CUIDADO, en el Congreso local, se hace un trabajo sin fundamento, sin criterio y menos, sin el conocimiento de la materia legislativa.

Resulta ser, por lo visto, un serio peligro para la legislación veracruzana, y por lo tanto, para todos los veracruzanos, que en última instancia, son los que tienen que cumplir con la serie de aberraciones jurídicas.

Es tiempo de hacer parar al Congreso, con la finalidad de que no sigan discutiendo y aprobando leyes contrarias al interés de la población, pues es la que, en todo caso, se convierte en la receptora de estas legislaciones y la única que paga los platos rotos.

Los diputados de hoy, requieren de buenos asesores en materia jurídica y es tiempo de que los consigan, porque se sabe, que ya están pensando en reformar códigos como el civil, donde se afecta, sin duda alguna, directamente el interés de los particulares, independientemente de las leyes que tienen que ver con la familia.

Los legisladores locales, se han enfrascado en asuntos que poco le interesan al pueblo, como es el caso de la legisladora Eva Cadena, que sin pretender defenderla se ve claramente que se trata de un asunto político y en donde el supuesto desafuero no tiene sustento legal. El trabajo de los señores diputados ha quedado al margen cuando se empeñan en enlistar en sus sesiones, asuntos que ni remotamente conocen la mayoría de los veracruzanos, porque más bien, se trata de chismes que no llevan a nada positivo.

Sin embargo, ya en materia legislativa, es necesario revisar cuidadosamente cada asunto que pasa por sus manos, porque se trata de cuestiones sumamente delicadas que no pueden quedar al capricho de cincuenta personas que fueron elegidas por un sistema político que tampoco tiene sustento legal y que más bien forma parte de todo ese mundo raro que suelen construir los señores legisladores en una casa que merecería el más alto respeto.

Es una lástima que en nuestros tiempos, se tenga que contar con diputados que no saben ni siquiera en el especio en que se encuentran parados, aunque haya otros que merezcan nuestro respeto por el trabajo que realizan.

Pero en términos generales, en Veracruz, se cuenta con miles de leyes, la mayoría de ellas son inaplicables porque se hicieron al vapor, porque solamente se quiso cumplir con el requisito de participar en un proceso legislativo que no servirá para nada. Basta con revisar las leyes votadas por la pasada legislatura en que ninguna de ellas es ahora positiva y lo más importante, que sea aplicable para todos los veracruzanos.
Por eso es necesario parar al Congreso, sin importar que no hagan nada, pues será, en todo caso mejor que los legisladores sigan sentados en sus curules y cobrando por el contrato celebrado con el pueblo, que emitir leyes que perjudiquen más que beneficien a los veracruzanos en general.

Estamos en tiempo de ajustarnos a diversas realidades con la posibilidad de lograr que el estado en que vivimos, avance, pues en todo caso, lo importante es eso, que la entidad tenga en sus manos los valiosos instrumentos que le permitan vivir tranquilamente y con empleos que también le sirvan para poder subsistir junto con sus familias.

¿Qué han hecho en este sentido los diputados locales, que más bien buscan saciar sus propios intereses antes que los de los demás, que en todo caso, son los que a través del voto popular los contrataron para hacer un trabajo legislativo satisfactorio?

Pues nada, que se sepa, porque lo importante es asegurar su propio destino, sus propios intereses y posteriormente, si queda algún tiempo, aplicarlo a favor de algunas ocurrencias legislativas.

Es tiempo, pues, de pensar en detener la alocada carrera del Congreso, pues a sus diputados les urge, más que nada, tener algo que sustente el cobro de sus respectivas quincenas, aunque estos trabajos que realzan solo sean para conveniencia de sus propios intereses y de sus propios partidos políticos.

Que no legislen, pues vale más la inoperancia legislativa, que tener que sufrir, posteriormente, las consecuencias de sus actos dentro de la Legislatura.

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LO QUE PARECE NO haber quedado claro, es la denuncia de la diputada Cynthia Lobato Calderón, respecto de los abusos del poder, al ejercer, sin restricción alguna, los recursos económicos del poder legislativo, a cargo del diputado panista Sergio Rodríguez.

Sería una vergüenza que llegara a quedar debidamente asentado que, efectivamente, es cierta la versión de la legisladora y que de verdad, los recursos se ejercen para todo, menos para lo que están destinados.

Si esto, realmente, llegara a oídos de los veracruzanos, los que en una elección los contrataron para trabajar en el congreso, ya los hubieran revocado el mandato y los hubieran puesto en el banquillo de los acusados, que ahora sería de lo más fácil, porque ya hemos visto que este gobierno trae las intenciones de acabar con todo lo que huele a corrupción.

Justo es, entonces, que se aclare el panorama respecto de la actuación del famoso Presidente de la Junta de Coordinación política, que según Lobato Calderón, los recursos del Congreso, se han utilizado para fiestas y pachangas particulares, sin el consentimiento, claro, de los demás diputados, incluyendo los de su bancada.

Fue triste saber esta noticia, cuando en los medios se dio a conocer, mientras que hay veracruzanos, que en este momento no tienen que comer.

Sin embargo, sí tenemos diputados inconscientes que prefieren el desenfreno con dineros que no les corresponden, tan solo porque, según dicen algunos, hay poder y cuando hay poder de por medio, todo puede suceder.

Que se aclare el asuntito, pues, porque el pueblo merece una respuesta honesta, transparente, clara, precisa y sin rodeos.

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DESDE HACE MÁS de veinticuatro años, el diputado, ahora panista, José Luis Enríquez Ambell, dijo a este columnista que dentro del PRI, la cola no avanzaba.

Efectivamente, hubo quien luchó por varias décadas para entrar en una posición político electoral, sin llegar a lograr nada, por más esfuerzos que hizo.

Y era claro, en ese entonces, que Enríquez Ambell, pensara de esa manera, porque siempre estuvo en su mente llegar a ser legislador. Su padre, a quien recordamos siempre con afecto, fue legislador local y federal y sobre todo, un gran luchador y defensor de la clase obrera de Veracruz.

Sin embargo, José Luis, no avanzaba, porque, como siempre lo decía, la cola no avanza, con lo que quería significar que había obstáculos de toda clase para poder llegar a posiciones político electorales.

Pero, por fortuna particular, de quien decía que la cola no avanzaba, el sistema político en general, le ha hecho justicia. Ahora, como quiera que haya sido, ya es diputado y lo será, parece ser, hasta el final del trabajo legislativo de la presente legislatura local.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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