Amadeo Palliser Cifuentes / Barcelona
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Siguiendo con mi escrito de ayer, sobre la necesidad de tener objetivos, estrategias y tácticas, vemos que, en la actualidad, todo es ‘más de lo mismo’, y así nos va, como intento explicar seguidamente.
Continuando con el historiador y general Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz (1780 – 1831), en su obra ‘De la guerra’ (1832), es preciso señalar que los independentistas catalanes tenemos claro que nuestro objetivo político es la independencia de Catalunya; y, como dice Clausewitz, ese es el punto inicial, básico y fundamental.
Pero, no es suficiente.
Pues el objetivo debe complementarse con la definición de las estrategias adecuadas, que deberán conformarse con acciones al respecto, que, por sí mismas, ayuden a la consecución del objetivo fijado.
Y aquí fallamos, como está claro, pues mientras que Junts pretende conformar unas estrategias de conformación con el estado (confrontación que no siempre se visibiliza de forma clara y constante), ERC pretende seguir unas estrategias de negociación con el estado (estrategia que, en realidad, cae en la claudicación, más o menos oculta)
Y en ese panorama, es obvio que las escasas tácticas seguidas por los diferentes colectivos (como el nuestro de Meridiana Resisteix), no dejen de ser meras actuaciones de ‘pollo sin cabeza’, recordando al ‘Mike the headless Chicken’, de Phoenix (Arizona, EUA) de 1945.
Y así nos va.
En esta situación, como refleja la expresión ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, los burócratas y chupópteros miembros de los partidos (que tienen como principal objetivo salvar y mantener su propia carrera y estatus laboral), tienen las de ganar, dada la actual ley de partidos y la inexistente ley electoral (pues Catalunya, tras más de 4 décadas, ha sido incapaz de elaborar una ley propia, siendo la única comunidad autonómica que, por eso, debe aplicar la ley española)
Hoy hemos visto la película ‘Soy Nevenka’, dirigida por Iciar Bollaín en este 2024, en la que narra la siguiente historia de Nevenka Fernández, que me parece muy ilustrativa al respecto, pues muestra el funcionamiento partidista:
‘En el año 2000, Nevenka Fernández, economista de 24 años, regidora de hacienda en el ayuntamiento de Ponferrada (León) en los años 1999 - 2001, sufre una persecución implacable, tanto sentimental como profesional, por parte del alcalde Ismael Álvarez (PP), un hombre acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal. Nevenka, tras sufrir una depresión, decidió denunciar, por acoso sexual, a su jefe, aunque sabe que deberá pagar un precio muy alto: su entorno no la apoya, la sociedad de Ponferrada le da la espalda y los medios la someten a un juicio público. Su caso inició en España el movimiento ‘#metoo’, mucho antes de que se inventase el término. Una historia basada en hechos reales que convierte a su protagonista en una pionera al llevar pro primera vez a un político influyente y popular ante los tribunales por acoso sexual y laboral.
Los compañeros del partido popular no apoyaron a su compañera, al revés, apoyaron la tesis del alcalde; la Asociación para la Defensa de la Mujer Acosada, que, inicialmente había ejercido la acusación particular, se retiró poco antes de empezar el juicio, argumentando que había perdido la confianza en Nevenka.
La sentencia, del 30 de mayo de 2002, impuso al alcalde Ismael Álvarez, la pena mínima, fue condenado a 9 meses de prisión, una multa de 6.480 euros y una indemnización a la víctima de 12-000 €, por acoso sexual.
Álvarez dimitió de sus cargos al conocerse la sentencia, ni el PP se lo pidió, ni ninguna ley se lo exigió.
Ana Botella, mujer del entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, todos del PP, elogió la labor del asediador, señalando: ‘es preciso tener un total respeto por el alcalde de Ponferrada, que ha tenido una postura impecable dimitiendo, antes de que hubiera una sentencia firme’. En esa misma línea se expresó el entonces presidente del senado y del PP de Madrid, Pío García-Escudero.
El fiscal, José Luís García Ancos, que fue apartado del caso, sometió a la víctima a un polémico interrogatorio cuestionando su denuncia: ‘Usted no es la empleada de Hipercor que le tocan el culo y ha de aguantarse porque es el pan de sus hijos’, y, después, en una entrevista radiofónica, dijo que ‘se desprendía que, según unos testimonios, se quería decir que Nevenka era una colegiala, una putita’.
Nevenka ganó la batalla judicial, pero perdió la batalla social. Después de la denuncia le resulto difícil encontrar trabajo en España y finalmente tuvo que irse a vivir a Londres.
Mientras que Ismael Álvarez, siguió en Ponferrada y volvió a presentarse a las elecciones municipales del 2011, obteniendo 5.71 votos (16,53%) y 5 regidores, para su nuevo partido, que, como tercera fuerza, fue decisivo en la configuración de la alcaldía. Entre los soportes, tuvo el del cantautor Amancio Prada, natural de Ponferrada.
