30 de Abril de 2024
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La Esperanza ha muerto
En recuerdo de Carlos Gutiérrez Carrillo, joven abogado y amigo entrañable de la familia, asesinado aquí en Xalapa el miércoles 16 de este mes, descanse en paz.
2016-03-30 - 09:54
Ha escrito un autor que la más socarrona de todas las argucias de los dioses para burlarse de los hombres, con cuyos sufrimientos ellos se divierten, fue poner en el fondo de la caja de Pandora, en la que encerraron los males, a la esperanza; hay quienes la tienen por tan bella y tan buena que la han convertido en una de las tres virtudes teologales, entre la Fe y la Caridad; en realidad es la más macabra broma de los dioses, pues mantiene engañado toda la vida al que la posee, ya que decepciona siempre; es pérfida y malísima cumplidora de sus promesas.
Pero… es lo último que se pierde, y siempre hay incautos, ingenuos, que esperan, que confían, que creen. En este caso, que la ineficiencia y la corrupción podrían desaparecer un día. Cosa que es absolutamente imposible.
Sí, definitivamente la esperanza ha muerto para los veracruzanos: la esperanza de que el gobernador Duarte reintegre los más de 2 mil millones de pesos que adeuda a la Universidad Veracruzana; la esperanza de que aparezcan los 5 jóvenes que secuestraron la policía acreditable en Tierra Blanca; la esperanza de que nuevamente veamos trabajar a los compañeros reporteros y fotógrafos asesinados; la esperanza de que ya no hayan más secuestros y violaciones a jovencitas por parte de los juniors y la maña; la esperanza de que se encuentren sanos y salvos los 3 jóvenes de Papantla y los de Coatzacoalcos; la esperanza de que los que saquearon las arcas del estado, devuelvan el dinero, la esperanza de que se vayan de aquí los grupos de la delincuencia organizada que asolan a la entidad y que se lleven con ellos a los causantes del sufrimiento de los veracruzanos y la esperanza de que los cientos de cadáveres encontrados en fosas clandestinas, encuentren paz en el más allá.
Leímos en la columna APUNTES de Manuel Rosete, el lunes 28: “… Y es que en realidad estamos viviendo momentos muy difíciles, de una violencia generalizada que nunca antes habíamos resentido, actos de corrupción e impunidad que destruyen cualquier asomo de aplicación de la ley y la justicia. El veracruzano que ama los valores y es partidario de los principios ahí está, con la esperanza de que todo cambie; los paisanos que con sus obras, su conducta y su trabajo le han dado prestigio a nuestro estado, abundan, no se notan porque lo malo siempre supera mediáticamente lo bueno, y la fe o la esperanza de que las cosas cambien siguen firmes esperando la llegada del día que el imperio de la ley se imponga, como era antes”.
Y el proceso seguirá asesinando a la esperanza porque desgraciadamente todo esto es imposible ya la mayoría de gobernantes o candidatos, que hayan resultado electos, señalan muy bien los errores que cometió el anterior… y procede de inmediato a cometerlos él, exactamente los mismos o peores. Los ineficientes y los corruptos han sido relevados o sustituidos; pero por otros que resultaron iguales, de manera que fueron otros los enfermos, pero la enfermedad siguió siendo la misma.
La ineficacia puede no verse; pero la eficiencia sí se ve; y al que la ha demostrado, no siempre se le pone donde la luzca. La corrupción es cosa que salta a la vista; amor, fuego y corrupción no pueden esconderse; el humo se mira desde lejos. ¿Y qué le pasa a un funcionario que ya se enriqueció, que ya se llevó hasta las alfombras, en donde estuvo? Se le pasa a otro lugar en que pueda seguir ejerciendo esas artes que ya domina. A uno, a dos, a seis, se le arma una escandalera en los medios. ¿Y a los otros? Sólo se les cambia de sitio. Y aquí no ha pasado nada.
Se comienza a ver que ya algunos están en las rayas de salida, los que al comienzo del siguiente gobierno de dos años van a ser acusados o de ineptos, o de corruptos, o de las dos cosas, que en eso sí hay compatibilidad. ¿Qué se ganará, entonces, con la gritería? Nada, porque el nuevo gobierno se formará igual que el actual, y que el anterior, y que todos los anteriores de esa calaña que se arrastra desde los tiempos de Miguel Alemán, el viejo.
Y como siempre costará trabajo remediar esta situación, porque gente apta, y proba, la hay en el gobierno, en todas las categorías. En la película “Renuncia por motivos de salud”, de cuando el cine todavía era algo más que fornicación, Ignacio López Tarso hacía el papel de un viejo y honrado trabajador en una secretaría y tuvo que renunciarle al presidente porque no se prestó a las transas que quería hacer. En fin.
Quedamos en que la esperanza ha muerto, la han matado los ineptos y corruptos. Ahora sólo nos queda la fe porque la caridad la vamos a necesitar muy pronto si siguen estos pillos en el poder. La fe, derrumba montañas. Ya se vio durante el Viernes Santo, en la procesión del silencio, que patrocina el arzobispo Reyes Larios, en donde ésta se demostró. Entonces ya no tengamos Esperanza sino Fe para que las cosas cambien.

rresumen@hotmail.com

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