El anuncio de la salida de Fernando Charleston de la Secretaría de Finanzas, ha tomado a los veracruzanos por sorpresa.
Y es que lo que comenzó a sonar como rumor la noche de este miércoles, se confirmó la tarde de este jueves.
Los motivos que alude el gobierno del estado apuntan a que el joven político habría solicitado su separación para atenderse de una enfermedad que, aunque no es grave, implica su tratamiento en la ciudad de México, por lo cual se ve imposibilitado para continuar en el cargo.
La otra cara de la moneda, sin embargo, apuntaría a que es la serie de inconsistencias en el manejo y destino de los recursos públicos, la razón real que lo habría obligado a separarse del cargo.
Pero, qué pasa en la Secretaría de Finanzas, que desde la administración fidelista la dependencia de Ruiz Cortines y Lázaro Cárdenas parece estar maldita.
Sólo el actual gobernador, Javier Duarte, transitó sin mayores contratiempos al frente de la misma, si recordamos el paso por la dependencia desde los tiempos de Fidel.
Primero inició Rafael Murillo, la famosa “Flecha”, que debió separarse del encargo para atenderse de un padecimiento de cáncer, y a su salida dejó preparado y listo al actual gobernador Javier Duarte.
Luego la llegada de Salvador Sánchez Estrada, actual subsecretario de Planeación y Política Turística, de la Secretaría de Turismo (Sectur), quien navegó el último tercio de la administración fidelista hasta su emergente salida, dejándole la pelotita al novel político Ramón Ferrari Cazarín, quien tuvo que apechugar todos los señalamientos por falta de pago a proveedores, aunada la voracidad del cuenqueño.
La presente administración inició también con Tomás Ruiz al frente de la dependencia, que desarrolló malabares para bursatilizar y colocar deuda estatal a periodos futuros que permitieran oxigenar al aparato ante las limitadas finanzas estatales.
Lamentablemente sus devaneos con conocida actricilla lo mantuvieron más ocupado en sus curvas que en la curva elíptica de las finanzas estatales.
Al quite entró Salvador Manzur Díaz, que tenía todo el proyecto listo para ser candidato a gobernador del estado catapultado desde Finanzas, hasta que una maldita filtración provocó que el Pacto por México estuviera a punto de perderse, obligando su retiro tras corto periodo.
A pesar de los buenos resultados que a la luz pública muestran las finanzas estatales, la realidad, dicen los conocedores, es otra, otra muy distinta a la que cuentan las calificaciones de Fitch Ratings y HR Ratings, en donde el pasivo circulante agobia y asfixia el manejo operacional de la entidad y el pago a proveedores será la gota que derrame el vaso.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo