¿Y cómo va a remediar el PRI el incumplimiento sobre los acuerdos en materia electoral cuando ya están consumadas las elecciones y entregadas las constancias de mayoría en casi todos los casos? ¡Chi-lo-sa! Pero es una exigencia de los dirigentes nacionales del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Zambrano, juntos y al alimón.
La demanda de los líderes parece mesurada. Dan la impresión de que desean continuar dentro del Pacto por México y lograr el acuerdo de las iniciativas de reforma del estado, reforma política para el Distrito Federal, iniciativas en reforma energética y en materia hacendaria, materias difíciles para las que es necesario su concurso y acuerdos.
Sin embargo, exigen remediar el incumplimiento a los compromisos del Addéndum mediante la investigación sobre el uso ilegal de recursos públicos para financiar las campañas electorales de partidos y candidatos y, en su caso, establecer las responsabilidades a los transgresores de la ley.
El asunto no es menor. Se trata de abiertas violaciones en 15 entidades del país, Veracruz incluido, pero el quid de la cuestión es saber hasta dónde estará el gobierno federal dispuesto a llegar para clarificar lo que esté sucio, habida cuenta de que es precisamente esa impureza lo que le dio el triunfo al propio sistema gobernante, como en Veracruz, donde logró la mayoría absoluta en el Congreso.
Dice Zambrano que si se optara críticamente por reanudar el diálogo se daría carta de naturalización a las acciones ilegales de los gobernadores priistas y se consentiría un agravio a la ciudadanía y un retroceso de la construcción de la democracia mexicana, y es que este dilema fue provocado por "actores políticos autoritarios del PRI".
Vamos a ver qué tanta transparencia está dispuesto el señor Peña Nieto a propiciar y hasta dónde será capaz de llegar para responder a este ultimátum de sus asociados, a los que hasta ahora ha tenido comiendo de la mano.


Temas misceláneos

La conclusión de que sólo algunos sacos de asbesto se han abierto en el sitio donde están resguardados, en el puerto de Veracruz, y por ello sólo esos pocos representan un riesgo para la salud de los humanos, suena como el corrido de Rosita Alvirez.
Resulta que, en Saltillo, en el año 1900, Rosita acudió a un baile y desairó repetidamente a Hipólito cuando éste fue a invitarla a bailar. Despechado, Hipólito echó mano de su pistola y le soltó tres tiros a la altiva, pero, dice el corrido, ese día Rosita estaba de suerte, porque de los tres tiros, sólo uno era de muerte.

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