28 de Abril de 2024
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Del plato a la boca…
Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es concebido: Job 3:3
2016-08-29 - 09:04
Eran “los tiempos” del tlatoani José López Portillo, el último presidente de la “revolución”, mismo que daría paso a los tecnócratas en la persona de Miguel de la Madrid.
En este contexto, el presidente de la LIII Legislatura, el coahuilense Eliseo Mendoza Berrueto, se había dado a la tarea de impulsar al diputado Norberto Mora Plancarte para que fuera el candidato del PRI a la gubernatura de Michoacán.
Cabe señalar que el “negro” Mora Plancarte ya había sido todo: diputado federal y local, senador, delegado del PRI en casi todas las entidades federativas, lo que se puede definir como un político todo terreno.
Con esas cartas credenciales la realidad indicaba que el referido sería el abanderado del PRI para gobernar su estado, la jugada estaba “cantada”, no había obstáculos a la vista.
Así las cosas, a mediados de febrero de 1980, con la candidatura en la “bolsa”, un grupo de diputados decidieron agasajar a Norberto, sin mayores preámbulos nos dirigimos al restaurante Pardiños en San Ángel.
Me tocó conducir un Grand Marquis propiedad del entonces Oficial Mayor de San Lázaro, a mi lado iba Mora y atrás iba el guerrerense Jorge Montufar Araujo. Estando en el Pardiños, magníficamente atendidos por don Antonio Ferrari Alemán, Norberto recibió una llamada del presidente del CEN, don Javier García Paniagua.
El dato era muy sencillo, doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas se había “atravesado” y pidió al presidente López Portillo la candidatura para su hijo Cuauhtémoc. García Paniagua le pidió al perdedor disciplina y apoyo para el ungido.
Mora Plancarte regresó lívido a la mesa y nos comunicó la mala noticia, las risas se convirtieron en muecas y el tequila circuló para atemperar la tristeza.
Sabedor que el buen gavilán “no chilla”, el “negro” asimiló el golpe y pidió a los michoacanos ahí presentes que dieran un espaldarazo al hijo del general Cárdenas, sabía que nada podía hacer en contra de la decisión presidencial y con madurez, admitió que el partido le había dado muchas satisfacciones profesionales y poder.
Esta es la templanza que los políticos deben demostrar en los malos momentos y no los típicos berrinches que los llevan a renegar de sus orígenes para buscar cobijo en la oposición, actitud que se ha vuelto común en la actualidad.
En este sentido, fue justamente el ingeniero Cárdenas, quien liderando un grupo de notables mujeres y hombres del tricolor, se opuso al “dedazo” (que a él lo había hecho senador y gobernador), lo que trajo como consecuencia una grave fractura en el partido.
La disciplina es uno de los valores fundamentales del quehacer político y es necesario educar a las nuevas generaciones con este tipo de ideas, el “veletismo” es una conducta perniciosa que además defrauda al electorado que vota por candidatos “liberales” impulsados por la derecha o al revés, candidatos conservadores avalados por la izquierda.
Concluyo reconociendo los “tamaños” del michoacano Mora Plancarte, que llevó a sus últimas consecuencias aquello de: hay tiempos de sumarse y hay tiempos de sumirse.

*Vivencias de Rafael “El Negro” Cruz, editadas por Javier Roldán


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