Eufórico, todavía gozando la cruda de la celebración porque su partido el PRI ganó –‘aiga’ sido como ‘aiga’ sido- 16 diputaciones de las 21 en que está dividido, políticamente, el estado, Alfredo Ferrari Saavedra, grita a los cuatro vientos que “hay de aquel que con descalificaciones, engaños y mentiras se atreva a enlodar los buenos resultados del gobierno de Javier Duarte”.
Va más allá y asegura que los priistas, militantes y simpatizantes “somos los primeros y más exigentes vigilantes del quehacer gubernamental porque se han alcanzado muchas metas y en el PRI vamos a darles amplia difusión”.
Y todo esto porque en estos días el gobernador ha estado en boca de todos a nivel nacional y mundial por la muerte, en la ciudad de México, del compañero fotoperiodista Rubén Espinoza quien tuvo que huir a la ciudad capital por las constantes amenazas que sufría por parte del gobierno del estado desde que la fotografía de Javier Duarte con gorra de policía, fue tomada por Rubén y que fue portada en la revista Proceso en la edición 1949; al día de circular fueron comprados todos los ejemplares por el Estado para que nadie leyera que hasta la fecha se han asesinado a 14 periodistas y que Veracruz ocupa el primer lugar a nivel mundial en ese rubro.
Ferrari quiere matar dos pájaros con una piedra y saltó, lanza en ristre, a la palestra para defender no tanto a Duarte sino su chamba como dirigente del PRI porque muy pronto aparecerá la convocatoria para realizar los cambios en ese partido y no la quiere perder y además ser el único de todos los colaboradores que defiende a su jefe de lo indefendible.
Lo malo que en esa defensa no habla de obras de importancia que haya realizado el gobernador en lo que lleva de su gobierno. Dice que somos los primeros, a nivel nacional, con planteles de tiempo completo. Que tenemos el mejor y más grande sistema de educación tecnológica y que por eso ganamos los primeros lugares fabricando robots y que somos el segundo lugar nacional en beneficiar a la gente con el Seguro Popular. ¿Quieren más?, pregunta rabioso a los periodistas.
Si Ferrari quiere demostrar que es el principal defensor de Duarte, ¿por qué no se atreve a juntar digamos a los más de setenta mil electores de Acayucan que votaron por Érick Lagos para que sea diputado? y que realice un mitin en el parque central de esa ciudad para que griten echando loas a Duarte.
Y que lo mismo haga en todos los distritos que ganó el PRI. Y también que invite a todos los colaboradores de Duarte y la empleomanía que regentea Juana Consuelo Vázquez y las huestes de la CNOP y los alcaldes y los diputados y demás sectores que hacen fuerte a su partido para realizar una manifestación multitudinaria en la Plaza Lerdo para demostrar una verdadera fuerza solidaria hacia quien les ha permitido meter la mano al cajón holgadamente. Esa si sería una demostración de solidaridad y cariño hacia el gobernador.
Ne creemos que Ferrari tenga los suficientes arrestos para lograr una acción de esta magnitud, primero porque no se atrevería nadie a soportar este tremendo sol canicular y el gobernador Duarte no lo aceptaría porque estos actos populistas se los dejó a su antecesor que fue hechura del más demagogo de los presidentes que ha tenido México, Luis Echevarría. Y segundo porque se expondría el mandatario a recibir, en lugar gritos de adhesión, otro tipo de actividades.
Mejor que se siga así el boqueño, gritando que quiere mucho a Javier Duarte y que con él estará hasta la ignominia siempre y cuando lo siga dejando como dirigente priista.
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