02 de Abril de 2025
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
DESDE CATALUÑA - Amadeo Palliser Cifuentes
Optimismo, a pesar de los pesares
2025-03-24 - 10:19

 


Amadeo Palliser Cifuentes / Barcelona 


____________________________


 


Hoy hemos visto a Alicia Sánchez Camacho y María Dolores de Cospedal García, exlíderesas del PP, declarando en la comisión del congreso de diputados, sobre la ‘Operación Catalunya’ contra el movimiento independentista. Asimismo, hoy hemos visto la película ‘The Alto Knights’, dirigida el pasado 2024, por Barry Levinson, sobre los capos mafiosos Frank Costello y Vito Genovese. Y me parece que podemos hacer un claro paralelismo. Y, a la vez, plantear una alternativa, como intento exponer en este escrito.


 


Era evidente que, a pesar de las múltiples grabaciones de las interfectas (Camacho, líder del PP en Catalunya, y Cospedal, ministra de defensa de Rajoy y secretaria general del PP) efectuadas por el ‘capo y excomisario’ José Manuel Villarejo, que grabó hasta sus peores pesadillas, éstas han seguido el patrón de sus jefes (Mariano Rajoy y Jorge Fernández Díaz, su ministro de interior), es decir, negar toda prueba, desconocer la ‘Operación Catalunya’ y la ‘policía patriótica’, afirmando que todo eran bulos periodísticos.


 


Sabemos que estas comisiones no servirán para nada, pues el PSOE se había negado a ellas, hasta que, finalmente, forzado por los diputados necesarios para su investidura, Pedro Sánchez la aceptó, pero ha intentado descafeinarla y limitarla. Y sabemos, también, que, a pesar de las evidencias de las grabaciones, la fiscalía no actuará de oficio contra esas lideresas.


 


La confirmación de que Mariano Rajoy decidió delegar la resolución del conflicto con Catalunya, en sus dos colaboradoras (Soraya Sáenz de Santamaría (vicepresidenta del gobierno) y Cospedal (ministra de defensa y secretaria general del PP), dos mujeres enfrentadas por el poder en el partido, ante la ‘ausencia’ de Mariano Rajoy. Así, la primera instrumentó la represión y espionaje, mientras que la segunda, además de confabular intrigas con Villarejo, jueces y fiscales, preparó el ejército, movilizando las tropas y tanques en Zaragoza, y, estando presente en Barcelona el 1 de octubre del 2017, para tomar las decisiones precisas sobre el terreno.


 


Pero no pasará nada, como he dicho, pues el régimen neofranquista estaba y está blindado bajo la dirección del nefasto rey y secundado hasta el último eslabón policial, pasando por el poder judicial, mediático, económico y financiero; y, obviamente, por el subalterno PSOE de Pedro Sánchez.


 


Por eso, la película mencionada, ‘The Alto Knights’ me ha parecido una perfecta metáfora de la situación que nos ocupa; y me ha parecido genial que, en esa película, el director Barry Levinson, decidiera que el papel estelar de los dos máximos capos de la mafia, Frank Costello y Vito Genovese, estuvieran representados por el mismo y genial actor, Robert De Niro, pues es la máxima perfección metafórica (la cuadratura del círculo), ya que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, representaron y representan inequívocamente, el régimen del 78, es decir, el lavado de cara del franquismo puro y duro. Así, ambos, actuaron como Jano, el dios mitológico romano, el de las dos caras, uno joven, que mira al futuro y otro, anciano, que mira al pasado, pero ambos, con un mismo interés, obviamente, preservar la sacrosanta unidad del reino español.


 


Ante esta situación, a los independentistas nos caben varias opciones, entre ellas, la de la rendición y sumisión al ‘orden’ establecido, como ha hecho ERC desde hace tiempo, y sigue haciendo, o, por el contrario, mantener la confrontación, como, puntualmente hace Junts, pero, como sabemos, incluso este partido actúa mediante puros maquillajes estéticos y de equilibrio mediático.


