Jorge Arturo Rodríguez
“La ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo”. (Karl Kraus).
En un programa televisivo, cómico, “sarcástico”, estando los conductores con disque acertijos, preguntas capciosas, más bien idiotas pero que al final caes en una especie de albur que te hacen pasar por tus cinco segundos (¿?) de pen…, le preguntaron a una joven: “¿Cómo se llama tu tío?”, a lo que ella contestó: “Alberto”. Le hacen una segunda pregunta: “¿Qué es más redondo, el melón o la sandía?”, a lo que la jovencita dijo: “El melón”. Una tercera pregunta le plantearon: “¿Cuál es el otro nombre alternativo que le llaman al planeta?” (sic). Ella contesta: “Tierra”. Entonces le dicen a la joven entrevistada: “Dímelo todo junto”. La joven, cual inocente palomita, sonriente dice: “Alberto melón tierra”. Quién entendió, entendió.
El chiste viene a chiste, más bien a cuento, porque los políticos son puro cuento y a veces cuentos chistosos o de mal gusto, actores y cómicos burdos (hay excepciones, lo sé), que si se las creemos pos ya valimos; presiento que se pitorrean de nosotros los pobres… Ya, melodramático el asunto, ¿no? Digo, entonces, que la pregunta es: ¿Con quién te vas, con melón o sandía? ¿Estás con nosotros o no estás? ¿La vida o la muerte? ¿O la degolló? ¿Ser o no ser? ¿Esa es la cuestión?
México me da tristeza, estamos inmerso en padecimientos crónicos y no hacemos nada o disque actuamos, pero para la foto y subirla a Facebook. Es más, nos encanta los dime y diretes mientras el muerto se nos muere. Así de fácil en México, un país cada vez más polarizado, que más bien diría un país bipolar, si no es que multipolar. ¿Pa’ dónde jalan los bueyes de la carreta? O es o no es, nada de medias tintas, más bien sin medias, así, desnudos, a calzón quitado. A chingaos, pos empiecen por quitar en las sesiones parlamentarias el voto en abstención, que nomás sea: sí o no. Y al carajo todo el mundo. Vámonos por otra chela, mi Chelita.
O hay guerra o hay paz, nada de lo que canta Lupita D’Alessio:
Ni guerra, ni paz
no quiero verte más,
me convencí
que no te haré feliz.
Ni guerra, ni paz
que poco tú me das
perdóname si yo me enamoré.
Consigna: enamorarse de morena, no de la güera ni de… Nada de la novela La guerra y la paz, de León Tolstói. México de un extremo a otro. ¿Qué mano mueve a la cuna? Entretanto, sigamos viendo cómo nos derrumbamos ante tanta osadía de tonterías, por decir lo menos.
No sé dónde oí que todo sigue igual: son los mismos seres “humanos”, pero con diferentes nombres.
Los días y los temas
Con los acontecimientos violentos provocados por el racismo –incluso, por la violencia misma generada por cualquier motivo-, es necesario recordar las palabras pronunciada por Martin Luther King, en su discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz de 1964. Les comparto una parte:
“Acepto este premio con una fe inquebrantable en los Estados Unidos de América y una fe audaz en el futuro de la humanidad. Me niego a aceptar la desesperanza como la respuesta final a las ambigüedades de la historia. Me niego a aceptar la idea de que la «enfermedad» de la naturaleza del hombre le hace moralmente incapaz de alcanzar el «deber ser» que siempre lo confronta.
Me niego a aceptar la idea de que el hombre es solo restos y desechos en el río de la vida, e incapaz de influir en el curso de los acontecimientos que lo rodean. Me niego a aceptar la idea de que la humanidad está trágicamente vinculada a la opaca medianoche del racismo y de la guerra, que hacen imposible alcanzar el amanecer de la paz y la fraternidad.
Me niego a aceptar la cínica idea de que nación tras nación deben caer en una espiral militarista al infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán la última palabra en la realidad.
Esta es la razón por la que el derecho temporalmente derrotado es más fuerte que el mal triunfante. Creo que incluso hoy, en medio de ráfagas y el mortífero sonido de las balas, no hay que perder la esperanza de un mañana más brillante.
Creo que la justicia herida, postrada en las sangrientas calles de nuestras naciones, puede ser levantada de este polvo de vergüenza para reinar entre los hijos de los hombres. Tengo la audacia de creer que los pueblos de todo el mundo pueden tener tres comidas al día para sus cuerpos, educación y cultura para sus mentes, y dignidad, igualdad y libertad para sus espíritus. Creo que lo que los hombres egocéntricos han derribado, los hombres centrados pueden levantarlo. Sigo creyendo que un día la humanidad se arrodillará ante los altares de Dios, y la no violencia y la buena voluntad redentora será la regla de la tierra. «Y el león y el cordero se echarán juntos; y cada hombre se sentará debajo de su vid y su higuera, y no habrá quien tenga miedo.» ¡Todavía creo que venceremos!”
Quien tenga memoria…
De cinismo y anexas
Van otros aforismos, estos de Karl Kraus:
*No estoy a favor de las mujeres, sino en contra de los hombres.
* Para proteger la verdad se puede disimular.
*La democracia significa poder ser esclavo de cualquiera.
*Hay personas que toda su vida guardan rencor a un mendigo por no haberle dado nada.
*Moral es la tendencia a vaciar la bañera con el niño dentro.
Ahí se ven.
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