SI HÉCTOR Yunes Landa, con una diferencia de por lo menos cien mil votos en contra, ha preferido aceptar su derrota, para no crear más daño político a Veracruz, y a los veracruzanos, entonces, porque el moreno Cuitláhuac García, con doscientos votos en contra, sigue insistiendo en que se abran los paquetes electorales para hacer un recuento de voto por voto.

Tal vez, en su afán de convertirse en gobernador, esté pensando que hay votos que no fueron tomados en cuenta y que podría existir la posibilidad de que remonte los resultados hasta ahora obtenidos.

Para tal fin, tendría, primero que pasar por encima de Héctor Yunes Landa, que en una revisión de esta naturaleza, no se quedaría callado o quieto, por lo menos, si hay una enorme diferencia de votos que lograran superar los obtenidos por Miguel Ángel Yunes Linares.

Cuitláhuac, está mal, por no decir otra cosa.

Pero entre su desesperación, ayuda a crear un nuevo panorama político de controversia inútil ante los resultados que se han dado a conocer y con ello abonar, de nueva cuenta, a la posibilidad de complicar el marco político de la entidad, ahora que ya se están aplacando las cosas.

A Cuitláhuac, le han metido la idea de que ganó las elecciones y que mediante un acuerdo nacional, se le metió a Miguel Ángel Yunes Linares para evitar que Morena, obtuviera la gubernatura y con ello, el poder que necesita para la sucesión presidencial, donde Andrés Manuel López Obrador, ya se está preparando para participar en esta contienda.

Es cierto, que se dice en todas partes que el gobierno federal, no dejará, por ninguna circunstancia que el famoso “Peje”, se coloque en posición envidiable para las próximas elecciones. Que dentro del mismo Partido de Acción Nacional, existe la misma tendencia, es decir, cerrarle el paso definitivamente a un hombre que no haría nada bien al país en el supuesto caso de que llegara a la presidencia de la república.

Se dice también, que es preferible un acuerdo nacional entre el PRI y el PAN, para no dejarlo pasar a que comience, por ahora, a tener el poder que requiere para su propio proyecto personal.

Así se lo han dicho a Cuitláhuac. Así lo ve también el mismo López Obrador, que ha iniciado la estrategia de impugnar y de buscar la revisión de las casillas para hacer el recuento del voto por voto, lo que ya ha conseguido en la ciudad de México, pero que necesita ampliar hacia otros estados de la república, donde y de acuerdo con sus propias cuentas, pudieron haber ganado las elecciones, entre esos estados, sin duda, Veracruz.

Están creyendo que los porcentajes dados a conocer en las elecciones de la entidad veracruzana, están relacionadas con este proyecto, donde además del PRI, también participa el propio PAN.

Es pues, de nueva cuenta, una especie de complot, fórmula política que se le aplica a Andrés Manuel López Obrador, cada vez que participa, según sus propios cálculos políticos.

Lo mismo, pues, los morenos están pensando que está sucediendo en la entidad veracruzana, porque resulta extraño, dicen ellos, que sean, casi exactamente, cuatro puntos de diferencia entre los tres candidatos más fuertes de la contienda electoral de Veracruz, lo que se estableció desde el principio para cada candidato, quedando, como se sabe, Miguel Ángel Yunes Linares, a la cabeza con treinta y cuatro puntos, Héctor Yunes, con treinta y casualmente, Morena, con veintiséis puntos que en relación al primer lugar, ya son ocho puntos que serían difíciles de remontar.

Por eso, Morena, está inconforme.

Cuitláhuac, también, porque así se lo ha dictado su Jefe político, es decir, Andrés Manuel López Obrador.

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¿Y LA SUCESION PRESIDENCIAL, cómo va?

Resulta que el PAN, experimenta, por ahora, una lucha interna de grandes dimensiones.

Aparentemente, los triunfos obtenidos en la reciente elección le dan cierta aprobación para el proyecto del joven político Ricardo Anaya, pero no del todo, pues se asegura que Margarita Zavala, se ha metido contundentemente en la pelea y por el momento se ve favorecida, tanto que ya recibió el respaldo del propio ex presidente Vicente Fox Quesada.

Sin embargo, este el comienzo, pues todavía no sale Rafael Moreno Valle, a la búsqueda decidida de esta candidatura, a decir, claramente que está en el camino de la sucesión. Por ahora, sopesa, solamente, el triunfo electoral obtenido en Puebla, donde tiene, sin duda, una gran aceptación, gracias a la enorme construcción de obra pública, que lo puso en el camino de la búsqueda de la Presidencia de la República.

Con el avance del PAN, seguramente que estará preparando definitivamente su participación y en ese sentido habrá que esperar lo que sucede, sobre todo, porque aparentemente, doña Margarita Zavala, ya le lleva un buen trecho de ventaja.

La esposa del ex mandatario nacional, Felipe Calderón, tiene un solo impedimento, el haber transitado con un gobierno que no cumplió las expectativas de los mexicanos, y aunque se dice que este es un problema del que fuera responsable directo el que fuera presidente de la república, su esposa no deja de tener este sello, pues fue parte importante del gobierno, y hasta de ciertas decisiones que en dicho gobierno, se tomaron.

Mientras tanto, en el PRI, lo que existe en este momento, es preocupación, solamente preocupación ante un panorama incierto para poder participar activamente en la sucesión presidencial, sea con quien sea de candidato.

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CON LA DERROTA priista en Veracruz, perdieron hasta los mismos partidos políticos que el tricolor, llevaba como lastre.

Estas agrupaciones políticas, quisieron espantar con el petate del muerto, pues de antemano se sabía que el propio PRI, tendría que subsidiarlos políticamente, porque su presencia en el ámbito político de Veracruz, era completamente nula.

En lugar de hacerle bien al Partido Revolucionario Institucional, se convirtieron en un serio problema, pues ninguno de ellos trabajó, siquiera, para lo poco que tendría como recompensa de su condición de aliados.

No aportaron nada al respaldo político de Héctor Yunes Landa, lo que ahora, se conoce como una amarga experiencia que seguramente, ya no quisieran tener.

La recomposición del PRI, tiene que ser con los mismos priistas. Hacer caso, por ejemplo, a la base militante del mismo partido y no desconocer su participación por el error de creer que los tenían cautivos. Hubo miles de estos priistas que decidieron votar en contra.

La llegada de advenedizos, fue otra limitante del PRI, pues muchas veces prefirió conceder posiciones políticas a los corridos de otros partidos, en lugar de fortalecer su propia base. Muchos, se quedaron con el bat en hombro, mientras otros, carentes de militancia y trabajo político dentro del propio instituto, fueron los acaparadores de las posiciones políticas. Ya es tiempo, para el PRI, de mirar un poco hacia el interior de la casa. Seguramente, le irá mejor.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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