Maricarmen Delfín Delgado

__________________________

¡Ah el amor!, esta palabra mágica, tentadora, atractiva, esperanzadora, creadora de vida, sentimiento que todos experimentamos en sus diferentes aristas, sin embargo, no hay concepto lingüístico que lo defina en su magnificencia.

Los antiguos griegos tenían una comprensión bastante rica y compleja del amor que distinguían entre varios conceptos, cada uno de los cuales representaba diferentes aspectos y etapas de las relaciones amorosas. Algunos de los términos más importantes relacionados con el amor en la filosofía y la literatura griega, sólo mencionaremos tres:

Eros  :Un amor intenso, carnal y generalmente efímero, tiene que ver con la idealización del momento, detonado por la pasión y el impulso del deseo carnal. El eros es, en esencia, sexual, bien canalizado puede conllevar bondades místicas y espirituales. En la mitología griega, Eros es el dios del amor y el deseo sexual.

Storgé: Un amor fraternal, comprometido y duradero. Generalmente este se cultiva a lo largo del tiempo y en muchos casos implica una relación filial o una coincidencia añeja con alguien más. Hasta cierto punto es el epítome de la relación empática, un sentimiento protector y que detona la lealtad.

Pragma: El pragma es un concepto de amor en la filosofía griega que se refiere al amor maduro y duradero que se basa en la práctica y la dedicación. Este tipo de amor implica compromiso, tolerancia y paciencia a lo largo del tiempo.

Coloquialmente le adjudicamos muchos fines: amor a primera vista, amor prohibido, amor a distancia, amor ciego, amor propio, amor místico, amor de lejos, el amor de mi vida, amor del bueno, amor eterno, en fin, el amor se presenta en todos los momentos en nuestra existencia. Por esto se le canta, se le valora, se le escribe, salta de renglón en renglón, como el protagonista esencial en la historia de nuestra vida, así lo hace esta talentosa artista del pincel y de la pluma, le rinde homenaje en el lienzo y en el papel, evocando imágenes visuales y mentales en una creativa gama de colores y sentimientos.

En Amor en tres tiempos, Blanca Vargas se muestra auténtica, sin falsos tintes moralistas entrega el alma, comparte una verdad absoluta, le grita al amor, disfruta sus dulces sabores, reclama su ausencia, lo desprecia y lo deja ir hacia el olvido.

Nuestra autora toca finamente los vértices del triángulo amoroso, los tres sentimientos que hacen posible el vínculo, la comunicación y la conexión en la relación amorosa, en una vorágine emocional donde el lector queda sumergido introduciéndose en la lectura, en los 43 poemas que forman este sensible compendio.

Abandonarse al amor y a la pasión sin cautela, a los arrebatos románticos, a relaciones suspendidas y decepcionantes, a la felicidad en color marrón, es el plan que la vida encierra sin despertar sospecha alguna, volviendo al cuerpo cómplice del alma para fundirse en uno solo con el ser amado. En esta travesía sentimental se abren caminos, se palpa la entrega, se viven los sueños, la nostalgia y el hastío calan la piel, el amor como delicioso asedio que camina descalzo llega y, al mismo tiempo, cambia de rumbo.

Blanca Vargas lo siente así, y así lo comparte en este compendio de hondos sentimientos que mueven el pensamiento e invitan a la reflexión en un mundo donde la intimidad, la pasión y compromiso son pilares del amor.

Amor en tres tiempos, primera obra literaria de la excelente poeta, es un cálido recorrido por las estaciones que inevitablemente visitamos en este viaje terrenal.

_______________________