(Wikipedia)
Este caso verídico muestra, de forma clara, los vicios de las estructuras de los partidos políticos, del poder judicial (en concreto, en este caso, de la fiscalía), de la clase política en general, y de la sociedad (debidamente manipulada y desinformada)
Dada esta situación, muchos tenemos claro que, tras conseguir el objetivo de la República Catalana, los primeros trabajos deberán ser configurar una moderna ley de partidos, con listas abiertas, para evitar el control absolutista de los presuntos líderes, como, por ejemplo, el de Oriol Junqueras (ERC) que estos días está mostrando su verdadero rostro de mentiroso, obcecado por el poder, y carente de valentía (como se ha sabido hoy, Oriol Junqueras, el 27 de octubre del 2017, espantado ante la posible declaración de la independencia, escapó y se refugió en el Monasterio de Montserrat)
Vicent Partal, en su editorial de Vilaweb de hoy, apunta que, para salvar el déficit de apoyo popular de los partidos, en concreto de Salvador Illa (155), que gobierna con el apoyo del 16% de los electores, y con el 27% de los votantes, apunta que un sistema aconsejable, sería el andorrano, reduciendo el Parlament a 86 diputados, elegidos en dos urnas: 43 en una, como candidatos individuales por mayoría directa, uno por comarca; y 43 más en la otra urna, mediante listas de partidos, en una única circunscripción nacional, no por provincias, como ahora.
Pero, en realidad, lo tenemos crudo, pues los partidos políticos catalanes (españoles y de todos los países) no quieren perder cuotas de poder, ni puestos de trabajo, excelentemente remunerados.
Y así, vemos que hoy, en el debate de política general, el represor Salvador Illa, sigue con su discurso gris y anodino, sin entrar en el barro, pues no quiere mancharse con las declaraciones de su correligionario Emiliano García-Page, que dijo que ‘la riqueza de Catalunya no era de los catalanes, si no de todos los españoles’; y es evidente, no quiere mancharse, pues comulga a la perfección con esa idea nacionalista española.
Otra muestra de ese españolismo español, por parte de Illa (155) es que hoy ha nombrado a la diplomática española Ester Borràs Andreu, como delegada de la Generalitat en la UE.
Ester Borràs, hasta ahora, se dedicaba a las relaciones entre el gobierno español y la UE, habiendo sido subdirectora de la secretaría de España Global, el principal organismo español contra el independentismo (dependiente de Josep Borrell e Irene Lozano, dos fieras pardas españolistas). Aspecto que la Generalitat ha ocultado de su currículo, al hacerlo público, pretendiendo que no se sepa, así es su ética.
Y ese es otro ejemplo, en línea con el nombramiento de Isaías Táboas, que comenté ayer.
Es evidente que Pedro Sánchez está enviando a sus hombres de confianza, por más inútiles que sean, como se ratificó con la chapuza de los trenes que no cabían en los túneles, como expliqué en mi escrito de ayer.
Y eso es una muestra palmaria de la españolización de la política catalana; españolización que el súbdito Salvador Illa aplica sin la mayor queja ni dilación, pues, en ningún caso, quiere molestar a su jefe. Sabe que siguiendo con la política del ‘sí señor’, puede seguir haciendo su carrera profesional.
Y lo triste es ver que los partidos ‘independentistas’, siguen con quejas y críticas entre ellos, y debatiendo por migajas que, aunque sean importantes, no tienen la relevancia que requiere el momento. Y, así, vemos que Illa (155) superará ese debate, sin penas ni gloria, y así irá tirando su gris legislatura y consolidando la españolización en todos los órdenes políticos y sociales.
Y todo eso culpa del error monumental de ERC, que invistió al represor, sin mayores escrúpulos por parte de Oriol Junqueras y Marta Rovira, que, sobre todo, querían evitar nuevas elecciones, que los sondeos vaticinaban malos resultados para su partido.
Por eso, y volviendo a Clausewitz, aún teniendo un objetivo común, si las estrategias no están consensuadas hacia ese objetivo, no tenemos nada que hacer, ninguna posibilidad de éxito. Y menos, después de la traición de votar a favor del represor.
Y es ‘humano’ que, tras un error, para evitar reconocerlo, se vaya tirando la bola hacia adelante, haciéndola más grande, y, dentro de poco, veremos que ERC votará los presupuestos de la Generalitat, a pesar de las discrepancias (ampliación del aeropuerto, Hard Rock, cuarto cinturón, etc.); y, claro, los Comunes / Sumar harán lo mismo, tragándose todos los sapos precisos; pues la atracción del poder y por el poder, es muy grande.
Volviendo al ensayo ‘Nexus’ de Yuval Noah Harari, me parece interesante destacar que la población precisamos conocer con precisión los objetivos, estrategias y tácticas, para poderlos asumir, ratificar y seguir.
