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La de dos años, insisto, ¡si va!
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2014-07-16 - 09:39
“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente,” Gustave Flaubert

Mucha verborrea ha corrido desde que por primera vez hace seis semanas se adelantó en este espacio sobre la reforma constitucional que impondría la gubernatura de dos años, el ajuste sexenal en la revisión de la cuenta pública y un “golpe de timón” con cambios en el gabinete en diciembre.
En el mismo sentido dimos a conocer la gran final en la terna, de dos, por la gubernatura bianual cuyo abanderamiento se lo llevará quien entre Alberto y Erick, registren más votos en los distritos electorales por los cuales contenderán por la diputación federal.
Eso está decidido, escribí.
Ello abrió las compuertas de una desusada polémica. Todo un vuelco en el escenario político se suscitó, descalificaciones incluidas, así como propuestas descabelladas como la gubernatura no de dos sino de cinco años, una de ocho y la vigente que es la sexenal.
Y el que no se haya analizado, discutido y aprobado dicha reforma Constitucional en este periodo dio lugar a desacreditaciones y dar por sentado que la de dos años quedaba fuera de toda posibilidad.
Pero bueno, la polémica es parte del circo.
Es el juego en el que todos jugamos, por lo cual me he permitido dar espacio a airado lector en desacuerdo con nuestros escritos respetando, incluso, la ortografía y sintaxis.
Dice al calce:
“Déjame decirte, antes que nada, Edgar -escribe Juan Manuel Ruz Barros- que soy ferviente lector de tu colaboración en el portal Crónica de Poder. Me pareces un periodista serio y con una gran trayectoria, sin embargo, estas ultimas semanas no se que te paso. Es necesario hacer puntualmente una observación a tu evolución en las columnas y es que antes de que pasara lo que se ha suscitado en los últimos días en materia política en el Estado, asegurabas temerariamente, que el gobernador Javier Duarte asestaba ciertos golpes, golpes de esos que incluso hasta firmarían un Cassius Clay, un Sugar Leonard, incluso un Julio Cesar Chávez, nada mas fuera de la realidad. Creo hoy, categóricamente, mas que nunca, que esos golpes que vaticinaste casi como el famoso 'Pulpo Paul' se quedaran en una simple vacilada para el amable lector”.

Primero, prosigue, la del 15 de junio "Duarte, el golpe final" en donde no solo aseguraste la aprobación de las reformas al Código Electoral, así como la modificación constitucional que permita homologar los periodos electorales y elegir en el 2016 un gobernador por dos años, no, no solo eso, fuiste mas lejos, enterraste las aspiraciones de todos los posibles actores, mismos, que aún siguen encabezando las preferencias electorales, en cualquier encuesta que se practique. Dijiste también, que era un "juego perfecto". ¿'Lanzado' por quien?

Segundo, la del 22 de junio "Duarte, listo el segundo madrazo" una semana después de vaticinar como el "Pulpo Paul", nada mas que sin tanto éxito, la aprobación del código (que no se dio) de una posible gobernatura de 2 años, seguiste en ese tenor y ahora fuiste mas allá cuando afirmaste:"Pepe seguirá, tal como ha manifestado, fiel a su partido y habrá de esperar, de nuevo, hasta el 2018 para ir por la sexenal; Héctor será objeto de una negociación que cierre su ciclo y Miguel habrá de disciplinarse al mandato de su partido y de los “Hidalgos”, y concluyes "de ello no hay duda". ¿Con que categoría afirmas que habrá negociación política? ¿Cuando se cierran los ciclos? ¿Pepe seguirá como?

Tercero, la del 25 de junio. "Duarte, un golpe de timón sacudirá su gabinete" y seguiste. No claudicaste en tus pronósticos, errados nuevamente, no. Seguiste y como se dice en el fútbol "te moriste con la tuya". La primera sacudida se la dieron a el propio Gobernador. Se fue Charleston. Se fue porque es imposible trabajar en un estado quebrado, en donde el poco dinero que hay se sigue usando para pagar los excesos de los que hoy ostentan el poder. por lo tanto se "enfermo" y se "tratara" en México, donde nada alivia y consuela mas, que volver a su curul. No hay quinto malo decían. Hoy el Estado, el segundo de mayor deuda del país después del DF. Empresarios y contratistas haciendo filas en Sefiplan "como en las tortillerías". No hay golpe de timón tal cual. No la hay, ni lo habrá Edgar, solo se llenarán ciertos huecos que quedarán por los funcionarios que saldrán corriendo a buscar el fuero constitucional.

