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Beltrones: el viacrucis de ayer
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2015-09-09 - 08:43
Primero Carlos Salinas, después Ernesto Zedillo, quien ya era candidato presidencial, insistieron a Manlio Fabio Beltrones asumir la presidencia del PRI, proponiéndole prospectos para ser sustituido en la gubernatura de Sonora (1991-1997). Beltrones se negó por respeto a los sonorenses y a su amigo Luis Donaldo Colosio, asesinado en ese año aciago de l994. La decisión costó al entonces joven político (nació en Sonora, agosto de 1952) una persecución de seis años.
El entonces gobernador calculó además que por los crímenes políticos en el régimen salinista se establecería una distancia del mandatario saliente con el próximo a asumir el poder, y él quedaría entrampado. A su vez, los sonorenses habrían supuesto una complicidad de Manlio en el homicidio de Colosio por dejar el estado y servir, desde el PRI, a Salinas y al sucesor de éste (Zedillo).
Frente a la firmeza de Beltrones, Ernesto Zedillo le dijo: “Bueno, pero no te escaparás en noviembre de venirte al Distrito Federal”. Entendió el gobernador que así se le invitaba a formar parte del gabinete presidencial. De este ofrecimiento fueron testigos el propio Salinas, Liébano Sáenz y Luis Téllez. El primero fue secretario particular de Zedillo y el segundo Secretario de Energía.
Esa fue la causa del viacrucis de Beltrones, quien fue uno de los artífices de la candidatura de Zedillo, al presentar ante los gobernadores priistas un videocasete en el cual Colosio hizo un elogio al propio Ernesto Zedillo.
Por estar enterado de lo que hablaron Salinas y su sucesor en el trono presidencial, tras el deceso de Colosio y la crítica situación del PRI, Beltrones recibió el vendaval de intrigas y acosos del régimen que estaba por terminar.
Un día anterior al anuncio de la candidatura sustituta, el sonorense invitó a los gobernadores a desayunar a su casa. Uno de ellos, Patricio Chirinos, se resistió, pero de Los Pinos le ordenaron su asistencia. Otro fue el mexiquense Emilio Chuayffet, que tampoco quería ir a la cita preparada por Salinas. Ambos, dijo Beltrones, se desempeñaban a la sombra del jefe de la Oficina de la Presidencia, José Córdoba Montoya.
Córdoba sabía del desacuerdo de Diana Laura Riojas, ya viuda de Colosio, por la candidatura de Zedillo, pero “por un olvido”, no lo hizo saber a Salinas de Gortari. Ella sabía que su marido marginó a quien le impusieron como coordinador de la campaña, al doctor Zedillo, por su fuerte amistad con Córdoba y porque no gustaba de ir a las giras de trabajo. Ese desprecio familiar hacia Zedillo se reflejó en Beltrones.
AQUEL 23 DE MARZO
Uno de los primeros ataques contra Manlio se derivó de su presencia en Tijuana, la tarde cuando Colosio fue asesinado en Lomas Taurinas. El mandatario sonorense viajó a ese lugar por instrucciones de Salinas. Eso tuvo los propósitos de CSG de no dejar solo con ese problema al gobernador panista de Baja California, Ernesto Rufo Appel, y dar seguridad a la familia del victimado, de que una gente de su confianza –Beltrones-, estuviera pendiente del suceso.
Así fue hecha la historia de que Manlio se llevó al homicida Mario Aburto, “envuelto en un colchón” hasta una playa, donde se “le calentó para que no dijera quiénes eran los autores intelectuales del magnicidio”. Manlio sólo hizo dos preguntas a Mario Aburto en las oficinas de la PGR de Tijuana, ante numerosos testigos.
Sin embargo, durante los tres primeros años del gobierno Zedillista, se le dio publicidad a esta pregunta: ¿por qué fue Beltrones a Tijuana el 23 de marzo de l994? El exgobernador interrogaba a la vez: ¿y por qué Zedillo y los demás no fueron?
El procurador panista Antonio Lozano Gracia y Pablo Chapa Bezanilla, inventores del segundo disparo hecho a Colosio por Othón Cortés, filtraron la versión de una presunta culpabilidad del sonorense en la muerte de su amigo. Así lo dijo Chapa Bezanilla al periodista Federico Arreola.De eso hubo silencio en Los Pinos.
LA NOTA DEL TIMES NEOYORQUINO Y LOS
PASAPORTES FALSOS DE RAÚL SALINAS
Beltrones seguía soportando los ataques de Zedillo y ahora fueron periodistas del diario neoyorquino ‘Times’, en el sentido de que Manlio, junto con Jorge Carrillo Olea estaban relacionados con el narco. Todo fue aclarado pero esa situación le hizo mucho daño a su vida política sobre todo porque esa información no provenía de fuentes de inteligencia de Estados Unidos, sino del gobierno mexicano y de un hombre muy cercano al presidente Zedillo. Hubo Beltrones de ofrecer conferencias en las universidades de Columbia y Georgetown para desbaratar las intrigas.
Poco tiempo después el exmandatario de Sonora fue citado por la PGR para declarar en relación a los pasaportes falsos obtenidos por Raúl Salinas de Gortari, el hermano incómodo. Sin negar su amistad con el preso de Almoloya, manifestó que se equivocaron de testigo, porque cuando él fue subsecretario de Gobernación ni ordenó ni recomendó la expedición de tales documentos, pues éstos los otorga la Secretaría de Relaciones exteriores.
Años despuésaseguró que:“no hay mal que dure seis años y, en adelante, Zedillo habrá de ser sujeto de análisis, por haber entregado el gobierno al PAN y a Fox, y porque consolidó el neoliberalismo económico, a la par con el autoritarismo político”. Palabras de Manlio Fabio Beltrones Rivera, Presidente del CEN del PRI, quien seguro comenzará a sentir otro nuevo viacrucis aunque en circunstancias diferentes.

rresumen@hotmail.com

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