Harari se refiere a las instrucciones que deben darse a los sofisticados ordenadores dedicados a la inteligencia artificial, ya que, de no ser precisos y exactos, las consecuencias pueden ser fatales. A este respecto, expone algunos ejemplos elaborados de forma muy didáctica, extraídos del ensayo ‘Súper inteligencia’ (2014) del filósofo Nick Bostrom, que copio a continuación:
‘Bostrom nos pide que imaginemos que una fábrica de clips compra un ordenador súper inteligente y que el responsable humano de la fábrica asigna al ordenador una tarea aparentemente sencilla: fabricar tantos clips como sea posible. Para conseguir este objetivo, el ordenador conquista todo el planeta Tierra, mata a todos los humanos, evía expediciones para conquistar otros planetas y hace servir los enormes recursos que adquiere para llenar toda la galaxia de fábricas de clips.
El sentido del ejercicio mental es que el ordenador hace exactamente lo que se le ha pedido. Y al darse cuenta de que necesita electricidad, acero, tierra y otros recursos para construir más fábricas y producir más clips de papel y, al darse cuenta de que es poco probable que los humanos quieran renunciar a estos recursos, el súper inteligente ordenador elimina todos los humanos en su búsqueda decidida del objetivo que le habían asignado.
La tesis de Bostrom era que el problema de los ordenadores no es que fueran especialmente malos, si no que son particularmente poderosos. Y cuan to más poderosos sean los ordenadores, más precisos y rigurosos deberemos ser en el momento de fijar el objetivo. (…) En caso contrario, las consecuencias podrían ser distópicas.
(…) Harari, al titular ese ejemplo como ‘El Napoleón de los clips’, clarifica que ‘cuando se le pidió al ordenar que maximizase la producción de clips, el algoritmo intentó convertir todo el universo físico en clips, aún que esto comportase destruir la civilización humana (…) como sucedió con los algoritmos de Facebook y Youtube, que consiguieron perjudicar gravemente el tejido social de los Rojiñas de Myanmar, y después, también, otros pueblos de Brasil.
Siguiendo con el ejercicio de Bostrom, destaca una segunda razón para el cual el problema del alineamiento es más urgente en el caso de los ordenadores, que son entidades inorgánicas, que es probable que adopten estrategias que no se le ocurriría nunca a un humano y que, por lo tanto, no estamos preparados para prever. A modo de ejemplo, el 2016, Dario Amodei trabajaba en un proyecto llamado Universo, que probaba de desarrollar una IA de uso general que pudiese jugar en centenares de juegos con diferentes ordenadores. La IA compitió bien en diversas carreras de coches, así que Amodei lo probó después en una regata. Inexplicablemente, la IA dirigió su barco hacia un puerto y después le hizo navegar en círculos dentro y fuera del puerto.
Amodei tardó bastante tiempo en entender qué había fallado. El problema se produjo por que, inicialmente, Amodei no estaba seguro de cómo decirle a la IA que su objetivo era ‘ganar la regata’, pues ‘ganar’ es un objetivo poco claro para un algoritmo.
(…) el juego daba muchos puntos al avanzar otros barcos, como en las carreras de coches, pero también premiaba con unos cuantos puntos cada vez que repostaba en el puerto. La IA descubrió que si en lugar de intentar avanzar otros barcos, simplemente navegaba en círculos cerca del puerto, y así acumulaba más puntos mucho más rápido (…)’
Pues bien, volviendo al independentismo catalán, sabemos que el objetivo es independizarnos de España, y esto parece que bien podría explicitarse con gran detalle, incluso a un ordenador súper inteligente, si bien especificando las premisas de que debería prevalecer el pacifismo, claro; y eso limitaría al ordenador.
Y sería mucho más difícil, como lo es, determinar las estrategias y, en última instancia, las acciones que han de ser acordes, alineadas, con las estrategias y éstas con el objetivo.
En estos momentos, conociendo como conocemos:
ya no podemos caer más bajo, ahora sólo nos cabe remontar y, para eso, debemos apoyar al president Carles Puigdemont, el presiden ilegítimamente destituido por el estado español; pues a nuestros presidentes sólo les puede nombrar y destituir nuestro parlamento. Y dada la consistencia y honorabilidad de Puigdemont, es evidente que debemos seguir teniéndolo como nuestro único líder.
Pero, para ser un estadista, Puigdemont, debería establecer las estrategias pertinentes, y, después, en eslabones inferiores, determinar las tácticas alineadas con ese objetivo.
Pero, nuestra la realidad, es que, carecemos de estrategias, y, de forma aislada, algunos colectivos seguimos realizando las acciones que veníamos efectuando desde la aplicación del 155 (en nuestro caso de Meridiana Resisteix, desde la sentencia del juicio farsa de nuestros líderes); pero, todo eso queda, sólo, como actos testimoniales, simbólicos, pues nos falta una dirección estratégica.
Por todo lo expuesto, me parece inevitable un verdadero ejercicio, no crítico (pues bastante autocrítica ya hemos hecho, mientras que los españolistas no la han hecho ni harán), si no un ejercicio para determinar las estrategias posibilistas.
Sólo así, como en el caso de Nevenka mencionado, que, tras grandes sacrificios, consiguió que triunfase la razón, la ética y la moral (no en vano, el nombre de Nevenka, en la etimología eslava, significa belleza, constancia y curación), podremos ir adelante y avanzar.
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