27 de Abril de 2024
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El profe Hank
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2016-09-05 - 09:28
Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes. Filipenses 4:9
El profesor Carlo Hank González, era un político de “peso completo”, conocía como pocos los entretelones del sistema político mexicano o, como se dice coloquialmente: se la sabía de todas…todas.
El profe Hank, como cariñosamente le decíamos, nació en Santiago Tianguistenco, municipio del Estado de México, la también tierra del gran boxeador Salvador Sánchez.
Maestro de profesión, igual que Plutarco Elías Calles, don Carlos conocía de cerca a las clases populares, eso lo llevó a desarrollar una gran sensibilidad política, tenía “roce” con el pueblo, sabía de sus carencias y aspiraciones.
El mexiquense fue jefe durante mucho tiempo del poderoso grupo Atlacomulco, mismo que hoy detentan la presidencia en la persona de Enrique Peña Nieto, pero por lo que alcanzamos a ver, sus discípulos no heredaron el talento del profe.
Alcalde de Toluca, gobernador, regente de la capital del país, secretario de despacho, legislador, director de la CONASUPO, líder partidista y empresario, al profe solo le faltó ser presidente del país, pero quizá no perder el piso le valió para mantenerse vigente por varias décadas.
Al susodicho, tuve la fortuna de conocerlo en 1974, cuando recibió en su rancho a un grupo de jóvenes latinoamericanos, que invitados por el FJR del PRI, estuvieron recorriendo el país, me tocó ser uno de los anfitriones, junto con mi gran amigo Gustavo Ávila, quien se desempeñaba como secretario particular de Fidel Herrera Beltrán.
Hombre de sapiencia, además de educador, Carlos Hank González disfrutaba trasmitir sus conocimientos, aunque muchos no le aprendieron. “Colmilludo”, el jefe Hank decía: político pobre es un pobre político, pero desde mi punto de vista, creo que no se entendió el fondo de la máxima.
La interpretación más común se daba en el sentido de que había que tener un respaldo monetario para avanzar en la “polaca”, por lo tanto, se usaba de justificación para “meterle mano al cajón”, sin embargo, no reparamos en la “pobreza” que da el negarse al quehacer político, es decir, un político pobre, también, es aquel que renuncia a la construcción de consensos y solo quiere imponer su punto de vista o, igualmente, el que deja de practicar el diálogo con los demás, es decir, los tecnócratas. No todo es dinero.
Es en este tema, justamente, por el que me atrevo a decir que sus alumnos mexiquenses, poderosos, sin duda, no tienen el talento del profe, se quedaron cortos, han desistido de hacer trabajo político y las consecuencias están a la vista, el PRI perdió siete elecciones de gobernador en la pasada jornada electoral como consecuencia del alejamiento con el ciudadano de a pie, hay desdén por el “cuerpeo”.
Bien harían los jóvenes “aprendices de brujo” en revisar la biografía de los grandes hombres y mujeres de la política en México, estoy seguro que adquirirían herramientas invaluables para su desarrollo profesional, pero, por desgracia, muchas veces la soberbia se impone.
¡Qué paradojas de la vida!, es un “descendiente” del grupo Atlacomulco, precisamente, quien tiene sumido al PRI en una de sus peores crisis y todo por falta de “olfato”, el recibir a Donald Trump en Los Pinos lo reconfirmó.

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