“La ingratitud es el crimen más grande que pueden
los hombres atreverse a cometer” - Simón Bolívar

Este miércoles sucedió lo que se esperaba en la Dirección de Tránsito, trascendió la salida de su director Roberto López Santoyo, tras una verdadera y desastrosa etapa al frente de la dependencia.
Los veracruzanos no recuerdan una etapa tan gris y tan lamentable para la dependencia que en otros tiempos fuera insignia y orgullo de los veracruzanos.
Atrás quedaron los tiempos en que al agente de tránsito se le tenía el respeto y el reconocimiento de la población y se les otorgaban presentes durante la época decembrina por sus servicios y apoyos.
La actual Dirección de Tránsito dista mucho de ser orgullo de los veracruzanos, que ven en sus agentes lamentablemente el sinónimo más vil de la transa y la corrupción.
Fue tal el malestar del gobernador Javier Duarte al enterarse de la ola de reclamos y manejos en lo obscurito, que sólo ensanchan la talega de este pseudofuncionario, que solicitó su remoción inmediata.
Lamentablemente tuvo que ser el diputado local priista, José Ramón Gutiérrez de Velasco, presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso local, el que diera a conocer su salida.
Luego fue confirmada por fuentes confiables al interior de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes reconfirmaron el dicho del ex alcalde panista del puerto de Veracruz.
En su lugar llegaría Israel Ponce de León, quien hasta hace poco fungió como secretario particular de Arturo Bermúdez y se haría cargo de la operación de la Dirección de Tránsito.
Lo triste y lamentable del asunto es que este amigo de apellido Santoyo tiene padrinos importantes, porque las instrucciones del propio gobernador fueron acatadas a medias, y es que trascendió que el funcionario estatal saliente, no saldría del todo de la dependencia.
Las razones, se rumora, serían mantenerlo vigilado hasta concluido el proceso de entrega recepción al que está siendo sometido, por lo mientras lo hacen responsable de la Dirección de Transporte Público Estatal.
¡Vaya premio! para quien a todas luces se sabe ha sido aliado de transportistas, concesionarios de grúas, amigo del pulpo camionero y todas las mafias habidas y por haber.
Sólo basta recordar que él se encargó de operar el tema del incremento a las tarifas del transporte urbano en la entidad con resultados lamentables para la sociedad, toda vez que el precio autorizado por el gobernador Javier Duarte, se lo pasan los transportistas por donde se pasó el viento Juárez.
Así las cosas en la Dirección de Tránsito, donde sale Santoyo y continúan sumidos en el hoyo.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo