Bernardo Bellizzia Guzmán

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Los colectivos de personas desaparecidas claman justicia, piden ser escuchados, solicitan ser atendidos por las autoridades, por el presidente que se dijo el más humanista de la historia reciente en nuestro país. La triste realidad es que nada de esto ocurre, por el contrario. Son tratados con desprecio, con ninguneo, hasta con coraje por exigir a lo que ellos y ellas tienen derecho, ser atendidos en sus demandas y peticiones.

Ellas y ellos buscan incansablemente y de sol a sol a sus hijos, a sus familiares, a sus amigos desaparecidos, olvidados, enterrados en quien sabe dios donde y bajo qué situaciones de violencia extrema por bandas del crimen organizado o por personas que están inmiscuidos en ese tipo de actividades. Se exponen a diario a ser víctimas de esta clase de personas que muchas veces también las silencian, las matan, las amenazan. Todo bajo el consentimiento de las propias autoridades que lejos de ayudarles, las ponen con los delincuentes. Las entregan.

El presidente que se dice el más humanista y cercano a la gente no ha tenido la decencia de recibirlos, de atenderlos, de dialogar con ellos. De ninguna manera dice que no quiere exponer su envestidura de presidente, de monarca, de rey. Abrase visto tal estupidez, tal insensibilidad. No cabe duda que tenemos a uno de los peores por no decir el peor presidente que ha tenido México durante los últimos 20 años o quizás más. Y miren que en nuestro país hemos tenido pésimos gobernantes, pero el actual se llevó las palmas y las condecoraciones como el peor.

Tan solo en lo que va de este sexenio y antes de que maquillaran las cifras había un aproximado de 111 mil personas registradas como desaparecidas. Pero se estima que esta cifra se multiplique por más del doble. Tomando en cuenta que muchas de las victimas jamás son reportadas como tal, por miedo a tener represalias. El estado mexicano prácticamente ha dejado solos a los familiares de los desaparecidos. Abandonados a su suerte y sin el más mínimo apoyo de ninguna autoridad salvo caso de excepción que con los dedos de una mano se pueden contar.

Así pues, uno de los mayores pendientes del próximo gobierno federal y obviamente de los estatales será la atención personalizada, eficaz, eficiente y directa con las familias de personas desaparecidas para auxiliar realmente y con todas las herramientas del Estado a este grupo vulnerable. Tal y como lo marca la propia ley. De otra manera el Estado mexicano seguirá teniendo un enorme pendiente y una grandísima omisión con las familias de las víctimas. Así que más vale atender con carácter de urgente este rubro que lastima a la sociedad y su conjunto. Veremos qué pasa.

Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com

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