Entre Duarte y la falta de imaginación nos están acabando

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Las buenas noticias no llegan a Veracruz, por el contrario, toda la información que se genera es para documentar lo que ya sabemos: la entidad está colapsada.

La crisis económica no amaina, el desempleo aumenta, el gobierno estatal está incapacitado para convertirse en promotor del crecimiento porque la situación de las finanzas públicas es desastrosa y lo peor es que no se aprecia que en el futuro próximo mejore el asunto.

El Instituto de Pensiones tendrá un déficit para cuando concluya el año, de alrededor de 2,000 millones de pesos, la administración de Yunes Linares no puede hacer nada en virtud de que el balance entre lo que ingresa y lo que se gasta es negativo, 20 mil millones de pesos más o menos, o sea, necesitamos respiración de ‘boca a boca’ de la SHCP. En consecuencia, la obra pública es simbólica, no hay proyectos viables, solo ofertas de que en las semanas por venir se harán anuncios trascendentes sobre el tema.

Miles de proveedores del gobierno quebraron por los adeudos que no saldó Duarte y aunque amenazan con demandar, no se ve una solución en lo inmediato. En lo relativo a los delitos de alto impacto, cada mes se va rompiendo el record, vamos de mal en peor.

En lo que corresponde a los integrantes del gabinete, en áreas medulares como la gobernabilidad y la seguridad, han dado muestra fehaciente de que no tienen idea de cómo entrarle. Otros funcionarios tienen una inexperiencia proverbial, por más esfuerzos que hagan simplemente no pueden. Además, uno que otro ya cayó en las redes de la frivolidad

De la deuda pública lo único que diremos es que si no se renegocia a la brevedad, hay un riesgo real de caer en moratoria, las consecuencias serían desastrosas.

Nomás falta que un meteoro descargue su furia contra la entidad, es lo equivalente a que nos orine un perro.

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