“¡Las finanzas son el tema!” – José Francisco Yunes Zorrilla.

Este lunes arrancamos la semana con las ya tradicionales conferencias de prensa del gobernador Javier Duarte, mismas que pasaron de ser un ejercicio de intercomunicación con los medios-sociedad, para convertirse en los espacios precisos del monologo denominado “En Veracruz… no pasa nada”.
Para no variar, el tema de esta semana tuvo que ver en un asunto que día a día crece y crece como una bola de nieve que precede a la avalancha, esa que si no la tomamos con las medidas de seguridad requeridas nos arrollará.
Y es que el tema de la “deuda” de Veracruz, es un tema espinoso, candente, por demás controversial, pues estamos hablando del recurso de los veracruzanos, pero más aún del futuro del estado, con todo su territorio y su gente dentro.
Pero vayamos por partes, para comprender mejor lo que este lunes el gobernador Duarte de Ochoa anunció.
Primero debemos señalar que la deuda pública es un elemento que incide en el bienestar presente y futuro de la población, por tanto, razón lo la cual, al hablar del tema es importante considerar por lo menos tres aspectos que todo gobierno deberá siempre desarrollar para su seguimiento: a) el cumplimiento de las metas de endeudamiento y sus estrategias; b) el manejo responsable de la deuda que implica la asunción de indicadores de sostenibilidad, vulnerabilidad y financieros, y c) su control registro y reporte.
Un aspecto importante de la deuda pública es la relación intemporal entre los contribuyentes, los acreedores y los beneficiarios, en otras palabras al contratar un crédito se da por hecho que en el futuro existirán los ingresos fiscales, generados por las personas, que pagarán la deuda contratada, con independencia de si ellos recibirán los beneficios.
Por esta razón es fundamental que la deuda contratada se emplee en bienes que proporcionen beneficios futuros como inversiones en infraestructura o en empresas productoras de bienes y servicios de calidad.
Segundo, la deuda pública tiene tres objetivos: complementar los ingresos fiscales para cumplir con el mandato gubernamental; ser un instrumento de política económica, ya que mediante su gestión es factible retirar dinero de circulación, motivar la inversión privada, e inclusive, controlar la inflación; y es un instrumento que contribuye en el desarrollo del mercado de valores de renta fija, da liquidez y bursatilización, y la tasa de interés que pagan los valores gubernamentales es una referencia para la construcción de las curvas de interés de los bonos privados.
Cuando de manera sistemática la deuda pública se usa para hacer frente a los compromisos de carácter gubernamental y no existe un crecimiento de la economía acorde con los niveles de endeudamiento, es probable enfrentar escenarios de crisis económicas y financieras.
La deuda proporciona importantes beneficios; sin embargo, un manejo irresponsable de la misma causa serios riesgos, y un endeudamiento excesivo provoca que las finanzas públicas sean extraordinariamente sensibles a los choques del exterior.
La deuda pública representa la suma de adeudos de un país o estado; se considera deuda interna cuando se obtiene en el mercado doméstico, mediante la colocación de valores gubernamentales y créditos directos con instituciones del sector financiero, su característica principal es que las obligaciones deben pagarse dentro del país y en moneda local. La deuda externa es aquella que se contrata en forma directa o mediante agentes financieros con entidades del exterior, debe pagarse en el extranjero y en una divisa diferente a la moneda local.
De este modo el crecimiento exponencial de la deuda en Veracruz tras el paso del Fidel-Duartismo es ya un asunto de agenda pública nacional y no es para menos.
A pesar de las cifras presentadas por el gobernador Javier Duarte, que afirman que la deuda de la entidad asciende a 44 mil 470.8 millones de pesos –que incluye también a los municipios-, la que aseguran equivale al 4.4 % del PIB estatal, pone una alerta, pues la parálisis del sistema productivo y del aparato de estado están a un tris de ocurrir.
Las menciones respecto a que en la entidad existen voces que pretenden mal informar demuestran que el tema, provoca escozor, y es más fácil descalificar que exhibir las pruebas a contrario sensu, más cuando los datos vertidos o presentados por los detractores del estado provienen de la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Difícilmente gobierno estatal exhibirá la lista de obras públicas que demuestren en que se empleo el recurso, porque es simple, no existen; mejor aún, porque no explican cómo no se logra cumplir con el Programa Anual de Endeudamiento que demanda como requisito indispensable el propio Código Financiero, porque seguramente tampoco lo tienen.
Aunado a ello, las voces críticas al régimen, seguirán señalando que este no es el monto verdadero de la deuda, toda vez, que solo exhibe una parte de los adeudos contraídos solamente con instituciones financieras, por ello la pregunta que se realiza la sociedad es tan vigente, ¿son sólo 44 mil 470 millones de pesos de deuda?
Los expertos afirman que no.
El tema comenzará a dar de que hablar, pues se da en el marco del anuncio del presidente de la República, Enrique Peña Nieto respecto a la Iniciativa de Legislación Secundaria en Materia de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y Municipios, que obligará nada más a los estados a presentar un informe puntual cada tres meses de la situación que guardan sus pasivos.
Bajo este escenario, las palabras del presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado, José Francisco Yunes Zorrilla retumban más fuerte al referir ¡las finanzas son el tema!


Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com
Twitter: @LuisBaqueiro_mx


Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.