El futuro del PRI es cuestión de posiciones: horizontal o vertical
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Concluida la jornada electoral para elegir a los ediles de los ayuntamientos, se dio el banderazo de arranque para los procesos electorales concurrentes de 2018, para el tema local, la elección de gobernador y de diputados.

En este sentido, en el ex partidazo (los números reales lo ponen en tercer lugar en Veracruz, detrás del PAN y Morena), se discute la permanencia o remoción del inefable Renato Alarcón y en caso de que fuera removido, quién es la persona idónea para presidir el CDE.

El asunto podría no ser tan complicado, sin embargo, todo indica que los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, quieren hacer prevalecer sus intereses por encima de los distintos grupos de poder que se aglutinan en el instituto político de marras.

La ecuación es sencilla: un dirigente a modo de cualquiera de los senadores, trabajaría en pro de la candidatura a gobernador de su jefe político, es decir, de Héctor o de José, el partido quedaría, como es usual, relegado a un segundo término.

En circunstancias a favor, es decir, con un gobernador emanado del PRI, la disputa sería secundaria porque un gran elector se encargaría de ‘planchar’ a las partes en conflicto, pero, con un gobernador antagónico y belicoso, la cuestión podría derivar en una severa fractura.

Las bases y los liderazgos locales priistas, tienen la obligación de aplicar la sabia máxima: perdimos la gubernatura pero ganamos el partido. En este sentido, si quieren mantener viables sus proyectos distritales y municipales, deben encarar, con argumentos sólidos, las pretensiones de imponer nuevos (y fallidos de origen) cacicazgos.

La coyuntura histórica indica que Revolucionario Institucional se encuentra en una encrucijada con dos opciones harto claras: renovarse o morir…Perogrullo dixit.


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