desde el primer día, que presumió de acabar con el ‘chiringuito’ de la unidad de emergencias de la comunidad valenciana.


Y la gestión específica de la actual crisis, es una consecuencia de esa ineptitud, de esa visión neoliberal que va contra todo servicio público.


Por eso, Carlos Mazón no debería seguir ni un día más en el gobierno, ya que su demostrada incapacidad, le inhabilita para la futura construcción.


Pero, claro, el PP y Vox tienen mayoría en el parlament, y no hay opción de presentar una moción de censura con éxito. Podría pedir una moción de confianza, para ganarla y así, ‘blanquear’ su imagen, y todo seguir igual.


Así que, sólo la presión social podrá hacer su vida política inviable, y ser sustituido por otro personaje émulo suyo, claro.


Y, después, Mazón y su equipo, deberían sufrir un gran abanico de denuncias y juicios por causas criminales, pues más de 200 muertes, que llegarán a las 2000, nadie las puede blanquear, olvidar ni perdonar.


En un segundo plano, también debería asumir sus responsabilidades Pedro Sánchez, ya que el artículo 116 de su constitución faculta al gobierno a dictar el estado de alarma, como hizo el 14 de marzo del 2020, por la Covid (estado de alarma que el tribunal constitucional, posteriormente, declaró inconstitucional).


La ley orgánica 4/1981, de 1 de junio, amplió y explicitó los estados de alarma, de excepción y de sitio. Y, en concreto, en el artículo 4 (capítulo II), señala:


‘El Gobierno, en uso de las facultades que le otorga el artículo ciento dieciséis, dos, de la Constitución podrá declarar el estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se produzca algunas de las siguientes alteraciones graves de la normalidad:



  • a) Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud.

  • b)  Crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves.

  • C)  Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos veintiocho, dos y treinta y siete, dos, de la Constitución, concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo.

  • D)   Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.


Efectivamente, estoy totalmente de acuerdo que Pedro Sánchez mantenga la separación de poderes, y respete los estatutos de autonomía. Eso sería lo correcto siempre, y siempre es siempre.


 Pero vimos que, contra Catalunya, tanto el PP como el PSOE, esa separación no se respetó.


Asimismo, me parece ético y moral que, en casos como el valenciano, de evidente y contrastada ineficiencia, Pedro Sánchez debería haber declarado el estado de alarma, el mismo martes 29, o, como más tarde, el miércoles 30, pues se hubieran podido salvar muchas vidas; y, ahora, se evitarían las carencias de desabastecimiento de los productos básicos.


Y claro, la declaración del estado de alarma en Valencia, controlada por el PP, hubiera sido considerado un ataque frontal a ese partido y al de Vox; y por eso Sánchez ha preferido no subir la tensión política, que ya está muy elevada. Pero, claro, si esa presunción mía es cierta, Pedro Sánchez debería ser declarado culpable criminalmente, por omisión de sus responsabilidades.


Y como nos ha mostrado la gobernación del bipartidismo español, después de cada ‘crisis’ el gobierno de turno recentraliza más funciones, saltándose los estatutos autonómicos; eso lo vimos con la Loapa, después del golpe del 23 F de 1981, y ahora nos lo anuncia Pedro Sánchez, al decir, esta mañana que: ‘una vez resuelta la situación de emergencia, será preciso reflexionar sobre la distribución de competencias en casos de situaciones extremas como la actual’.


Y claro, como siempre aplican el ‘café para todos’, nuestro estatuto catalán también será recortado, sin ninguna culpa, sin haber mostrado nuestra posible incompetencia.


Asimismo, también es un error pensar que se gestiona mejor de forma centralizada; pues eso es lo más disfuncional. Lo verdaderamente operativo es gestionar de la forma más próxima posible, pero, claro, con los medios precisos al efecto.


Pero la visión mesetaria, de la España castellanizada, es muy diferente, pues, como señaló ayer Vicent Partal en un vídeo: las cabeceras de los principales periódicos madrileños, apenas se hicieron eco del problema valenciano, y el primer día, El País, titulaba, en portada, que la línea del AVE Madrid-Valencia, había quedado interrumpida; y ayer, la agencia EFE, publicó una nota preguntando cómo lo harían los madrileños para ir a Valencia el fin de semana. Por eso, Partal les llama ‘hijos de puta’, pues pensar en ir a comer una paella, en medio de tanta desgracia, es del todo inmoral.


Y estoy de acuerdo, con perdón de las putas, más bien es de bestias carroñeras.


 Y en esa línea, ahora acaban de anunciar que mañana el rey y Pedro Sánchez visitarán la zona catastrófica; vaya vergüenza de rey, tardar casi toda una semana. Pero, total, para ir a hacerse una foto, mejor que ni vaya.


 Para acabar este ladrillo de escrito, me parece oportuno destacar el ¿chiste? Del Ara de hoy, de ‘A la contra’ de Ferreres.


En la viñeta se ven familias con niños andando bajo la lluvia entre coches destrozados, y la madre de una criatura dice:


 Si delante de un temporal así, alertan tarde y mal, ¿cuándo hablan de salvar España, de qué hablan exactamente?


 Y un padre cargado con un hijo, le contesta: Ves a saber, de salvar a los españoles, seguro que no’


 Pues es eso, intervinieron Catalunya en el 2017, para salvar a su España, en contra de los catalanes; y ahora no intervienen en Valencia para salvar a su población, por no elevar la crispación política institucional.  


 Todo muy coherente, en la coherencia españolista, españolizante y españolizadora, claro.


 


amadeopalliser@gmail.com


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