¿Cómo confiar en un contador que no sabe contar?
Pues bien, el secretario ejecutivo del Instituto Electoral Veracruzano, Víctor Hugo Moctezuma Lobato, dio muestras de esa ineficacia cuando difundió datos erróneos sobre las últimas elecciones.
Lo peor es que tanto consejeros electorales como representantes de partido dejaron pasar las inexactitudes y en la negligencia le dieron visos de realidad.
El 8 por la noche, Víctor Hugo Moctezuma entró a la sala de consejo del Instituto Electoral Veracruzano con toda la autosuficiencia que le daba el llevar los últimos datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares.
Pues bien, de acuerdo con lo que reproduce el boletín 143 del IEV (se puede checar la versión estenográfica para confirmar que así fue como lo dijo Víctor Hugo), el secretario ejecutivo afirmó que la participación ciudadana durante la anterior jornada electoral había sido “de 2 millones 619 mil 251 votantes, representando el 47.82 por ciento para la elección de diputados y el 48.85 por ciento para ediles”.
Independientemente de lo mal redactado que está el boletín (lo cual implica que no hay quien revise los mismos, o peor todavía, que quien los revisa carece de la calidad para redactar un boletín medianamente comprensible), lo grave es la distorsión que el secretario ejecutivo entregó al Consejo.
Pues bien (o mal, más bien), los datos corresponden tan sólo a casillas capturadas en el PREP, no al total de la votación, lo cual implica que el rango de votación será superior al 50 por ciento del padrón electoral del estado, para cuando se haga la suma final.
Podríamos hacer la proyección, pero que la haga el secretario ejecutivo cuando tenga que presentar los datos ante el Consejo para rectificar su yerro, y entonces ver si por lo menos pudo encontrar alguien que le haga bien una suma y una división.
El mismo boletín refiere que “fueron computadas 9 mil 604 casillas, que representan el 95.20 por ciento del total de casillas instaladas para la elección de diputados, y de ayuntamientos fueron contabilizadas 9 mil 623, reflejando un 95.90 por ciento”.
Entonces, si no se contó el total de casillas, tampoco se contó el total de los votos.
Pero además los números que dan son incorrespondientes en proporción con el padrón electoral, el cual era de 5 millones 476 mil 992 veracruzanos, mencionados en el boletín 137.
Así, para el porcentaje de 47.82, corresponden 2 millones 619 mil 97, cifra diferente a la mencionada en el boletín y reportada por el secretario ejecutivo.
Para el porcentaje de 45.85 referido para la elección de ediles, la cantidad es de 2 millones 675 mil 510. La cantidad es diferente de los votos que por suma simple arroja el PREP en esta elección, 2 millones 675 mil 672.
Las cantidades son mínimas, sí, pero los administrativos saben bien que una desviación menor en una cifra puede propiciar grandes distorsiones en las cuentas.
Pero además el IEV, como órgano electoral, requiere de una gran precisión, porque un voto (en casos extremos, claro) puede ser la diferencia entre un puesto de elección popular asignado a un partido o a otro.
Entonces, si el secretario ejecutivo no es capaz de ordenar informaciones tan simples, ¿cómo se espera que pueda llevar el control de todas las votaciones?
Por eso dejó todo en manos de la empresa que realizó el PREP, con la cual se tiene un contrato por 22 millones de pesos, el más caro otorgado en la historia de las elecciones del país.
¿O acaso las malas cuentas salieron de la empresa DSI?, y entonces si algo tan básico es erróneo, ¿qué garantía hay de que el conteo de votos para las elecciones fue bien hecho?
Pues bien, regresando a lo ineficaz de las cuentas que el secretario ejecutivo (SE) maneja, ni siquiera la suma simple le sale bien.
El boletín 143 menciona que en la elección de ediles fueron contabilizadas 9 mil 623 casillas, reflejando un 95.90 por ciento (probablemente del total que debieron instalarse).
Pues bien, el PREP menciona que se contabilizaron 8 mil 164 “casillas con votos” y mil 464 “casillas con inconsistencias”, lo que da una suma de 9 mil 628.
A cualquier niño de segundo año de primaria le ponen tacha por presentar un resultado equívoco como éste. ¿Qué debería hacerse con el secretario ejecutivo del IEV ante un error así?
Lo mínimo que corresponde es que renuncie por vergüenza propia, y si no lo hace que los consejeros lo despidan por ineficaz.
Los resultados electorales son de precisiones, no de aproximados.
Pues bien, 9 mil 628 casillas corresponden al 96.02 por ciento del total de las casillas que debieron instalarse y no al 95.90. Inconsistencia tras inconsistencia.
Las 9 mil 604 casillas contabilizadas para la elección de diputados, de las 10 mil 79 que debieron instalarse, corresponden al 95.28 por ciento y no al 95.20 referido.
Error, tras error.
Y el Consejo dejó pasar todo, bien porque estaban dormidos los consejeros y representantes de partido, o bien por exceso de confianza de que la información era correcta.
Pero con alguien que no puede hacer bien una multiplicación, o aunque sea una resta o ya cuando menos una suma, ¿cómo confiar en que contará bien los votos de los ciudadanos?
La desconfianza, pues, además del tráfico de poder, tiene como sustento la ineficacia.
Por eso el IEV no puede proyectar credibilidad hacia la población.

LA SUCESIÓN EN LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Este martes se registraron tres aspirantes a la Rectoría de la Universidad Veracruzana.
El primero de ellos fue Porfirio Carrillo, quien en pocas palabras semblantea su propuesta de trabajo colectivo y respetuoso con la comunidad universitaria, para construir una instancia fuerte.
Porfirio Carrillo tiene una trayectoria académica sobre todo, la cual ha fortalecido con su actual cargo de secretario académico de la UV.
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología, también llegó para consolidar su registro como aspirante a la Rectoría de la UV.
Su intención es mejorar la infraestructura universitaria y atender los focos rojos que se presenten.
El tercero fue Víctor Arredondo, quien busca ocupar el cargo nuevamente, y quien se pronunció por mantener y fortalecer el MEIF, así como por buscar más recursos para la Universidad y por trabajar junto a los gobiernos federal, estatal y la iniciativa privada.
Este miércoles 10 de julio se darán los últimos registros.