Maricarmen Delfín Delgado

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Papel maché o papier maché (papel mascado o machacado, en francés) es el nombre de la técnica artesanal muy antigua conocida también como “cartón piedra”, para la elaboración de objetos generalmente decorativos usando pasta hecha con papel. Esta pasta se obtiene mezclando papel remojado y molido con pegamento, también suele mezclarse con otros elementos como aceite vegetal o engrudo. 

El origen de esta técnica se teoriza en el siglo III d.C., ya que arqueólogos y expertos en la materia han encontrado objetos hechos con este material. Su inicio se supone en China ya que esta civilización fue la primera en conocer el papel, tal vez antes que la escritura, lo utilizaban para fabricar muchos de sus objetos y utensilios personales, cotidianos y religiosos. Posteriormente se conoció en India y en Persia. No confundir con la “cartapesta”, que es pegar varias capas de papel sobre un soporte o molde para dar forma a la figura deseada.

En México es muy socorrido el uso de esta ancestral técnica china, la cual se conoce como “cartonería”, para confeccionar todo tipo de artesanías y figuras con sentido cosmogónico o de ornato como calaveras y máscaras, diablitos llamados Judas, muñecas y personajes populares. La cartonería se trabaja en muchas partes del país y probablemente llegó en la época de la Colonia, pues en las pastorelas se hacían representaciones teatrales con figuras que simbolizaban al bien y al mal, en un sincretismo donde también nacieron las “mojigangas”, títeres de gran tamaño que originalmente representaban a los personajes de la religión católica como el Niño Jesús, apóstoles y ángeles, por ejemplo.

Al recorrer los mercados o lugares donde se vende la artesanía mexicana encontramos objetos hechos con papel maché como catrinas y catrines, frutas y figuras de animales para ornato, y alguna marioneta. Es común ver en grandes almacenes y plazas comerciales personajes fantásticos de gran tamaño fabricados de papel maché para promocionar marcas o eventos.

Con la evangelización llegó la piñata al país, las elaboraban con este material, a la fecha aún encontramos algunas que parecen indestructibles ante tanto palazo ya que tienen “alma de cartón piedra”. Actualmente ciertos artistas plásticos fabrican sus personajes con este procedimiento artesanal, para obras de teatro y representaciones de la vida cotidiana.

Los alebrijes son muy populares en el mundo y son originarios de México, estas figuras fantásticas y grotescas salieron de la imaginación de un cartonero originario del Estado de México en los años 40, llamado Pedro Linares López, quien comentó que la inspiración surgió en una noche que por causas de una enfermedad sufrió una crisis , en su delirio soñaba con seres que nunca había visto, asnos con alas, leones con cornamenta, gallos de cuatro patas, todos en un bosque rodeado de árboles, rocas y nubes en un remanso de paz y tranquilidad, en un instante todo se entremezcló dando por resultado una serie de extrañas figuras. Al despertar esto quedó grabado en su memoria y decidió plasmarlo en el material que trabajaba diariamente.

Pedro Linares murió en 1992, a la edad de 86 años; en 1990 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes por su trayectoria artística y su contribución al arte popular mexicano. Después de difundirse el trabajo de don Pedro, varios artesanos en diferentes partes del país empezaron a fabricarlos, particularmente en Oaxaca, donde se hacen de madera de copal, se inspiran en sus creencias ya que los relacionan con los nahuales, seres sobrenaturales que se transforman en animales. Siguen conservando el colorido original pero con esta variante.

Podemos encontrar cientos de figuras hechas de papel maché con un sinfín de formas y para todos los gustos, gracias al avance tecnológico ya se comercializan a través de los sitios virtuales.

Así es como a través de estas figuras el papel toma vida.