 


En este anómalo contexto, a los independentistas de base, si es que todavía se nos puede considerar así, nos cabe optar por la desesperación / depresión (el abandono total) o, por el contrario, seguir perseverando.


 


A este respecto, me parece muy interesante y pedagógico, reproducir la siguiente parábola de Jean Giono (1895 – 1970), ‘El hombre que plantaba árboles’ (L´homme qui plantait des arbres’, 1953), que presenta la siguiente trama:


 


‘La historia es narrada por un hombre que permanece en el anonimato durante todo el relato (aunque se ha sugerido que el narrador tal vez pueda ser el autor Jean Gioto, no hay ninguna evidencia de esto). La historia comienza en el año 1910, cuando este joven está llevando a cabo una excursión en solitario a través de la Provenza, Francia, cerca de los Alpes, disfrutando de la naturaleza relativamente intacta.


 


El narrador se queda sin agua en un valle sin árboles, desolado, donde sólo crece lavanda silvestre y no hay rastro de la civilización, excepto por un pueblo desolado y desmoronado. El narrador encuentra solo un arroyo seco, pero es salvado por un pastor de mediana edad que le lleva a una fuente que conoce.


 


Siente curiosidad por este hombre y el por qué ha elegido una vida solitaria, y por ello el narrador se queda con él por un tiempo.


 


El pastor, tras quedar viudo, decidió restaurar el paisaje en ruinas del valle por sí solo, cultivando un bosque completo, árbol por árbol.


 


El pastor, Elzéard Bouffier, hace agujeros en el sueño con su bastón y deja caer en los agujeros las bellotas que ha logrado reunir.


 


El narrador deja el pastor y vuelve a casa; más tarde parte a pelear en la Primera Guerra Mundial. En 1920, traumatizado por la guerra, el hombre vuelve. Y se sorprende al ver árboles jóvenes de todas las formas echando raíces en el valle, y nuevas fuentes correr a través de él. El narrador se sorprende de la paz y la belleza del valle, y continúa visitando a Bouffier cada año.


 


Bouffier ya no es un pastor, porque se preocupa de que las ovejas afectaran sus árboles jóvenes, y se ha convertido en un apicultor.


 


Durante más de cuatro décadas, Bouffier continúa plantando árboles, y el valle se convierte en una especie de Jardín del Edén’.


 


Al final de la historia, el valle es vibrante de vida, reiterada pacíficamente. El valle recibe protección oficial después de la Primera Guerra Mundial (las autoridades creen, erróneamente, que el rápido crecimiento de este bosque es un fenómeno natural extraño, ya que no son conscientes de las obras altruistas de Bouffier), y más de 10.000 personas se trasladan allí, todos ellos sin saber que deben su felicidad a Bouffier.


 


El narrador le dice a uno de sus amigos en el gobierno la verdad sobre el bosque natural, y el amigo también ayuda a proteger el bosque.


 


El narrador visita a Bouffier ya muy viejo por última vez en 1945. En un hospicio de Banon, en 1947, el hombre que plantaba árboles fallece’.


 


(https://search.app/1wMoR93wnsQjwojF9)


 


Pues bien, si la mencionada película me parece una perfecta metáfora del reino español, y de los dos principales partidos sistémicos, este cuento podemos aplicarlo, metafóricamente, a nuestro movimiento independentista, pues, si bien tenemos el líder Carles Puigdemont, Junts deja bastante que desear, comparado con la labor del mencionado pastor, pues este, entiende la situación, y sustituye a sus ovejas por las abejas.


 


En definitiva, si los independentistas fuéramos capaces de comprender que, únicamente perseverando en la consecución de nuestros intereses, incluso actuando de forma altruista y sin desfallecer durante el tiempo que haga falta, acabaremos revirtiendo la situación de desolación que tenemos; así que todo depende de nosotros, ni más ni menos.


 


 


amadeopalliser@gmail.com


 


 


____________________________

Otras Entradas

Lo más visto