Los gringos tienen de repente frases de sabiduría muy práctica. Una de ellas es la de “follow the money”, sigue el dinero. El dinero lleva a los criminales, pero también a los verdaderos intereses de los gobiernos. Hace más de 10 años comencé a escribir sobre la Procuraduría de Justicia, a raíz de un delito del que fui víctima. Me interesé sobremanera en este tema, pues nada sabía de él. Solicité y logré la autorización de asistir una semana a un Ministerio Público para comprender cómo funcionaba la procuración de justicia en Veracruz… Mi sorpresa y desánimo fueron mayúsculos, en aquellos tiempos no había presupuesto para nada. Las dádivas que solicitaban los funcionarios eran para comprar papel para la máquina de escribir (verdaderas antigüedades), y para un mínimo de recursos que el estado debía proporcionar pero no lo hacía. Y claro, el consabido soborno.
En aquellos años escribía yo que mientras a la recaudación de impuestos el gobierno le dedicaba millones de pesos, a la procuración de justicia la tenían abandonada. Y eso mostraba que el interés del gobierno estaba en recaudar, no en proporcionar los servicios a los que está obligado.
Hoy la situación es similar. La Procuraduría, más allá de los gastos del procurador, se está muriendo de hambre. Los propios empleados afirman que en la región de Córdoba hay un excelente subprocurador, honesto y capaz, pero que exige que todos los asuntos salgan pronto, cuando los secretarios y agentes están abrumados de trabajo, y no cuentan con recursos materiales y humanos, para resolver los pocos crímenes que son denunciados. Recordemos que en México de cada 100 delitos, se denuncian cuando mucho cinco.
Así, si consideramos que la Procuraduría de Justicia del estado recibe cuando mucho 5 por ciento de los delitos para ser investigados, y no tiene suficiente capacidad, debemos entender que aunque los ciudadanos denuncien el 100 por ciento de los delitos, éstos no serán investigados por falta de capacidad. La tecnología que se usa para investigar delitos en Veracruz tiene unos 150 años de atraso, pues la tecnología moderna cuesta dinero y la Procuraduría no dispone de esos recursos. Todo lo que vemos en las series americanas es posible, pero en México, y en Veracruz, son sueños guajiros. Los agentes ministeriales son muy pocos, y ellos son los que deben investigar los crímenes, lo peor es que sólo cuentan con preparatoria terminada, debido a los bajos sueldos, lo cual les impide conocer y aplicar las nuevas legislaciones, generando que en sus investigaciones se cometan errores jurídicos y violaciones al derecho, que posteriormente no son subsanadas por los agentes del Ministerio Público abrumados de trabajo, y que permiten que los buenos abogados liberen a los pocos delincuentes que son puestos a disposición de un juez.
De poco sirve el esfuerzo del procurador en tratar de limpiar de corrupción las agencias del Ministerio Público, si no se cuenta con recursos materiales, tecnológicos y humanos para cumplir su función en bien de los veracruzanos. Y lo peor de todo es que a nadie le importa en el gobierno del estado.
Tenemos un Congreso de diputados locales que debería prestar atención a este rubro y asignar un presupuesto 20 veces mayor a la Procuraduría de Justicia, pero no les importa, y el gobernador del estado, abrumado también por la escasez de recursos que sufre su administración, no se atreve a proponer reasignaciones que permitan que se atienda a los veracruzanos como se debe, en los asuntos de procuración de justicia.
Así, mientras el Ejecutivo y el Legislativo están ocupados en otros menesteres, nos encontramos con un Poder Judicial estatal lleno de recomendados, en donde los principales puestos no los ocupa el más capaz, sino el que tiene mejores relaciones. Dicho esto, salvo honrosas excepciones.
Así, en Veracruz nos debatimos entre la inseguridad y los esfuerzos de la SSP de combatirla, y de llegar una denuncia rara vez será investigada y mucho menos llevada hasta las últimas consecuencias, tope donde tope, y cualquier otra frase que usan los políticos para mentirnos y tratar de convencernos de que hay procuración de justicia para los mexicanos y en especial para los veracruzanos.
Hay herramientas tecnológicas, como la plataforma TIC, que permiten desarrollar labores de inteligencia para investigación y planeación estratégica, con bases de datos históricos, patrones de comportamiento, indicadores que debieran ser públicos, etcétera, y que deben utilizarse a nivel municipal, estatal y federal, pero a ningún nivel de gobierno le interesan, a pesar de su bajo costo, mucho menor que una celebración del 15 de septiembre. Por qué no les interesa; la respuesta es sencilla: al pueblo pan y circo, más allá de efectividad, que eso es lo que nos permite ganar la próxima elección.

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