Lenin Torres Antonio
México, un país donde Buñuel se sentía cómodo, su arte encontraba un lugar para el ensayo, la realidad mexicana le suministraba plasticidad, contradicción, originalidad, sin vericuetos conceptuales para describir la naturaleza humana, en Los olvidados llegó a utilizar actores principales a jóvenes que jamás en sus vidas habían estudiado actuación; en esa película actuar era vivir, reproducir una realidad de sobra conocida. Pero hoy en día, esa realidad que describe el filme de Buñuel se reproduce por doquier y nos hace sentir que las cosas no han cambiado mucho, dado que los recursos civilizatorios, la racionalidad y el sentido comunicativo han fracasado para llegar a consensos y a puntos de encuentros tolerables entre los hombres. Sólo el recurso a la fuerza paradójicamente parece ser es el que puede posibilitar la emergencia de la verdad y el lazo social, puede ser los Los Jaibos la única verdad y eso es el verdadero peligro que tiene México, y puede ser su destino, más violencia.
Antecedieron tres momentos de inflexión en la historia de México, la Independencia, la Reforma, y la Revolución, los tres grandes movimientos sociales ocurridos en México que hicieron transitar a México de “forma violenta” de un estadio de cosas a otro totalmente diferente:
La Independencia, de la servidumbre a la península Ibérica a la autonomía, y el intento de construcción de un Estado propiamente mexicano.
La Reforma, que establece la secularidad de las instituciones públicas y el gobierno, es decir la separación entre el Estado y la Iglesia, y el fin de la dictadura de Santana.
Y la Revolución, un movimiento violento que pone fin a la dictadura de Porfirio Díaz e inicia la instauración del “Sistema Democrático”, este último movimiento se degeneró y terminó por instaurar una especie de “dictadura perfecta” del sistema presidencialista mexicano.
Hay dos caminos para México y lograr la 4a Transformación:
Uno, dejar que la fuerza y la violencia sea la que determine el cambio que todos queremos para resolver los graves problemas que atentan contra nuestra seguridad, nuestra salud, nuestra subsistencia; y que es el camino que apuestan esa clase política opositoraque sin una alternativa de país, sin propuestas para resolver la crisis pública que todavía vive México, quiere volver al poder público para continuar robando y simulando; por eso los vemos mintiendo, denostando y agrediendo, con tan de hacer que México no tenga la oportunidad de construir un país civilizado, democrático y con un estado de derecho fuerte y cierto.
Dos, el otro camino, es consolidar la 4T, apoyar al único gobierno que le ha interesado apoyar a los desprotegidos, a los marginado y a los pobre, que durante más de 30 años fueron excluidos y sirvieron para hacer ricos a una minoría que sigue teniendo las riquezas de México, una 4T que significa un gobierno del pueblo y para el pueblo, donde la política sirve para hacer buenos gobiernos que sirvan a la gente, que significa rescatar la certeza de futuro de nuestros jóvenes que perdieron por la crisis pública que esos apátridas prianistas provocaron y son los directamente responsables.
Esa cultura surrealista, donde lo verdadero se presenta como lo falso y lo falso como lo verdadero, donde la legalidad habla sorda y muda sin poder legitimarse, donde la política es elemental y débil para construir instituciones públicas sólidas y actuales, y así como discursos comunitarios en lugar de monólogos, que entrampa el desarrollo humano, y el proceso civilizatorio encuentra su límite, está haciendo sepultada por la 4T, ahora si tenemos un gobierno de la república de lado de los pobres no de la gente rica, de lado de los más necesitados, y que pese a cómo recibió el país, y los ataques de la oligarquía y los medios de comunicación, y pese a esa clase política pusilánime y sin escrúpulos, continúa haciendo políticas públicas sociales y lucha por disminuir la brecha entre la minoría inmensamente rica y la mayoría inmensamente pobre.
La violencia, la decadencia de la política cuestionan la civilidad misma, y la capacidad de regeneración. No esperemos que sea la misma violencia y la entropía las que permitan un nuevo orden social.
Hoy, como nunca en la historia de México estamos ante la posibilidad de regenerar la política y hacer un cambio social y público sin violencia, pacifica, por lo que no dudemos en apoyar la 4T y transformar a México, y con ello, continuar resolviendo los graves problemas que vive.
Apostemos a que sea la misma política el instrumento público que nos dé la posibilidad de un cambio sin dolor.
Pero cuidado, parece que el México bronco puede resurgir por la avaricia, la ambición de esa clase política que se niega dejar sus privilegios y el poder público para volver a saquear las arcas públicas, y continuar usando la política como un instrumento para sus intereses privados, esa clase política sin escrúpulos prianistas que no duda en utilizar todos los medios posibles para hacer fracasar la 4T, aun poniendo en peligro la convivencia social y la seguridad de los mexicanos.
¡Apostemos por continuar haciendo un 4T pacífica y en civilidad a favor de los pobres!
Febrero 2021
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