Agustín Contreras Stein
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EL PRESIDENTE nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ya regresó al país, después de su gira internacional para denunciar la persecución política de que es objeto por parte del gobierno federal, tanto él como otros miembros destacados del Partido tricolor, en una campaña sucia que trata de distraer, primero, y después usar para los fines políticos electorales que correspondan en la evidente discordia por el triunfo electoral en el Estado de México, elecciones que tendrán lugar el próximo año y cuya posición política se está considerando como la joya de la corona, en manos del partido revolucionario Institucional.

Ayer mismo, por la madrugada, cuando pisaba tierras mexicanas, dentro del aeropuerto internacional de la ciudad de México, Moreno Cárdenas, fue retenido por autoridades migratorias con el pretexto de que había en su contra una alerta migratoria, lo que se suma, en nueva denuncia del dirigente priista, a la serie de acusaciones que le vienen haciendo con el fin de distraer a los mexicanos, pero de manera especial, disminuir la presencia del tricolor en el estado ya citado y que junto con Coahuila, estará en disputa política el año que viene.

Los ataques contra Alejandro Moreno Cárdenas, así como al mismo expresidente de la república, Enrique Peña Nieto, hasta ahora, parecen indicar que se trata precisamente de distractores y de fines puramente electorales, puesto que ninguna acusación de que han sido objeto, se ha comprobado fehacientemente.

La lucha política continúa y seguramente que no terminará hasta en tanto no se lleven a cabo las elecciones venideras del dos mil veintitrés que tienen como objetivo principal, acaparar una gubernatura más para Morena.

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ORACIÓN POR LA PAZ, JORNADA RELIGIOSA Y POLÍTICA.

NO HAY DUDA, de que la jornada, en oración por la paz, convocada por la iglesia es una clara respuesta a los ataques que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ha dirigido al sector religioso del país.

En lo que se considera un acto de buena fe, pudiera llevar entre sus buenos propósitos declarar, de la misma manera, una especie de guerra contra quien no ha tenido la delicadeza de respetar a sus gobernados, qué en este caso, también entran en el mismo orden, quienes profesan las diversas religiones que todo el territorio nacional, quienes se han visto ofendidos por las palabras, no pensadas correctamente por el presidente López Obrador.

Esto que ahora se ha llamado como una jornada de oración por la paz, pudiera llegar, en determinado momento a convertirse en un mero movimiento político, donde entraran todas las fuerzas políticas y sociales del país, apoyando al sector religioso, donde, sin duda alguna, terminaría perdiendo, tanto el presidente como su partido político Morena.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.