“Cuánto más alto estemos situados, más humildes debemos ser.” – Cicerón.

Todo estaba listo en el WTC de Boca del Río este domingo para que la familia priista celebrará la unción Juan Carlos Molina como nuevo dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, de la CNC, el escenario repleto, daba muestras de la solidaridad que demanda un evento de esta envergadura.
Entre los invitados de honor se encontraban el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, al menos dos senadores, uno de ellos dirigente nacional de la CNC, Manuel Cota Jiménez, y por supuesto el senador Héctor Yunes Landa.
En el estrado los legisladores federales y locales así como toda la plana mayor del Revolucionario Institucional.
Nadie imaginaba lo que sucedería.
Al hacer uso de la voz, parado en el atril colocado ex profeso para ofrecer el mensaje político, el gobernador Duarte de Ochoa, soltó a boca de jarro, “hoy, es el cumpleaños del senador Héctor Yunes y he escuchado y he leído en algunos medios de comunicación su afición por la pesca, así que me permito regalarle al senador Héctor Yunes esta caña de pescar para que pesque esos peces gordos que busca”.
El seño del mandatario estatal y su tono cambiaron, el rostro del senador que segundos antes eran sonrisas se transformó drásticamente, detuvo su marcha y alentó su paso antes de recoger el presente, -el daño estaba hecho-.
Nuevamente la voz del Ejecutivo se escuchó, señalando “Le recomiendo, aquí, muy cerquita de aquí, en el Estero, hay unos peces gordos también muy importantes que puede pescar con esta caña”, aludiendo a la familia de su primo Miguel Ángel Yunes Landa.
Pero ahí no acabó la cosa, ante cientos de cenecistas, Duarte de Ochoa le pidió a Yunes Landa medir con la misma vara que mide a sus correligionarios a todos los de enfrente, aunque sean sus familiares, afirmando “que son peores todavía y que sin importar que sean familiares también estén presentes de las corrupciones evidentes que existen de aquel lado”.
El golpe fue brutal, la expresión del senador demostraba una falsa sonrisa, una expresión obligada para guardar las formas, su rostro cambió del tono claro al rojo; la sorna de los presentes al grado de la carcajada hizo que el senador simplemente se retirará del recinto.
Pero las cosas no terminaron ahí, el discurso del gobernador continuó ahora enfilando sus baterías en contra del también senador Pepe Yunes.
Mostrando el terciopelo de su guante, la alusión fue clara, “junto a Pepe me tocó ese pasaje de la historia, de ser solidarios, de aumentar del 15 al 16 por ciento, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), cuando la nación lo requería. Y hoy, como Presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado de la República, no tan sólo la aprobó, sino que fue defensor de la Reforma Hacendaria”.
Ya montado en caballo de hacienda, el gobernador señaló “está Reforma significó un aumento de impuesto pero que hoy significa el desarrollo del progreso de nuestra Nación, esa es la responsabilidad que exigen los nuevos tiempos, y eso es lo que hace el Senador Pepe Yunes Zorrilla, Pepe me siento muy orgullo de ser tu compañero de trabajo”.
Con esto, el titular del Ejecutivo respondía a las observaciones y comentarios vertidos por el peroteño, en el sentido de que el incremento de impuestos debe ser ante todo la última opción, antes de acabar con gastos superfluos y ostentosos.
Como era de esperarse la respuesta del senador Héctor Yunes no tardó en llegar, mediante un comunicado en donde enumera 10 puntos, el choleño afirma que le devuelve su presente pues solo sirve para pescar charales, y le pide si realmente quiere ayudarle le envíe un barco para pescados de gran tonelaje. Pues apenas será suficiente para lo que vendrá.
El juego sucesorio, está en marcha y la guerra de declaraciones comenzará a dar mucho de qué hablar, por lo pronto esperemos que prive la cordura, pues la regla en política dice, “el que se enoja pierde”.
Ya lo dice el famoso cantautor, Marco Antonio Solís, y los veracruzanos lo replican Veracruz… ¿a dónde vamos a parar?

Al tiempo.

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