“La obra política más difícil es obtener la confianza antes que el éxito.” - Napoleón

Cuando peor parecen que van las cosas en el Veracruz donde no pasa nada, y cuando en la realidad, las condiciones de inseguridad y violencia nos colocan en la antesala de penoso y doloroso estado fallido, la esperanza deberá ser lo último que muera.
Dicen que la filosofía popular es sabía y a todo tiene respuesta, quizá por ello, cuando escuchamos a la Orquesta Guayacán en su popular canción “Me Amas y Me Dejas” una de las estrofas le viene como anillo al dedo a la circunstancia y situación de la entidad.
Dice Guayacán, “no te desesperes, dale tiempo al tiempo, que cuando mas oscurece, es porque va amanecer”, quizá sea esta estrofa, premonitoria al preludio que anuncia la esperanzadora caída de un régimen que será recordado por ser el más desastroso en todos sus rubros.
Pero dicen que la culpa no la tiene el indio, si no el que lo hizo compadre, la realidad es que por más que se calcularan los alcances de los actúales funcionarios –con algunas honrosas excepciones- la mayoría habría llegado a la función pública a realizar la tarea de rapiña, pero no la propia de los animales en su hábitat natural, sino la otra, la que caracteriza aquellos que valiéndose del conocimiento de la norma, la han torcido a beneficio propio, para enriquecerse y de paso con ello, armarse de una soberbia tal, que rebasa el imaginario.
Aun cuando el escenario pareciera el peor, en el horizonte todavía se esbozan personajes con altos valores, emanados de la cultura del esfuerzo, que abrevaron de la savia conseja de ayudar al prójimo, amando siempre a su patria y a su estado.
Por ello, cuando nos topamos con ejercicios valiosos como el que desarrolla la presente administración municipal en Xalapa, es realmente importante señalarlo, porque la sociedad necesita descontaminarse de tanta mala noticia.
Revisando el Plan de Acción “Xalapa Sostenible, visión para un futuro con servicios eficientes, un territorio resiliente y cuentas transparentes” nos damos cuenta que aun existen políticos y funcionarios con la intensión de exaltar los valores primordiales del ejercicio público y de la política.
Américo Zúñiga Martínez, heredero del maestro Guillermo Zúñiga, uno de los últimos personajes valiosos e ilustres del pasado siglo XX y principios del XXI en la entidad, ha demostrado que para gobernar se necesita primero que nada, amar a tu pueblo, pero también, mostrar esa visión que se requiere para alcanzar los objetivos que la función pública demanda, aun cuando en el terruño no existan las condiciones para ello.
Y esto se lo digo, porque quizá como pocos alcaldes del país, desde antes de iniciar su gestión volteo al exterior y se dirigió hacia una institución seria y respetada como lo es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para buscar su asesoría y apoyo.
Para ello, el alcalde de Xalapa, buscó entre sus mejores oficios a la persona que le abonará en el tema y que tan solo sirviera de pica porte para alcanzar la meta, quien mejor que un viejo conocido, su suegro, Domingo Yorio Saquí, ex alcalde de Papantla y político con años en el oficio de cabildero.
Así evaluó que el principal reto que enfrentan las ciudades intermedias de Latinoamérica y el Caribe ante el rápido crecimiento que han tenido en los últimos años. Y en ello encontró el nicho de oportunidad para buscar colocar a Xalapa en el programa del BID que atendía la problemática y que hoy conocemos como Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES).
De resaltar que la capital ingresó a ICES en el año 2013 y junto con La Paz (Baja California Sur), y San Francisco de Campeche (Campeche) son las únicos tres municipios del país en contar con los elementos y herramientas metodológicas desarrolladas por el BID para atender los retos que enfrentan.
Según establece el Plan de Acción “Xalapa Sostenible” la capital se encuentra en un punto crítico de su desarrollo. Por una parte su población se ha duplicado en los últimos 30 años: en 1980 la ciudad contaba con cerca de 210,000 habitantes, y actualmente alcanza los 460,000. En cuanto a la población de la zona conurbada, ésta se incrementó también de manera notable y durante el mismo período pasó de 263,000 a 667,000 habitantes.
Por su parte durante ese lapso, la huella urbana de la zona conurbada se extendió de manera acelerada: de 917 Ha a las 7,927 Ha, con una tasa de crecimiento medio anual de 7.5%. Gran parte de este crecimiento se ha dado de manera dispersa: actualmente solo el 1% del territorio tiene una densidad alta (más de 250 hab/Ha), mientras que el 82% tiene una densidad media baja (entre 80 y 200 hab/Ha).
Como es de suponer, esta situación ha tenido repercusiones en muchos niveles: en el ámbito medioambiental, por ejemplo, el crecimiento acelerado de la mancha urbana ha comprometido el futuro de los recursos naturales, entre ellos el agua (pese a que la ciudad se encuentra en una de las zonas del país con más acceso a este recurso), el bosque de niebla (uno de los pulmones más importantes de la ciudad), y la gran cantidad de especies animales y vegetales ubicadas en y alrededor de la ciudad, en la movilidad, en el abasto de agua, en el confinamiento de desechos sólidos, entre otros.
Por otro lado, el crecimiento también ha aumentado la exposición de la zona conurbada y sus habitantes a los riesgos relacionados con los efectos del cambio climático, principalmente como inundaciones o deslaves.
Los retos que enfrenta la capital evidentemente según este estudio son muchos, pero la realidad es que con base en este diagnóstico las futuras administraciones municipales, tendrán bases tangibles para poder desarrollar la correcta planeación de la capital, atendiendo focalizadamente cada una de las problemáticas, sentando las bases de un desarrollo sostenible.
De igual modo, se deberá resaltar que al momento dicha iniciativa y por consecuencia este escenario metodológico no le costó a los xalapeños, pues los 1.4 millones de dólares para su realización fueron puestos por el propio BID, hecho por demás destacable, pues cualquier otro funcionario, como abundan muchos, se habría colgado esa medallita a costo del erario, sin claro haber empleado el recurso para ello, sino para su beneficio.
Y por último cabe señalar que el Plan de Acción Xalapa Sostenible le abrirá a la capital la puerta a más recursos internacionales que le vendrán muy bien y sobre todo que permitirán el desarrollo de la capital, pues se tiene confirmado que el Banco Mundial destinará 7 millones de dólares para la ejecución de obra pública de infraestructura básica que tanta falta en materia de saneamiento y sobre todo captación de agua que regularmente provoca severas inundaciones y que ahora salvará a una veintena de colonias de seguirlas padeciendo.
¡En hora buena! Y bienvenidas más autoridades municipales con visión, que en un estado donde las buenas noticias son escasas, le vienen bien a la esperanza de que las cosas puedan mejorar con la conclusión de la administración estatal.

Al tiempo.

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