“El que tiene paciencia, tendrá lo que quiera.”
Benjamín Franklin

Qué tristeza da apreciar que nuestra maravillosa entidad es simplemente conducida sin ton ni son, el destino de sus recursos expuestos bajo la promesa de que le será dado al mejor postor, claro, siempre que convenga a los intereses de quien mandata en la entidad.
Y como ejemplo tiene usted el ardid legislativo para declarar en quiebra al Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS) de la zona Metropolitana de Veracruz-Boca del Río-Medellín, en donde una empresa de capital brasileño resulta vencedora de la súper-licitación internacional, a la que como siempre, nadie conoció, nadie pudo tener acceso.
Pero claro, la negociación y componenda no puede quedar sin saldar, aun cuando como pago no pudieron obtener el proyecto hídrico de la capital, -en donde ambientalistas y alcaldes de la región del Río Los Pescados se opusieron- si lograron alzarse con el botín de controlar la zona conurbada más grande del estado.
Pero lo que preocupa a la sociedad, es ver como resultado del cambio climático y sobre todo de la contaminación irracional de algunos empresarios, las lluvias en las diversas regiones del estado, se convierten de un momento a otro, en torrenciales aguaceros, que de no tener los cuidados esenciales provocan inundaciones y con ello, severos riesgos a la población.
La mala administración de los recursos públicos a nivel estatal, ha provocado que Veracruz permanezca exenta la designación de recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN).
Gracias a ello, la entidad mantiene un adeudo desde 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014, provoca que en las zonas devastadas por desastres naturales, como: ciclones, lluvias torrenciales, chubascos, hasta hoy sigan afectados, “qué más da, siempre han estado jodidos, que así continúen” afirman los responsables de atender a los veracruzanos.
Los reclamos realizados por el propio senador Héctor Yunes Landa, comprueban que él desde la Comisión de Protección Civil del Senado tiene el pulso real del actuar de la entidad, cosa que pasado el proceso electoral comenzará a cobrar la factura.
De este modo, Veracruz puede permanecer bajo el agua, qué más da, el que se lamente o queje su población, afirma la clase gobernante; la sociedad veracruzana, es y será un lastre, que pretende desacreditar a la población del estupendo manejo que tiene el gobierno de Javier Duarte, a pesar de los severos señalamientos de deuda, pasivos y hasta enriquecimiento ilícito existente.
Finalmente, la llegada de la temporada de los ciclones y huracanes en 2015, servirá para comprobar una vez más, que las desgracias son y serán un estupendo recurso para la obtención de recursos extraordinarios, que claro, llegarán cuando les convenga.


Al tiempo.

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