Agustín Contreras Stein

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AUNQUE lo sabían, los dirigentes de los diversos partidos políticos de oposición, ya han confirmado plenamente como es que opera el movimiento de regeneración nacional, denominado Morena. Esto que han visto el sábado pasado, durante el proceso interno de renovación de sus cuadros delegacionales, les da una idea de como serán las cosas en plena campaña presidencial, así como en el momento preciso de la jornada electoral, en el dos mil veinticuatro.

No hay otra para los partidos políticos de oposición más que ponerse a trabajar en lo que ya tienen bien establecido, es decir, vigilar constantemente que las estrategias políticas que ha evidenciado el movimiento político en el poder, no lleguen a ser parte del proceso relacionado con la sucesión presidencial, así como buscar la manera de que los programas sociales no sigan imponiendo el sentido del voto en favor de los candidatos oficiales.

Esta tarea es importante, pero a la vez demasiado compleja, por lo que representa para los partidos políticos de la oposición, una constante operación a partir de este momento y principalmente en los rincones más apartados de la entidad, en lo que corresponde a Veracruz, y en todos los ámbitos políticos del territorio nacional, para el caso del proceso relacionado con la sucesión presidencial.

La oposición, no requiere tanto hacer un proselitismo político consistente en los ofrecimientos y promesas, así como en los regalos de siempre para convencer a la ciudadanía, sino explicar en cada reunión lo que tienen en sus manos como la más poderosa forma de ganarse la confianza, es decir, llevando información clara y precisa de como hacen las cosas sus contendientes y cuál es el peligro que representa Morena, en el caso de seguir presidiendo los gobiernos de la famosa cuarta transformación, que hasta estos momentos, solo ha perjudicado seriamente al país, a sus propias estructuras y a todo lo alcanzado en el pasado.

No será fácil para el PAN, para el PRI, incluso para el mismo PRD, trabajar de esta manera, porque se está acostumbrado a tratar de convencer a los votantes, con los viejos formatos de hacer política, pero así son los nuevos tiempos, donde se tienen que emplear las nuevas técnicas del convencimiento popular y precisamente es Morena, el movimiento político a vencer, quién ya les dio las armas y el mejor camino para usarlas. Entonces, ¿qué esperan?

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PEPE YUNES, ¿LA ÚLTIMA ESPERANZA?

EL MEJOR POLÍTICO que existe hoy en día, por cuanto corresponde al PRI, y consecuentemente de los partidos políticos que con él integran la coalición política que buscará ganarle a Morena, los espacios que ya un buen tiempo les pertenecieron en Veracruz, es, sin duda, Pepe Yunes. Es el mejor perfil político que se puede encontrar, independientemente, de que pudieran surgir otros con las mismas características que posee el político de Perote.

Sin embargo, la unidad política tendría que blindarse de pies a cabeza con la finalidad de que las traiciones políticas, no vuelvan a hacer de las suyas, como en aquellos tiempos en que el mismo aspirante de hoy, buscó por primera ocasión la gubernatura del Estado.

Pepe, a decir de todos, era el mejor candidato, el mejor hombre del PRI, el personaje mejor calificado para gobernar a una entidad con tanto prestigio político, que era, prácticamente, un candidato a la medida del Estado, que pretendía gobernar.

Pero se cruzaron las traiciones de la misma militancia tricolor, se tasaron las mejores ofertas y se ofrecieron las mejores recompensas para poder entregarse a las tentaciones políticas y económicas que surgieron en su momento. Pepe, debió ganar las elecciones, no precisamente con el margen superior que siempre se pretende, pero sí con una buena votación que lo pusiera al frente de un gobierno, a decir verdad, pudo ser diferente.

Pero otra vez, Pepe, parece estar en la mejor jugada, en las mejores condiciones políticas para participar en una contienda que nuevamente se presenta difícil, pero con mayores posibilidades de lograr la ansiada meta. Pepe, para Veracruz, y para la oposición en general, representa, sin duda alguna, la última esperanza de volver por el camino correcto.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.