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Hacia la Rectoría
2013-07-10 - 11:06
JAIME RÍOS OTERO

Arrancó el proceso de sucesión en la Universidad Veracruzana y los aspirantes acudieron a inscribirse para que la Junta de Gobierno decida quién habrá de regir los destinos de la máxima casa de estudios de Veracruz. Así, los señores Manlio Fabio Cazarín, Sara Ladrón de Guevara, Leticia Rodríguez Audirac, Porfirio Carrillo Castilla y Víctor Arredondo Álvarez entregaron sus expedientes para ser analizados por el grupo de notables que integran esa junta.
Los de ayer fueron el actual secretario académico de la UV, Carrillo Castilla, y el ex secretario de Educación, Víctor Arredondo. Ambos compartieron con los medios de comunicación sus ideas y proyectos para el caso de resultar electos.
Porfirio habló de “construir un nuevo esquema de evaluación institucional que pase por la transparencia y la rendición de cuentas”; dijo que es necesario consolidar las funciones sustantivas de docencia e investigación; consideró necesario que el nuevo rector gestione recursos en el ámbito nacional, y que es una tarea que debe compartir la comunidad universitaria mediante proyectos, etcétera.
Por su parte el doctor Arredondo habló de poner a la Universidad Veracruzana a la vanguardia nacional, “porque Veracruz se merece una universidad de primer mundo”; estrechar las tareas de docencia-aprendizaje con la investigación y vinculación; dijo que es indispensable que la UV tenga relaciones estrechas y exitosas con los programas de los gobiernos y con los proyectos de la sociedad civil y organismos filantrópicos.
Señaló que se debe “modernizar nuevamente” toda la infraestructura universitaria (¡ufff!, pues ¿quién dejó que se volviera obsoleta?); buscar recursos, patrocinios y donaciones. Abordó el tema de ampliar la oferta educativa, pero además crear centros de incubación de empresas, centros de asesoría y consultoría y fortalecer al estudiantado en su formación práctica en el campo real de trabajo.
No evadió hablar sobre el maldecido MEIF. Dijo que no debe desaparecerse, sino hacerlo más funcional y flexible, que los investigadores le entren a la docencia, pero también que sus investigaciones sean conocidas por la sociedad.
Los eventos de difusión cultural de la Universidad deben ser internacionales, y, respecto al Club Halcones de Xalapa, mencionó algo que es una verdadera revelación: aseguró que en su rectorado, la UV sólo financiaba al equipo con un 25 por ciento porque el 75 por ciento lo pagaban los patrocinadores. Y se pronunció porque sean los patrocinadores los que pongan el dinero, y no la institución.
Su defensa del equipo de basquetbol se basa en que es un equipo campeón, que le ha dado a Xalapa cuatro campeonatos y dos bicampeonatos, es un proyecto ganador y por lo tanto hay que apostarle a las personas y cosas que triunfan.
Además de una visión completamente clara y precisa de lo que quiere hacer y de lo que se debe hacer para sacar a la Universidad del marasmo en que la metió el rectorado actual, el doctor Arredondo llegó respaldado por 44 consejeros alumnos de los cinco campus y un grupo representativo de académicos, amigos y ex colaboradores, según consigna la nota de Ylia Ortiz Lizardi. Es decir, tiene pegue y naturalmente convence a la comunidad académica.
Definitivamente no hay comparación entre el alcance que tiene Arredondo y lo que representan los otros aspirantes. Salvo el doctor Manlio Fabio Cazarín, que es un joven respetado y brillante, con actividad y reconocimiento nacional, los demás representan lo que López Portillo llamara alguna vez “localismo empobrecedor”, es decir, no salen del ámbito estrictamente doméstico, lo cual no es deseable para una institución como la Universidad, que merece ser impulsada a los elevados niveles y tener los máximos reconocimientos por su alta calidad académica.
Así de simple.

columnaprospectiva@gmail.com

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