TARDE o temprano, podría llegarse a la posibilidad de que los partidos políticos tengan que financiar, por sí solos, sus propias campañas políticas, es decir, sin utilizar los recursos públicos que son parte del patrimonio nacional, conformado, principalmente, por las aportaciones de los impuestos de cada ciudadano que se encuentra dado de alta para los efectos correspondientes.

De esta manera, aunque parezca antidemocrático, porque algunas organizaciones políticas que no tienen mayores entradas de recursos por cuotas o alguna otra forma de financiarse, tendrán que trabajar constantemente, tanto en la búsqueda de la confianza de sus propios militantes, como en la búsqueda de aportaciones que directamente se le hagan, desde luego, también pagando, incluso, los impuestos correspondientes por los ingresos obtenidos.

Esta posibilidad se ha venido estudiando y casi proponiendo, porque ya no es posible que el Estado, siga proporcionando recursos económicos, cuyo monto, es cierto, va de acuerdo a la organización política de que se trate, pero que al final, muchos de estos recursos van a parar a las bolsas de los propios dirigentes que no ven el caso de invertir todo el dinero que se les da, porque sencillamente, saben que no van a ganar y esa es una razón suficiente para que, de plano, muchas de estas cantidades, se tengan que mochar para que siga subsistiendo el partido y quienes lo dirigen.

Así es que el Estado, se liberaría de este gasto que se efectúa en cada elección y que si se hacen cuentas, llegar a ser sumas extraordinarias que bien pueden servir para la construcción de miles de aulas que hacen falta en muchas escuelas del país, en donde las clases se siguen impartiendo bajo los árboles o bien en galeras de lámina, tal y como sucede en muchas partes del territorio mexicano, principalmente, en las zonas marginadas.

Nada más, cuente, pues en este proceso electoral que viene para el próximo año, se tendrán que invertir, por parte del Estado, pero vía Instituto Nacional Electoral, una cantidad aproximada a los siete mil millones de pesos, que si bien serán repartidos entre todos los partidos registrados, no deja de ser una cantidad que ofende al pueblo mexicano, después de observar, en muchas partes, la pobreza normal y la extrema que existe todavía en sectores abandonados a su suerte.

Poco a poco se tiene que ir acabando con estos privilegios y sobre todo, llenando los bolsillos de unos cuantos, mientras que la mayoría de habitantes de este pueblo, no tiene, muchas veces qué comer. No lo decimos como una fantasía, sino que es una realidad, la cual se puede palpar directamente con solo salirse de una ciudad para internarse en los pueblos a los cuales se les debiera llamar mágicos, en su conjunto, porque no se sabe como, pero la verdad es que sobreviven, precisamente con actos mágicos, propiamente, porque no hay otra manera que pudiera calificarse a sus propias acciones para no morir.

El principio ya se esta dando en estos tiempos, cuando las necesidades del gobierno federal, son destinar, en mayor cantidad y prioridad, recursos para atender la resurrección de este pueblo que ha sufrido en carne propia los efectos devastadores de los fenómenos naturales como han sido los huracanes, y principalmente los temblores y terremotos que se han presentado en los recientes días.

Y claro, no es precisamente, en las prerrogativas de los partidos políticos, pues hay también otras áreas donde el gobierno debiera administrar con más cuidado para evitar mayores fugas de recursos económicos. Reordenar las dependencias que manejan dinero en abundancia como es el caso de Petróleos Mexicanos, y otras entidades, para poder obtener recursos que puedan solucionar el grave problema económico del país, el cual ya esta, propiamente, vendido, por las malas administraciones que se han tenido y no precisamente del PRI, solamente, pues ya le ha tocado al propio Partido de Acción Nacional, gobernar en dos sexenios juntos al país y se ha dado cuenta que no es culpa total de un solo partido, sino que la deuda, por ejemplo, ya rebasa muchos años y se ha convertido en impagable, pues aunque pocos tienen la información debida, son enormes cantidades que muy pocos mexicanos, podría digerir en estos momentos.

Pero, en materia política, la propuesta viene, por principio, para evitar los grandes subsidios que se le otorgan a los partidos políticos.

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Y HABLANDO DE LA DEUDA nacional, sería bueno que el Gobierno federal, después de las acciones políticas, para evitar que haya contrariedades en este sentido, informara directamente al pueblo, el monto de la deuda que se tiene en general, para que se tomen las decisiones que sean necesarias.

Ya se sabe de antemano, que esta propuesta no tendría ni caso estudiarla, porque afectaría los intereses particulares de mucha gente, desde el sector político hasta el empresarial que forma parte de todo este entramado económico que, como ya decíamos, es difícil que un mexicano común pueda entender.

A través de los años se ha venido manejando la idea de que México, es un país rico y tal vez lo sea, porque tenemos muchos recursos naturales que no se han explotado verdaderamente, salvo el petróleo, en el cual se ha basado la economía nacional y que cuando, por alguna razón, se deja de producir la cantidad necesaria que se requiere para mantenerse en el mercado internacional o bien los precios del mismo disminuyen por las políticas económicas en el plano internacional, es entonces cuando comienza el viacrusis y el enorme problema económico que tenemos, porque sencillamente, como todo mundo sabe, estamos colgados, solamente, de un alfiler de lo que pueda aportar la industria petrolera, pero nada más, porque hay otras fuentes importantes de recursos como es el campo, la pesca y el turismo, donde no se han hecho lo suficiente para poder encarar las grandes necesidades de estos sectores que más tarde podrían ser la solución a los grave problemas de la economía nacional.

Si las autoridades del país, están dispuestas a informar, sin importar que tengan que enfrentar el caos político, económico y social, de este México nuestro, seguramente las cosas podrán comenzar a caminar de distinta manera, pero para ello, tendríamos que volver a los tiempos de la conformación del país, con nuevas instituciones y un gobierno vigilado directamente por el pueblo. Alto sería, sin duda, el costo en todos los sentidos.

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DESPUES DE TODO LO QUE se ha visto en Veracruz, seguramente que la gente estará pensando en darle nuevamente la confianza al Partido Revolucionario Institucional, para gobernar una vez más durante el próximo sexenio que se avecina.

Para ello, indiscutiblemente, el mismo partido tricolor, tendría que presentar a una de sus mejores cartas para administrar honestamente al Estado. Con esto entraría de lleno en una nueva época de gobierno, cuando menos por otra década más, mientras se este haciendo caso al pueblo veracruzano, que a estas alturas ya no quiere queso, sino salir de la ratonera.

En este sentido, el PRI, tiene ahora la oportunidad de reivindicarse y mostrar su verdadera cara, la que puso cuando se trató de conformar a este país con todo y sus instituciones, cuando apenas salía de una dura experiencia que constituyeron los principales movimientos sociales como la Revolución de mil novecientos diez.

Son tiempos, pues de comenzar el nuevo ciclo y dar por terminado el periodo del pasado que todavía duele y mortifica a los veracruzanos, en lo general.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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