En tiempos electorales, previos o posteriores a los comicios, cualquier pretexto es bueno para los suspirantes y aspirantes, para perdedores o ganadores, políticos o no, y por supuesto para los líderes partidistas, todo con el afán de llevar agua a su molino.
Es hasta cierto punto normal --aunque no quiere decir esto que sea lo más conveniente o correcto para la colectividad--, que se busque la ocasión, la oportunidad, el punto débil de una acción o una decisión del contrincante, para restarle puntos y sumarlos a la causa que se dice defender.
Algunas veces puede que les asista la razón, pero en otras sencillamente no tienen razón, aunque el escándalo, la alharaca se hace para ver qué beneficios se saca.
Calumnia que algo queda, dice un dicho popular, y hay mucho de verdad en ello, sobre todo en el caso que hoy se trata en este espacio y que, ayer, alborotó el avispero.
Y cuál fue el motivo, el garrotazo que avivó y encolerizó a las avispas, pues simple y sencillamente la sorpresiva aprobación de la reforma al artículo 70 de la Constitución del estado, que hizo ayer la fracción legislativa priista del Congreso local, para que los gobiernos municipales ya no sean de 3, sino de 4 años en toda la entidad veracruzana.
Las reacciones no se hicieron esperar, y tanto dirigentes de partidos, aspirantes a obtener un cargo público en las elecciones del próximo año, que ya están encima, como diputados locales de oposición, pusieron el grito en el cielo.
Juan Vergel Pacheco, dirigente estatal del PRD, dijo que se trata de un craso error porque se va a saturar al electorado veracruzano de comicios y que ello elevará los costos de las campañas, por lo que buscarán la manera de impedirlo.
Alejandro Vázquez Cuevas, quien busca obtener la candidatura del PAN al Senado de la república, consideró el hecho como un “albazo de fin de año”, una medida autoritaria del PRI que va a distraer a los servidores públicos todos los años en cuestiones electorales.
El diputado Rogelio Franco calificó la medida como un “premio navideño” a los ayuntamientos (a los alcaldes) que les permitirá “meterle mano al cajón” un año más.
Por su parte, el diputado panista Fernando Yunes Márquez señaló que los 250 millones de pesos que se asignarán cada año a las campañas y órganos electorales, deberían destinarse a los 50 municipios más pobres del estado.
Los diputados priistas, por su parte, defendieron su decisión al decir que ello no implicará mayores gastos y sí coadyuvará a que los alcaldes tengan más tiempo para realizar obras en beneficio de la población.
Es un tema que ya se había visto en el pasado, pero que tiene sus bemoles, sus pros y sus contras.
Es muy cierto que 3 años son insuficientes para concretar un buen programa de gobierno, porque en el primer año los alcaldes apenas si se acomodan y llegan a conocer la problemática de sus municipios, en el segundo es cuando toman aire y luego los apremia el tiempo en el tercero porque hay que preparar la salida.
Sí, pero también es muy cierto que el primer año de los gobiernos, y a veces hasta los 3 años o más, son perdidos por los latrocinios que cometen sus antecesores, que hasta la escoba se llevan y dejan sólo lo que ya no sirve.
Por otro lado, con la reforma aprobada, de ser avalada por los cabildos, a partir de 2013 hasta 2017 en Veracruz cada año habría elecciones, y aunque se diga que no, ya se sabe todo lo que se gasta en estos procesos.
Y la pregunta es: desde cuándo a los legisladores o partidos les preocupa lo que se gasta en elecciones, pues nada más hay que ver las cifras aprobadas para las del próximo año, que podrían ser las más caras del mundo.
Valdría más la pena pensar, si de verdad se tiene el compromiso y la responsabilidad con el pueblo y su bienestar sustentable e integral, en el referendo o la reelección de los buenos gobernantes, y no nada más municipales, sino de los otros niveles.