“Por último, el 9 de Julio, después de vivir, seguramente, tu peor época de pronósticos y vaticinios, cambias el discurso. Hoy hablas ya, de que en el gabinete existe miedo. Ya no se lanzan "juegos perfectos", ya no se "asestan golpes de timón" no, ya no. Ya entendiste, quizás, que existe, por encima de Javier Duarte, un presidente priista. Entendiste que no hay dinero. Entendiste que no hay gobernabilidad. Entendiste, quizás, que lo primero que hace al despertar Javier Duarte es saber que hubo un desaparecido más o un ejecutado más. Entendiste, quizás, que Javier Duarte fue el peor error que pudo cometer Fidel Herrera Beltrán. Se cerro el ciclo del "fidelazgo y duartazgo" (por aquello de que no creen en los "ismos".).”
Pues hasta aquí el señor Ruz Barros, a quien respeto sus puntos de vista manifestándome al mismo tiempo en desacuerdo con sus planteamientos.
En primer término le corrijo: Nunca he cambiado el “discurso”; sigo pensando en el “golpe de timón” y en el “juego perfecto” de Duarte.
Lo de Charleston no lo he revisado ni coincido en su análisis de que se fue “porque es imposible trabajar en un estado quebrado, en donde el poco dinero que hay se sigue usando para pagar los excesos de los que hoy ostentan el poder”.
Y no se puede coincidir en que si no entró en este periodo de Congreso la iniciativa del PAN, ésta queda descartada ya que ni ha terminado el sexenio, ni la legislatura cerrado las puertas.
Y tan estoy cierto que si va la reforma Constitucional que baste observar la declaración a ocho columnas en el diario “Imagen” con fecha 14 de julio en donde el gobernador Javier Duarte en cena con los Robles el pasado viernes en el puerto, volvió a tocar el tema confirmando lo aquí adelantado, destacando en primer lugar que la gubernatura de dos años si va.
Y esto no es cuestión del “¡se los dije!”. No, simple y llanamente porque estoy cierto que la mejor garantía sexenal y transexenal para blindar el sexenio duartista a mi juicio y seguramente también a de la cúpula de poder es jugar así, es decir, cerrar el ciclo histórico de la Fidelidad con los mismos personajes de la fidelidad y no con el yunismo, el rojo y el azul.
Imposible entregar la iglesia a Lutero.
Pero además, contra natura descartar que un gobernador, el que sea, con la altísima investidura de representar a todo un pueblo en sus apetitos, afanes y carencias, así como su estirpe partidista, no acudiera al centro a dialogar, a concertar y a llegar a acuerdos con la cúpula del poder constituido no solo por el primer priista Enrique Peña Nieto, sino sus operadores, Luis Videgaray, Miguel Angel Osorio Chong y Aurelio Nuño.
Ello sin descuidar a los líderes congresistas, el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa patrón, quienes en el más absoluto respeto institucional deberán plegarse o apoyar en abierto y también en cerrado las decisiones de los centros del poder.
Hace tiempo que se viene insistiendo en el diferendo Peña-Duarte, aquí mismo hemos interpretado imágenes que así lo demuestran, pero ¿Es así?..
El único referente de respeto a centro lo tengo del honorable Fernando Gutiérrez Barrios quien decía que “¡El gobernador es el Gobernador!”,
“¡El gobernador manda en su Estado y si se equivoca vuelve a mandar!”, decía, en alusión a que en alguna ocasión el secretario de Gobernación Manuel Bartlet, quiso llamarle la atención, pretender regañarlo y dictarle órdenes.
Eso no sucede sea quien fuere que lleve tal investidura.
El Pacto Federal contempla el respeto institucional, el libre albedrío en la toma de decisiones, el diálogo con el centro y, en efecto, la conveniencia federal en la toma de decisiones políticas y financieras. Todo cierto, pero al final del día quien tiene que responder es el responsable de la plaza, se equivoque o no.
Hoy por lo pronto ha quedado frío el tema de la reforma Constitucional, pero frío no es descartado: solo se despivota la presión yunista en espera de nuevos tiempos políticos.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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