“La esperanza es el sueño del hombre despierto.” – Aristoteles.

Durante la mitad del siglo XIX los liberales mexicanos enfrascados en una guerra a muerte con los conservadores connacionales acuñaron una frase empleada bajo los principios y preceptos masónicos de la época, “Divide y Vencerás”, reza la máxima.
De esta manera y a pesar de los años transcurridos, algunos políticos veracruzanos pretenden continuar empleando dicho mecanismo para preservar a como dé lugar el poder que se les diluye entre las manos.
Le explico porque, aun cuando en el plano nacional todo pareciera indicar que el mensaje enviado desde la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el de convocar al dialogo y a la cordura, algunos actores políticos locales, no terminan de entender los mensajes del centro.
Tan sólo este fin de semana el gobierno de Javier Duarte actuó como no debía de hacerlo, por un lado, pretendió atacar por todos los frentes a los Yunes Azules y Rojos.
En primera instancia, hizo circular una fotografía del senador Pepe Yunes en donde se ve que el legislador paga por una serie de productos típicos, de esos que encuentras en cada plaza pública del país, cuando existe verbena popular o fiesta, queriendo hacer pasar la imagen como la de un político de la fidelidad, acostumbrado a pagar conciencias con dinero, craso error, porque nadie que se jacte de conocedor puede señalarle malas mañas o prácticas al peroteño.
En segundo turno se hizo de igual modo circular la versión de que Héctor Yunes renunciaría al PRI y en la vitrina amarilla, lo estarían esperando con los brazos abiertos, pues las declaraciones de Rogelio Franco Castán esbozan lo que todos conocen en Veracruz, y es que los intereses perredistas son al menos manejados desde Palacio de Gobierno, bajo los oficios de Erick Lagos a petición del gobernador, que ya no encuentra paz a su desenfrenada carrera por atajar a los punteros en la preferencia electoral.
El tercer caso se dio tras comenzar a circular la versión y enviar sendos citatorio al presidente municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, en ese afán por mantener entretenidos a todos los frentes, en asuntos como el supuesto enriquecimiento ilícito del que se le intenta acusar y que lo estaría colocando en las puertas de un desafuero total y absolutamente construido por causas políticas.
El cuarto hecho que llamó la atención fue la supuesta renuncia a la diputación federal de Fidel Kuri Grajales, el representante por Orizaba, ese mismo que no se le ha alineado a Javier Duarte porque simplemente no le da la gana, el diferendo se abría dado porque no le habrían otorgado la Comisión de Deporte de la Cámara de Diputados, pues con ello pretendía garantizar la construcción de un estadio de futbol en Orizaba.
Fuese o no cierto el malestar, a Fidel Kuri le queda claro que siendo propietario de un equipo de primera división nacional se crea un conflicto de interés que pondría en serios predicamentos su actuar. ¿A caso la molestia del gobierno duartista nació de su último encuentro con el senador Pepe Yunes en donde hasta tuvo la puntada de decirle ya gobernador?
Las cosas continúan esbozando una tensa calma, esa que se da cuando se avecina la tormenta, preludio de catástrofe.
Sería conveniente que ya el propio presidente Enrique Peña Nieto interviniese sacando de la plaza a quienes ya demostraron haber hecho añicos la confianza, la credibilidad, y el buen prestigio de un estado que como dice el slogan “Ya cambió”… pero para mal.

Al tiempo.

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