¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Salmos 19:12

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Hay que admitir que el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, es un político con gran popularidad en nuestro país por la facilidad que tiene para conectar con el electorado, es llano en su hablar.
Sin embargo, Andrés Manuel, aparte de su sencillez, se ha valido de los sentimientos religiosos de la gran mayoría de los ciudadanos, para mezclar la palabra de Dios con sus propuestas políticas, además de utilizar imágenes de la Iglesia Católica. Morena es una vinculación clara con ‘La Morenita’, o sea, la Virgen de Guadalupe.
Llevado por su grandilocuencia, mi ex compañero de partido (no olvidemos que se formó en el PRI), ha tenido la osadía de compararse con Jesucristo, al decir que como él, el Mesías fue un perseguido, vaya locuacidad del señor López…sin comentarios.
Pero en fin, celebro que el connotado político sea un hombre de fe, por lo tanto, me permitiré hacer algunas reflexiones que permitan poner las cosas en su lugar, porque si profesamos la palabra Sagrada, lo mínimo que podemos hacer es aplicar las Leyes de Jehová en nosotros mismos.
Una de las mayores contradicciones que cotidianamente manifiesta el destacado personaje en cuestión, es su incapacidad para aceptar sus errores y en principio, hay que admitir que TODOS, absolutamente TODOS, podemos equivocarnos, nos dice Romanos 3:23:
“No hay diferencia entre el Judío y gentiles, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”
Correcto, no hay discusión, todos en algún momento de nuestras vidas pecamos, pero ¿cómo salimos del embrollo?
Leamos a 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”.
Aquí encontramos la clave: hay que aceptar con humildad cuando nos hemos equivocado y pedir la misericordia de Dios, somos sus hijos y por ello el Señor siempre tendrá consuelo para todos, lo único que nos pide es admitir que tuvimos un desliz, por lo tanto, debemos orar para tener la Iluminación del Espíritu Santo y así pueda guiar nuestros pasos.
En ese sentido, si Andrés y/o sus partidarios caen en alguna tentación, deben tener el valor de reconocerlo y no buscar cargar su responsabilidad en sus adversarios políticos, porque de hacerlo, lo que realmente están logrando es alejarse de lo que el Todopoderoso nos instruye a través de las Sagradas Escrituras, así de sencillo, no nos hagamos bolas.
Siento mucha alegría de que la madre de Andrés, doña Manuelita Obrador, haya sido una integrante de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, considero que debió dar una excelente instrucción a sus hijos, por eso es que me atrevo a rebatir los dichos del tabasqueño, considero que no aplica lo que aprendió en casa.
Señor López Obrador, usted puede ser el próximo presidente de México, por lo tanto, respete la palabra del Señor y no lo utilice en su demagogia. No olvide lo que pidió Salomón a Jehová, cuando el Señor le dijo que le concedería lo que quisiera:
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 1Reyes 3:9.

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